Aunque muchos grupos familiares comenzarán hoy el retiro definitivo de La Pampilla de Coquimbo, muchos comenzaron ayer a dejar el recinto para retornar a la normalidad de sus vidas.
Sin embargo, había un denominador común y es que la mayoría de los consultados se despedían con una buena nota a la celebración dieciochera, especialmente en lo que dice relación a la tranquilidad con que se desarrollaron los días de celebración, que para algunos fue la semana completa.
En su gran mayoría se trata de grupos familiares que son parte de una tradición que llegan a instalarse en carpa para festejar el 18 de septiembre.
El proceso comienza a lo menos unos 20 días antes cuando concurren a demarcar los terrenos en donde se instalarán para luego tomar posesión del lugar con varios días de anticipación a la fiesta.
Año especial
Coinciden en que este año fue especial, ya que fue una celebración mucho más larga y algunos optaron por demostrar conciencia ecológica y dejaron un árbol plantado en el sitio que acampan cada año e indican que es una iniciativa que esperan se ponga de moda en los próximos años y así convertir el lugar en un recinto de áreas verdes.
Es el caso de la familia Ramírez, que tiene una tradición de más de 50 años instalándose en el recinto.
Plantean que junto a uno de los vecinos de carpa tomaron la decisión de dejar un árbol plantado y como varios miembros de esta familia practican fútbol los fines de semana en ese recinto, serán los encargados de regarlo durante el año.
“Hace décadas que nos instalamos en este lugar, es una tradición familiar que hemos mantenido, algunos ya se han ido, pero las nuevas generaciones continúan con la tradición”. Luis Ramírez Portilla.
Luis Ramírez Portilla señala que “hace décadas que nos instalamos en este lugar, es una tradición familiar que hemos mantenido, algunos ya se han ido, pero las nuevas generaciones continúan con la tradición”.
Valora que a pesar de ser más días de celebración, rodo se realizó en normalidad y no hubo sobresaltos, lamenta eso sí que ahora muchas familias cercan los terrenos y los cierran con malla rachel o con lo que pueden y eso divide, ya que antes era acampo abierto y todos compartían, se instalaba una carpa tras otra, sin divisiones.
Puso buena nota a la celebración y mientras ordenaban, plantaban un pino y limpiaban el lugar en donde estuvieron acampando, indicaban que estarán en el mismo lugar el próximo maño.
Creciendo en La Pampilla
La familia Flores, también tiene como tradición instalarse cada año indicando que muchos de los adultos que son parte de este grupo, vienen de niños al recinto y que prácticamente se han criado en éste.
Juan Agustín Castillo, el patriarca de la familia Castillo señala que todo estuvo bueno, mientras prepara el que dice es el último asado. “Ha sido mucho más largo este año y lo hemos pasado muy bien, hemos estado todos juntos, todo tranquilo”.
Lo propio señala Felipe Argandoña, quien vive en Guayacán y junto a los suyos lleva décadas celebrando en La Pampilla.
Mientras almuerza con los suyos comenta que “llegamos el sábado 14 junto a mi familia y ha estado todo bonito, vamos a aprovechar todo lo que sea feriado, así que nos vamos mañana (hoy), porque La Pampilla es muy bonita”.
En general, los residentes ocasionales de La Pampilla le pusieron buena nota a la festividad, destacando que no hubo ningún problema mayor. Ayer se inició la retirada de los carpitas.