Familiares y amigos recuerdan a conocido productor de alcachofas de la zona

Víctor Marcelino Velásquez Pizarro, conocido entre los productores de hortalizas de la zona como “El Rey de la Alcachofa” y por sus familiares y trabajadores como el “Tío Vito”, falleció la primera semana de marzo.

Hoy cumpliría 69 años y sus cercanos han querido homenajearlo, recordando sus características personales que dejaron huella.

Conocido agricultor de La Serena, dedicado principalmente a la producción de alcachofas, terminó transformándose en el principal cultivador de esta hortaliza a nivel nacional.

Víctor Velásquez nació un día 17 de marzo de 1953 en Las Compañías. Hijo de Laura Rosa Pizarro Arancibia y Octavio Humberto Velásquez Cerda. Fue el séptimo de nueve hermanos.

Desde pequeño

Desde pequeño trabajó en la agricultura junto a su padre. Más tarde, en la adolescencia se dedicó a vender en la feria las hortalizas. Tiempo después, comenzó su propia producción.

Sin embargo, el año 1993 sucede un hecho que termina por marcar definitivamente su vida, cuando su amigo Ramón Jopia, también fallecido, le regala los primeros hijuelos de alcachofas, que con el paso de los  años lo convirtieron en “El Rey de la Alcachofa”, apodo dado por otros productores locales y nacionales.

Pero no solo se dedicó al cultivo durante su vida, puesto que también fue camionero por muchos años, llevando sus hortalizas a distintas partes del país.

Trabajó duro para conseguir su anhelado sueño de tener sus propios predios, emplazados en la localidad de  Gabriela Mistral, en el Valle del Elqui, tierras que dieron fruto después de largos desvelos.

A la fecha, contaba con una plantación de aproximadamente 50 hectáreas que le permitieron cosechar anualmente un millón 800 mil unidades de alcachofas, las que son distribuidas por el mercado mayorista Lo Valledor en Santiago.

Fuente laboral

Gracias a su producción, se transformó en una fuente importante de trabajo para muchas personas de La Serena, teniendo 22 trabajadores de planta, adicionales a los que se desempeñan en temporada de cosecha.

Sus cercanos destacan que además de dar empleos, su humildad le permitió ayudar desinteresadamente a muchas personas y familias, ya que su grandeza no solo estaba en su trabajo, sino en su alma de bien.

Lamentablemente, el pasado 02 de marzo, tras permanecer internado en el  hospital de La Serena, dejó de existir, con gran pesar para sus familiares y amigos, quienes le ofrecieron un velorio y misa de despedida.

La herencia continúa

En la actualidad, sus hijos Eduardo, Marcela y Marcos, además de su nieto Alan, se encargan de mantener su producción y continuar con su legado.

Su familia ha querido homenajear hoy  a quien no sólo sembró alcachofas en la Región de Coquimbo, sino que también amor.