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Lautaro Carmona
El gobernador de Choapa habla de su labor que permitió destrabar el conflicto entre un grupo de jóvenes de alto del Río Choapa y Minera Los Pelambres, que terminó en una mesa de conversación y avanzando en temas claves para el sector.

El conocimiento de los verdaderos problemas de la gente de Salamanca y, sobre todo los jóvenes, fue clave para que el gobernador de Choapa, Juan Pablo Gálvez, lograra desactivar el conflicto entre pobladores de la comuna y Minera Los Pelambres. Esta exitosa gestión se da en medio del estallido social que enfrenta el país, lo que hace aún más meritorio el logro. “Los jóvenes se juntaron y dado el contexto nacional se tomaron la ruta D-835 que es la que une Salamanca con Cuncumen y la Minera Los Pelambres a la altura del sector La Higuera. Dado que no existía fuerza pública decidí acercarme y saber cuáles eran las necesidades”, relata en entrevista con diario El Día.

Explicó que primero se acercó a las juntas de vecinos y luego al lugar donde se desarrollaba la toma, donde dialogó con varios jóvenes y les propuso que podría ser un camino y un puente para el diálogo, “una especie de interlocutor. Obviamente necesitaba la validación de ellos para poder hacerlo y no tuvieron inconvenientes y así empezamos una negociación que duró prácticamente una semana con reuniones de por medio y muchas visitas a terreno y al lugar de la toma para conversar con la gente y que los temas más difíciles los pudiéramos ir resolviendo y eso se tradujo que tuviéramos un pre acuerdo para armar una mesa en el sector de Cuncumen, pero lo quisimos institucionalizar e incorporarlo al comité a hídrico que tenemos en la provincia de Choapa”. 

-¿Cómo logra transformarse en mediador cuando los manifestantes no querían nada con las autoridades políticas?

“En su momento la situación estaba muy compleja, pero no se veía salida. Había comerciantes y trabajadores de la minera que estaban bastante complicados porque durante más de una semana no podían subir a trabajar y ahí uno empieza a ver cuál es la mejor solución y pensamos que lo mejor era dialogar. Saber lo que querían y si podíamos aportar en algo como autoridad”. 

Importancia de la cercania

El gobernador Gálvez no escondió que en un principio la situación generaba un poco de temor, “por el contexto (que vive el país), pero como soy del Choapa y de Salamanca, existe un grado distinto de cercanía y espero que la gente tome eso en cuenta, porque tenemos que seguir trabajando respecto a lo que quedó pendiente dentro de la negociación que estábamos haciendo”.

-¿Y cómo ha sido la situación en las diferentes comunas de Choapa en medio del estallido social?

“La primera semana estuvo bastante compleja. En la plaza de Illapel después de algunas manifestaciones pacíficas apedrearon la comisaría y ahí hubo algunos altercados. En Los Vilos, varias tomas en la Ruta 5 y ataques a la prefectura de la PDI. Pero, después que llegamos a un acuerdo con los jóvenes del sector alto de Salamanca, se empezó a tranquilizar y esperamos que vuelva la normalidad en todo lo que es la Provincia de Choapa, porque es una zona que está bastante afectada por el tema hídrico y lo que más solicitaban los chicos que se tomaron el camino era que minera Los Pelambres y el Gobierno nos pusiéramos a trabajar en conjunto para sacar adelante la sequía que nos azota bastante fuerte en el Choapa”. 

-¿Cuál fue el compromiso con los jóvenes?

“Los proyectos más grandes tienen que ver con el tema hídrico. Por ejemplo, la desaladora que Minera Los Pelambres está construyendo en Los Vilos y que se pueda colocar en marcha lo antes posible y el compromiso de la misma minera en ayudar a los APR y a la Junta de Vigilancia del Río Choapa para inyectar, a través de un traslado de derechos en el mismo río, pozos profundos. Además, hay un compromiso de un estudio completo de la cuenca del Río Choapa que nos ayudaría a saber más qué es lo que hay abajo y si las aguas subterráneas nos pueden ayudar a pasar un buen verano”. 

“La desaladora tiene un estimado de 400 litros por segundo y lo que espera la compañía minera es que funcione cuando exista el decreto de escasez hídrica y Choapa lo tenemos desde el 2010 y estará construida a fines del 2022. El objetivo es para que la minera no consuma agua del río, sino que directamente de la desaladora. Igualmente la minera se comprometió a trabajar a estudiar un embalse de cabecera en el Río Choapa y esto es uno de los temas que también vamos a retomar en la mesa que creamos en el valle Alto”. 

-¿En el logro de una salida fue clave el que usted fuese del sector, sobre todo cuando hoy día se habla de una desconexión de las autoridades con la vida diaria de las personas?

“Es básico si uno tiene en consideración los problemas que posee la provincia. Hay que ser empático y saber escuchar y tener paciencia. Hoy día tenemos dos grandes problemas en la provincia de Choapa, uno es la escasez hídrica donde tendremos el problema del ganado y lo otro es en el verano cuando tengamos dificultades con la agricultura y los APR y es por ello que trataremos de sacar adelante los proyectos que tiene la gente para asegurar el consumo humano, de cómo se abastecen los agricultores de la provincia del Choapa que permitirá que en marzo o febrero puedan tener agua”. 

-¿Advierte que el estallido social ha paralizado en la zona la agenda que se venía trabajando en el tema hídrico?

“En la Provincia de Choapa ha pasado algo distinto, dado que la mayor parte de las movilizaciones eran por el tema hídrico, todos los esfuerzos se están colocando tanto en el mundo privado como en el público, para sacar adelante el tema hídrico”.

-¿Cómo ha enfrentado estas tres semanas de movilizaciones, donde se ha criticado las soluciones que ha entregado el Gobierno?

“Ha sido complejo, han sido más de 20 días que llevamos estas manifestaciones. Está bien que la gente se manifieste, pero lo que nos ha complicado más son los hechos delictivos, los saqueos y los incendios que han provocado mucho daño. Tenemos un desafío como gobierno, es cierto que no es fácil, pero pensamos que trabajando, dando la cara y siendo leales con nuestra ciudadanía se pueden lograr muchas cosas. Entonces, más que dar esa sensación que estamos perdiendo esta batalla, pensamos que es una oportunidad para que estas peticiones y añoranzas se transforman en realidad para un Chile mejor”.

-¿Y cómo se puede llegar a tomar como una oportunidad, cuando pese a que se planteó una serie de medidas, la gente siguió saliendo a la calle?

“Cuando hay descontento social es fácil hacer una manifestación, porque hay una causa en común, pero la idea es trabajar escuchando a la gente. Las personas lo que esperan es que muchas de las cosas sean inmediatas y para sacar adelante todas esas demandas sociales lo que se necesita es tiempo y acuerdos nacionales. Insisto, la mejor opción es dialogar de cara a la gente y quizás la clase política no está bien catalogada, por lo tanto tenemos que hacer una representación mejor y eso se hace con diálogo ciudadano y esperemos que eso se comience a dar de aquí a un tiempo más”. 

-¿Es el momento del recambio de la clase política?

“A mí me gusta mucho hablar de oportunidades y en mi caso siempre he sido muy transparente en el sentido de hablar con la verdad y no tenerle miedo a la gente ni al diálogo. A mí, no me gusta ser tan conservador, porque los cambios pueden ser buenos y estar abierto a ellos y no tenerle miedo. Hay que escuchar un poco más a la gente y ver cuáles son las prioridades”. 

 

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