Crédito fotografía: 
Bastián Salfate
Los disturbios no pudieron empañar la manifestación pacífica que ayer protagonizaron los habitantes de La Serena y Coquimbo. Caminaron cerca de tres horas para encontrarse en Peñuelas demostrando que se puede expresar el descontento popular sin necesidad de hacer daño.

Fueron unas 40 mil personas las que se manifestaron ayer para apoyar el movimiento social que se desarrolló por cuarta jornada en la Región de Coquimbo.

Pese a que al final se registraron escaramuzas principalmente en la comuna puerto, no lograron empañar la muestra de organización pacífica que tuvieron los habitantes de La Serena y Coquimbo, que se congregaron en el sector de Peñuelas protagonizando una de las marcha más masivas en la zona desde el retorno a la democracia. 

Mañana tranquila

Durante la mañana las calles de La Serena comenzaban a mostrar que poco a poco se retorna a la normalidad. Los kioscos y las tiendas del centro de la ciudad, abiertos al menos hasta las 14:00 horas fueron un buen presagio y una muestra de tranquilidad para la comunidad que no quiere más violencia. 

Respecto a las manifestaciones, todo se inició con la de los trabajadores de la salud  quienes paralizaron y marcharon a eso de las 11:30 horas desde el hospital de la capital regional hasta llegar el frontis del Servicio de Salud (ver página 6-7 papel digital). A esa hora, también en el centro de la ciudad  se llevaba a cabo otra marcha pacífica organizada por agentes culturales. 

Ambas manifestaciones convergieron y culminaron de manera totalmente ordenada en la Plaza de Armas, donde llegaron unas mil personas que se dispersaron sin hacer desorden en medio de manifestaciones culturales (ver página 20). 

La marcha inesperada

No había plena claridad sobre cómo se llevarían a cabo las manifestaciones durante la tarde. A diferencia de los otros días, donde en La Serena, estaba claro que la Plaza Buenos Aires sería el punto de encuentro, esta vez se generó una incertidumbre que duró hasta aproximadamente las 15:00 horas, cuando un grupo llegó hasta el sector de Cuatro Esquinas en la Ruta 5 norte. Allí, bajo la pasarela llegaron rápidamente unas 500 personas las que en cosa de minutos se multiplicaron a medida que se corría la voz tanto en la capital regional como en Coquimbo. 

Tras manifestarse durante aproximadamente una hora en el lugar, la masa de gente emprendió su ruta en dirección al sur, rumbo a la comuna puerto, donde de manera paralela quienes se habían concentrado en diferentes sectores, caminaron al encuentro de los manifestantes que provenían desde La Serena. 

Fueron aproximadamente tres horas de caminata en la que se escuchó el descontento popular que se hacía cada vez más masivo. De los cerca de dos mil que comenzaron a avanzar desde Cuatro Esquinas, se sumaba más y más gente en ambas direcciones (tanto de norte a sur como de sur a norte) formando una columna humana que colmaba la ruta 5 norte, de lado a lado, y que parecía no tener fin. 

“Es una experiencia única. Llevo viendo marchas desde hace 30 años y nunca había visto algo así”, indicaba el vecino serenense Cesar Flores, mientras se desplazaba junto a su familia rumbo al puerto, en lo que ya era una marcha histórica. A esas alturas, se hablaba de unas 20 mil personas, contando a los manifestantes de las dos comunas de la conurbación. 

Pero la cifra creció. Se fue sumando más gente y ya para las 17:30 horas cuando serenenses y coquimbanos llegaron hasta el punto de encuentro donde finalizó la marcha, el número inicial se había duplicado. Se trataba de una marea humana que superaba los 40 mil integrantes y que pese a su masividad se tornaba pacífica, salvo por algunos puntos negros encarnados en individuos que en algún momento intentaron encender algunos neumáticos, pero que no lograron detener una manifestación que finalmente estuvo destinada a convertirse en histórica. 

Incluso lágrimas se pudieron ver en los rostros de los habitantes de la conurbación que caminaron durante horas para llegar a un mismo destino y que al llegar no pudieron contener la emoción, la mayoría abrazó el primero que se le cruzó por delante y simplemente lloró. 

Los mismos de siempre

No faltaron los descolgados de siempre. Cuando la manifestación culminaba y la mayoría de las personas se retiraba con premura debido a que se aproximaba el toque de queda, un grupo de sujetos, los de siempre, intentaron saquear el Outlet de Coquimbo, pero su actuar fue repelido gracias el actuar de los propios manifestantes y de Carabineros. 

En la misma tónica de violencia, en la ciudad puerto, mientras la multitudinaria marcha se gestaba, tuvieron lugar enfrentamientos entre sujetos desconocidos y las fuerzas policiales, y se registraron una serie de actos de vandalismo. Sin embargo, estos puntos negros no empañaron la multitudinaria protesta de los vecinos de la conurbación que demostraron que se puede alzar la voz sin  hacer daño. 

 

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