Empaquetadores serían los más afectados con el término de entrega de bolsas plásticas

Hasta el domingo recién pasado los supermercados  y el retail en general dejó de entregar bolsas de nylon al entrar en vigencia la ley que prohíbe su entrega por motivos ecológicos, lo que si bien ha sido aceptado en términos generales ha dejado efectos negativos para los empaquetadores, quienes señalan que las propinas que reciben bajaron considerablemente.

En tanto, los usuarios, si bien no rechazan la medida, creen que se debió dar una alternativa, como la entrega de bolsas biodegradables o ecológicas de manera gratuita, lo que no ocurre y deben llevarse los productos que adquieren en cajas o comprar una bolsa, acusando un negocio detrás que favorece solo al empresariado.

Luis Ahumada, estudiante de ingeniería de la universidad de La Serena es el encargado de empaque del supermercado Unimarc de La Recova en la Serena, quien reconoce algún efecto negativo en los ingresos de los empacadores, pero espera que no sea permanente.

Señala que desde hace dos años, cuando comenzaron a limitar la entrega de bolsas resintieron una baja en las propinas a lo que se suma el hecho de que los clientes los responsabilizaran muchas veces a ellos por entregarlas controladas.

“Se entregaban tres bolsas, luego dos y finalmente una por cliente y eso nos fue mermando las propinas, la gente ya no entregaba la propina que entregaba antes y nos culpaba a nosotros por no dar más bolsas. Hubo discusiones, insultos y si no hay bolsa no hay propina”.

Por eso sostiene que al dejarse den entregar definitivamente las bolsas, era probable que provocara que los empacadores se fueran, los que en su gran mayoría son estudiantes.

Los primeros días

En los primeros días sin entregar bolsas, los clientes de supermercados se han portado bien, aunque al entregarles los productos en la mano no le dan propina a los empacadores, solo lo hacen cuando éstos le empacan en una caja o en alguna bolsa que llevan ellos mismos.

Pero “claramente lo que se ganaba en una hora ya no se gana, la gente que se lleva las cosas en la mano no hacen un aporte, pero no está obligada a darnos propina, ese cliente se perdió. Antes hacíamos un carro grande, donde empacábamos varias cajas y la propina era buena, ahora no, ahora estamos obligados a hacer una caja si el cliente no trae su bolsa, en realidad nos ha afectado bastante”, señala Luis Ahumada.

Futuro sin empaquetadores

Los llamados “empaques”, de los distintos supermercados tienen la teo9ría que en el futuro los estudiantes se irán y ya no realizarán más dicha tarea y que serán reemplazados por otros trabajadores.

Lo anterior, porque el estudiante que trabaja en turnos de tres horas, como ocurre hoy, al ver la poca ganancia que obtiene con las propinas, irá abandonando y optará por otro tipo de trabajos.

De todas formas temen que esta situación provoque una crisis social para los estudiantes, ya que muchos son padres o madres que estudian.

Margarita López es una de ellas, ya que si bien cursa sus estudios universitarios tiene un hijo de un año y avizora que de bajar mucho las propinas no podrá utilizar las ventanas que tiene (horas sin clases) para estar trabajando por bajísimas propinas y no sabe cómo enfrentará su futuro, puesto que lo que recibe hoy es una ayuda importante. “Hay hartas personas con hijos que dependen de este trabajo y si baja demasiado no sabremos qué hacer”, señala.

“Claramente lo que se ganaba en una hora ya no se gana, la gente que se lleva las cosas en la mano no hacen un aporte, pero no está obligada a darnos propina”, Luis Ahumada, empaquetador

De acuerdo con la medida

A pesar de que se han visto afectados en los ingresos, los empacadores señalan que ellos están de acuerdo con la medida de no entregar bolsas, porque ayuda al medio ambiente, aunque se pone en riesgo su fuente laboral.

Una solución es que los empacadores comiencen a ser remunerados, pero ven difícil que esto ocurra, puesto que desde q1ue comenzaron a prestar este servicio en la zona, hace unos 15 años, no han sido considerados como trabajadores. De todas formas, creen que se debería pagar el servicio de empaque o buscar un sistema de propina como ocurre en restaurantes y otros comercios, donde se les incluya el aporte en la boleta de compra.

En todo caso, dudan sobre las exigencias que se les puede aplicar si en los supermercados decidieran hacer un aporte o pagar el servicio.

Un negocio tras las bolsas ecológicas

El alcalde de la comuna de La Serena, Roberto Jacob, comuna que fue la primera del país en tomar la determinación de eliminar las bolsas en los supermercados, tras un acuerdo con estas empresas, dijo que hasta el momento la medida ha sido positiva, pero reconoce que al comienzo fue difícil y que a la gente le costó mucho acostumbrarse, pero ya lo han aceptado y ya no hay pretexto para ir con una bolsa al supermercado.

El edil cree que estos centros comerciales deben tener bolsas ecológicas gratuitas para los clientes. “Creo que también hay una responsabilidad de los locales comerciales o supermercados para que contribuyan y no se aprovechen de esta medida, porque ellos están ahorrando y ahora venden la bolsa. Están haci9enmdo un tremendo negocio, creo que eso debería regularse. A los supermercados se les debiera exigir que tuviera bolsas de papel o biodegradable gratuitas para que la gente pueda llevar su mercadería”, sostiene Roberto Jacob.

El alcalde serenense califica como “una frescura y no contribuye en nada a que la gente haga las cosas como las tiene que hacer, porque simplemente en el retail no están haciendo nada por reemplazar la bolsa plástica y están lucrando”, terminó diciendo.

“Creo que también hay una responsabilidad de los locales comerciales o supermercados para que contribuyan y no se aprovechen de esta medida”, Roberto Jacob, alcalde de La Serena

Los usuarios

La generalidad de los clientes de supermercados cree que la medida de no entregar bolsas que contaminan el medio ambiente es acertada, creen que junto con la norma que las prohíbe, se debió dar una solución y obligar a las empresas a entregar otro tipo de bolsas sin costo alguno y amigable con el ambiente.

Clara Álamos señala que al comienzo no le gustó para nada la idea, “pero después ya me fui acostumbrando. Me he comprado bolsas y las ando trayendo de manera permanente en el auto. Tengo bolsas medianas y grandes, según la cantidad que compro es la bolsa que utilizo”.

Pero una postura distinta tiene Mario Gutiérrez, quien plantea que “el supermercado debería entregar bolsas ecológicas, deben tomarlo como una inversión y un aporte al medio ambiente, pero acá en chile en lo único que se piensa es en el lucro. Es evidente que están aprovechando la oportunidad de ganar más plata aún”, opinó.

“Vamos a tener que acostumbrarnos a tener nuestra bolsa de género para el pan y otra para la feria, como era antes, porque por lo que veo esto no tiene vuelta atrás. De alguna forma nos arreglaremos para nuestras compras”, indica Gladys Parra. 1601