• A pesar de la gran cantidad de gente que se ve en las calles de Coquimbo, la mayoría reconoce quer teme a contagiarse con el Coronavirus.
    A pesar de la gran cantidad de gente que se ve en las calles de Coquimbo, la mayoría reconoce quer teme a contagiarse con el Coronavirus.
Crédito fotografía: 
Lautaro Carmona
Tras el alza en los contagios en la comunidad reconocen miedo, pero justifican que deben trabajar y realizar trámites.

Luego de presentarse un alza en los contagios en la comuna de Coquimbo, la gran mayoría de los habitantes reconoce sentir miedo de contagiarse, pero justifican las aglomeraciones indicando que deben salir a la calle aganarse la vida y también por trámites que deben ser presenciales.

Es el caso de Clara Rojas, quien en llegó a primera hora de la mañana a realizar un trámite al banco. “Debo cobrar un cheque y esto uno no lo puede hacer de otra manera, hay que venir al banco. Tengo miedo a enfermarme, pero necesito el dinero. No salgo a pasear al centro, eso no lo hago”.

Santiago Cordero es vendedor ambulante y sostiene que  “si no salgo a vender no como, así de simple. Es posible que en cualquier momento me contagie, pero qué le vamos a hacer. Igual me da miedo por eso trabajo con guantes y mascarilla”.

“Hay que venir al banco. Tengo miedo a enfermarme, pero necesito el dinero. No salgo a pasear al centro, eso no lo hago”. Clara Rojas, residente de Coquimbo.

Distancia social

Si bien hay temor al contagio, en los lugares de atención de público, como supermercados, bancos, farmacias y otros, a diario se aprecian aglomeraciones de personas, pero esto ocurre principalmente porque no se respetan las distancias sociales y en las  filas que  se pueden ver las personas  no se distancia una de otra a un metro o más, lo que aumenta la posibilidad de contagios.

Sobre esto y el uso de mascarilla las autoridades han sido insistentes en sus llamados, pero en términos generales la ciudadanía local las respeta medianamente.

El uso de mascarillas se ha tornado un poco más común, pero aun así se puede apreciar a algunos peatones que no la portan o bien no la utilizan como es debido y la llevan majo la nariz, por ejemplo.

Carlos  Pardo, trabaja en uno de los pocos locales que se ha mantenido abierto a pesar del estallido social y de la pandemia.

Cuenta que él toma todas las precauciones cada día, pero dice que “estoy asombrado de ver todos los días a la gente que transita por el centro o hace filas  como si estuviésemos en una época normal. Si uno se contagia corre el riesgo de morirse, pero acá la gente no ha tomado conciencia”.

Pardo dice que en su trabajo no atienden a nadie sin mascarilla y cuentan con alcohol gel para el público, pero dice que a diario siempre llega gente sin mascarilla o bien con ésta puesta en la pera y tienen que exigirles que se las pongan, lo que considera no debería ser necesario, porque eso se debe saber.

 

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