• Gallardo no hará la denuncia ante la justicia, porque el delito está prescrito y no quiere verse perjudicado psicológicamente. .
  • Edison cuando niño y residía en un hogar del Sename, donde viviría el infierno del cual pudo sobrevivir.
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Edison Gallardo (41), quien el 2017 publicó el libro “Mi Infierno en el Sename”, relata que cuando estuvo en una residencia de la entidad en La Serena, presenció y sufrió abusos sexuales por parte del exarzobispo. Asegura que la situación “era conocido por todos”, pero nadie hacía nada, mientras Cox iba y venía desde el Hogar Redes, o los menores eran llevados a visitar el Arzobispado o el santuario Schoenstatt, donde el exsacerdote “hacía lo que quería”.

El 2017 el nombre de Edison Llanos se hizo conocido a nivel nacional. El hombre, que en ese momento tenía 38 años, publicó el libro “Mi Infierno en el Sename”, en el que relató con detalles el calvario que vivió entre los 2 y los 15 años, tiempo en el que permaneció en el Hogar Redes de La Serena.

El texto de 219 páginas generó impacto, sobre todo por el momento en el que salió a la luz, con la entidad viviendo la peor crisis de su historia y siendo investigada por más de mil muertes de niños al cuidado de la institución en 11 años.

Edison narró cómo debió lidiar con los constantes castigos, golpes y maltrato psicológico por parte de las cuidadoras, además de pasar hambre, frío y convivir incluso con abusos sexuales.

Pese a todo salió adelante y hoy se declara un sobreviviente. Claro, vio cómo muchos de sus compañeros se fueron perdiendo, o muriendo en el camino, en cambio él resistió hasta los 16, cuando era un adolescente y pudo desligarse de la entidad, siendo acogido por una familia que de a poco le ayudó a reconstruir su vida e ir sanando heridas, que, aunque ha pasado el tiempo, todavía no logran cicatrizar del todo.

Cox, protagonista del infierno

Pero hubo algo que no contó en su primer libro. Edison Llanos, cuyo nombre verdadero es Edison Gallardo, no profundizó en uno de los peores episodios que vivió durante su dura infancia, cuando con alrededor de 6 ó 7 años, en la década del ’80 y fue abusado por el exarzobispo de La Serena Francisco José Cox. “Anteriormente no lo hice público, habían muchas cosas de por medio y cuesta... Esperaba que surgieran otros testimonios, porque yo sabía que muchos otros niños fueron abusados, pero la protección de la iglesia en ese momento, principalmente por parte del cardenal Errázuriz, era muy grande. De hecho, por eso lo mandó cómodamente a Alemania a una casa de reposo”, relata Gallardo, en conversación exclusiva con El Día.

Desde el Sename al Arzobispado

Edison relata que en los tiempos de Cox, incluso antes de que llegara a ser arzobispo en 1992, era común que los menores que estaban en residencias del Sename fueran llevados al Arzobispado de La Serena, o viceversa, que los religiosos visitaran particularmente el Hogar Redes, administrado por una congregación de hermanas franciscanas. Y allí, en esos encuentros, según asevera el serenense, era cuando se producían todo tipo de abusos. “Las visitas eran habituales. A nosotros nos sacaban o el mismo Cox iba al internado, incluso a veces nos llevaba al santuario de Schoenstatt en La Serena. Ahí, como te podrás imaginar hacía lo que quería, nos subía tocándonos el trasero a todos, tupido y parejo. Yo presencié cómo abusaba de un compañero”, recuerda.

En esa oportunidad, habría visto como Francisco José Cox, mantenía a otro menor arrodillado frente a él, sobre una cama mientras “jugaban a las tocaditas”, como solía decir el exreligioso.

El peor momento

Tiempo después el propio Edison Gallardo sería la víctima. Como a todos los demás, el por entonces Obispo coadjutor quien había llegado repentinamente a la zona desde el Vaticano, lo invitó “a jugar” y el menor de unos seis años jugó con fuego sin imaginarlo. Comenzaron las tocaciones, “en el trasero, la entrepierna y el beso asqueroso”.

Gallardo, encerrado en una pieza se encontraba en la total indefensión, “si gritaba, me iban a castigar, pensaba. Hasta que me oriné de miedo, pero ni eso lo detuvo”, relata Edison, quien prefiere no entrar en detalle, ya que le duele volcar su memoria a esos momentos, y además todo será contado en extenso en su segunda publicación, donde describirá sus experiencias de abusos por parte del clero. El libro se titulará, “Esperanza en el Infierno” y será lanzado en el mes de abril.

La protección “descarada”.

“Todas las monjas sabían lo que pasaba, y la gente del Sename también”, asegura Edison Gallardo, ratificando que las conductas de Cox eran un secreto a voces en la zona. “Si desde el mismo Vaticano lo trasladaron por las denuncias que tenía, cómo no iban a saber acá”, cuestiona.

Y cree tener claro por qué nadie hizo nada para protegerlos, ni desde la misma iglesia, ni desde las esferas políticas, donde, asegura, también había conocimiento. “A los políticos de siempre, no les interesan los niños del nunca. A quién le va interesar un niño huérfano, interno. A nadie, entonces era muy difícil que si uno decía algo, le creyeran, él era una eminencia a la que se le recuerda hasta en la Cruz del Tercer Milenio”.

No hará la denuncia

Aunque dice que apoyará con su testimonio a Hernán Godoy y Abel Soto, las víctimas que han interpuesto acciones legales contra Cox, indica que en su caso no presentará la denuncia. Asegura estar dedicado a “otras batallas” por el momento, “peleando por mejoras en el Servicio Nacional de Menores, por los derechos de los niños, intentando cambiar este sistema de protección para devolverle la dignidad a cientos de menores. Entonces, si presento una acción legal tomando en cuenta que el delito está absolutamente prescrito, implicaría someterme a una revictimización que podría perjudicarme psicológicamente el doble”, puntualiza.

“Lo siguen protegiendo”

Gallardo asegura que su victimario sigue siendo protegido. Cree que el sólo hecho de tenerlo “escondido” con todas las facilidades “siendo que se trata de un abusador sexual, es una vergüenza”.

Lo mismo le parecieron las declaraciones que dio el abogado que representará al exsacerdote, Cristian Urquieta, profesional de la Universidad Central, quien fue contactado por la congregación Schoenstatt, a la que Cox sigue perteneciendo pese a haber sido expulsado de la iglesia. “El que haya dicho que Francisco José Cox es inocente, es una aberración. Para los que conocemos el derecho, la inocencia no existe, existe un distinto nivel de responsabilidad, por lo que llamarlo inocente públicamente es lacerar la esencia que tenemos nosotros como víctimas, dañar nuestra dignidad. Le pediría que tuviera un poco más de tino, un poco más de ética”, manifestó Gallardo. 4601iR

 

Recuadro: Una vida nueva

Pese a que Edison Gallardo, hoy de 41 años, continúa trabajando por mejorar las condiciones de los niños del Sename, intenta no atormentarse por lo que tuvo que vivir allí. Actualmente reside en Santiago, donde estudió derecho y ahora ingresará a Trabajo Social. Está casado desde hace 10 años y tiene una hija.

Además, integra Fundación Infancia Chile, en alianza con la Fundación para la Confianza, creada por las víctimas de Fernando Karadima. En este contexto, dice siempre estar atento a su salud mental ya que sabe que está profundamente dañado. “Yo todavía me trato con terapia, porque uno queda con traumas, y de esas cosas hay que liberarse, porque el daño psicológico, las torturas cometidas por personas que estaban destinadas a cuidarte, con plata del Estado es demasiado potente”.

LA CIFRA: 13 años estuvo en el Sename Edison Gallardo.

FRASES:

“Esperaba que surgieran otros testimonios, porque yo sabía que muchos otros niños fueron abusados, pero la protección de la iglesia en ese momento, principalmente por parte del cardenal Errázuriz, era muy grande”.

“A los políticos de siempre, no les interesan los niños del nunca. A quién le va interesar un niño huérfano, interno. A nadie, entonces era muy difícil que si uno decía algo, le creyeran, él era una eminencia que se le recuerda hasta en la Cruz del Tercer Milenio”.

Cronología

19 de julio 2018

La primera víctima de Cox, Hernán Godoy, recurre a la justicia y denuncia los hechos ante la Fiscalía.  

3 de octubre del 2018

Tras recibir el apoyo de la Fundación Para La Confianza creada por las víctimas de Karadima, Hernán Godoy presenta una querella contra Cox patrocinado por los abogados de la  fundación Juan Pablo Hermosilla y Josefina Gutiérrez.

13 de diciembre del 2018

El Vaticano anunció oficialmente la dimisión del estado clerical de Francisco José Cox, junto al de Marco Antonio Órdenes Fernández de 54, ex obispo de Iquique, después de haber sido investigados por la Congregación de la Doctrina de la Fe.

19 de febrero de 2019

Se realiza la audiencia en la que se determina que el caso será investigado por el sistema penal antiguo. Cox se mantiene en un domicilio particular en Santiago a la espera de ser citado por el juez.

 

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