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Lautaro Carmona
Escasez de mascarillas, guantes, alcohol gel, entre otros elementos, mantiene preocupados a los funcionarios de Gendarmería. Así lo aseguran desde distintas agrupaciones que señalan que “están en un riesgo inminente”, ya que en este contexto, un solo contagiado implicaría una multiplicación inmediata entre ellos y la población penal, como ha pasado en otros lugares del país. Consultados, la dirección regional de la entidad y la Seremía de Justicia, enfatizaron en que se están realizando todos los esfuerzos y estableciendo todos los protocolos para evitar un caso positivo de Covid-19, tomando medidas extraordinarias y extremando la vigilancia sanitaria.

Desde que se comenzó a propagar la pandemia del Covid-19 en el país, los recintos penales tomaron medidas tendientes a evitar que el virus llegara a las cárceles. Sin embargo, los esfuerzos no fueron suficientes en todos los casos, y por ejemplo, en la Región Metropolitana en el complejo penitenciario de Puente Alto se registró un brote que afectó a 146 personas entre internos y trabajadores de Gendarmería. 

Pero no por eso las autoridades de Justicia han cesado en tomar las medidas más restrictivas posibles para que estas situaciones no se repitan. Así lo manifestó el director regional de Gendarmería, el coronel Leoncio Hidalgo, quien precisó que están en plena lucha contra una pandemia que día a día va cambiando. “Nos hemos tenido que ir adaptando y aprendiendo de esto, que es extremadamente novedoso. Algunas medidas que al principio no eran necesarias, ahora sí lo son. Por nuestra parte, se han instalado túneles sanitarios en Ovalle y estamos próximos a instalarlos en La Serena también”, expresó. 

Hidalgo indicó que con la restricción de visitas, primero limitando el número de personas, y posteriormente prohibiéndolas totalmente, dieron un gran paso en términos de prevención, sin embargo, están conscientes de que esto en algún momento podría generar un nivel de estrés mayor en los reclusos, lo que están tratando de sopesar con las videollamadas. “Ha sido difícil, pero creo que era necesario hacerlo, y así lo dispuso la autoridad sanitaria, y se mantendrá de esta manera hasta nuevo aviso. Sólo está permitido que se les vengan a dejar encomiendas, pero sin tener contacto”, enfatizó. 

Reos foráneos

Hace un par de semanas un grupo de dirigentes de los gendarmes de Huachalalume expresó su preocupación por al arribo  de internos de otros penales del país, principalmente de Santiago al recinto local. Los funcionarios indicaron que, pese a que estos traslados eran habituales, en el contexto de la pandemia continuar realizándolos constituía un riesgo de contagio, ya que se desconocían las condiciones de salud en las que venían los reclusos que además, eran de alta peligrosidad. En esa línea, el coronel Hidalgo explicó que todos los internos que venían desde otros lugares pasaban por un aislamiento preventivo.

“Ellos, además de ser sometidos a los exámenes de rigor, realizan una cuarentena aunque no presenten síntomas de nada. Entonces, las medidas que se toman son extremas. Por lo demás, estos traslados son habituales todos los años porque hay recintos de Santiago que tienen problemas con su capacidad para albergar a la población penal, una capacidad que sí tenemos acá”, aseveró. 

La seremi en alerta

La Seremi de Justicia, Alejandra Valdovinos, precisó que en el actual contexto, se han aumentado las exigencias para los recintos penales. “Todos deben contar con lugares de aislamiento, para que personas que presenten algún tipo de síntomas similares al Covid-19, puedan ser aislados, hasta tener la certeza de que salga negativo el examen”, enfatizó. Además, agregó, respecto al traslado de internos que una vez que llegan, “por supuesto después de haberles realizado el examen y que haya salido negativo, de igual forma hacen una cuarentena preventiva una vez que arriban. Sólo transcurridos los 14 días estos internos pasan a sus módulos correspondientes”. 

Sin embargo, sostuvo que en penales más grandes como el de Huachalalume, incluso “se ha separado en diferentes módulos a la población de mayor riesgo que podría sufrir de mayor forma en caso de tener un contagio”, indicó la seremi.  

Resguardos para gendarmería

Pese a que existe un resguardo para los funcionarios en términos de tomarles la temperatura cada vez que ingresan, verificar de dónde vienen, etc… todavía no se sienten totalmente seguros, ni ellos, ni tampoco los internos. 

Desde la dirigencia de Gendarmería ya habían advertido de los riesgos que implicaba el traer a reclusos desde penales ubicados en comunas donde existía una alta tasa de contagios por Covid-19. Aquello ya está consumado y no lo pudieron evitar, pero ahora, aunque a que reconocen que se están haciendo los esfuerzos por evitar la propagación de la enfermedad a nivel interno, la principal preocupación que tienen es la escasez de insumos como mascarillas, guantes, alcohol gel y otros elementos sanitizadores. “Esto es un inconveniente que sabemos que viene desde el nivel central. En Gendarmería siempre los recursos han sido insuficientes y se está notando ahora. Las máscaras que nos dan es una por día, y son desechables por lo que no duran más de tres horas”, afirma Freddy García, secretario de la Asociación Nacional de Suboficiales de Gendarmería (Ansog). 

Agrega que “no les ha quedado de otra” que autoabastecerse, pero no todos pueden. “Nosotros mismos, nuestras familias nos hacen mascarillas, pero algunos funcionarios son solos y no pueden elaborárselas. El tema es muy complicado, porque sabemos que nadie se esperaba esta pandemia y evidentemente que no existe la cantidad de elementos que se requiere, teniendo en cuenta que todo el mundo está intentando conseguirlos. En ese sentido yo creo que la dirección regional ha hecho los esfuerzos, pero insisto, somos un servicio al que siempre dejan para el final, no somos la prioridad”, enfatiza. 

Respecto a los guantes y a elementos de limpieza, “esos no podemos hacerlos nosotros, y no todos tienen. Se supone que llegó una partida con estos elementos y se los entregaron a quienes poseen un trato más directo con los internos. De lo que sí tengo certeza es que el stock que se mandó era bastante limitado”, aseveró el dirigente. 

"El patio trasero"

“Somos el patio trasero en el orden de importancia”. Con esta frase, el también dirigente de gendarmes, Jokan Garrido, grafica lo que están viviendo tanto él como sus colegas de Huachalalume, sin dejar fuera a los internos. 

Garrido ratifica lo expresado por Freddy García. “Nos están faltando los elementos de protección principalmente para el personal que está en contacto directo con la población penal. Nos entregan una mascarilla y un par de guantes, y no a todos. Encima, a quienes se las entregan, no les alcanza a durar todo el día porque son cosas desechables y de mala calidad”, afirmó. 

Eso sí, también reconoció que se han reunido con la Dirección Regional y que les han explicado que ellos han hecho los requerimientos a nivel central, pero no ha existido respuesta ya que este problema es generalizado en las cárceles de Chile. “Lo que esperamos es no tener ningún contagio, porque creo que no están dimensionando lo que eso implica. El que haya uno en una cárcel de inmediato te genera que existan cientos de casos más. Y estamos expuestos nosotros, el personal, y también los internos”, precisó. 

Un foco peligroso

Para inspeccionar cómo se está llevando a cabo el control y la prevención de la pandemia en el penal de Huachalalume, el día viernes el Colegio Médico y el Instituto Nacional de Derechos Humanos, realizaron una visita donde conversaron con la población privada de libertad, y también con los funcionarios de Gendarmería 

Actualmente se está elaborando un informe de lo observado,  tanto desde el aspecto de medidas de protección a funcionarios e internos, protocolos de prevención y abordaje de eventuales casos sospechosos. Así lo indicó el presidente regional del Colmed, Rubén Quezada. “Los centros de reclusión son espacios donde si no se toman todos los resguardos, se pueden llevar desde afuera al interior focos de infección, que en el marco de la población cerrada puede generar muchas dificultades”, manifestó. 

Los esfuerzos posibles

El coronel Leoncio Hidalgo, admitió que faltaban insumos, pero que era natural  debido a la cantidad de demanda de éstos que existe en el país. “Las mascarillas, el alcohol gel o el cloro, son una permanente necesidad y hoy día son prácticamente un tesoro nacional. Entonces, el mercado está saturado, por lo que en la cárcel de Ovalle, por ejemplo, ya están haciendo, y en el penal de Huachalalume se instaló un taller para que los internos comiencen a trabajar y ojalá todos puedan tener la mascarilla, pero estamos priorizando a los que venimos desde el exterior y que podamos significar algún riesgo para la población penal”, aseveró.

Por su parte, la Seremi Valdovinos manifestó que los funcionarios que están en contacto directo con los internos están recibiendo las mascarillas y guantes. “Ellos mismos han estado confeccionando estos implementos, también protectores faciales, y delantales. Esto es algo que se realiza a nivel nacional”, especificó Valdovinos. 

El peor escenario

Consultada respecto a cómo serían los protocolos que se activarían en caso de registrarse un contagio de coronavirus en un penal de la región, la seremi aseveró que ya está todo establecido. “En caso de producirse una confirmación, esta persona tendría que encontrarse en el lugar de aislamiento, y después evaluar si la persona está en condiciones de cumplir su cuarentena en el recinto penitenciario o debe ser trasladada a un hospital. Evidentemente también comenzar el seguimiento para determinar si hay más casos y realizar otros exámenes”, indicó. 

Indultos conmutativos

La semana pasada se aplicó el beneficio de los indultos conmutativos a 77 internos recluidos en penales de la región, algo que fue valorado por la Seremi de Justicia, Alejandra Valdovinos. “Lo que se buscó con esto fue proteger a la población penal de mayor riesgo, como hombres mayores de 60 años y mujeres mayores de 55, mujeres embarazadas, o que tengan hijos menores de 2 años que hayan cumplido la mitad de la pena y que le resten por cumplir como máximo 36 meses”, enfatizó. 

Estos beneficiados, deben estar en sus domicilios las 24 horas bajo una estricta vigilancia por parte de Gendarmería de Chile. 

 

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