• En la imagen, el padre del infortunado cabo que pereciera en el cruce Apatitas, Luis Díaz padre, acompañado de la viuda de Hans Knopke, María Cecilia Zepeda, y una de sus hijas durante la última ceremonia del Día del Carabinero.
  • El General Rolando Casanueva llora a los funcionarios caídos durante el acto de servicio.
  • La fotografía de Luis Díaz Manríquez, en una pequeña grupa de la Primera Comisaría.
  • La imagen corresponde al sargento Hans Knopke, quien hace un año dejó a su esposa y dos hijas.
  • En la Catedral de La Serena fueron velados los restos de los mártires con una multitud llorando su partida.
Crédito fotografía: 
Andrea Cantillanes
Nadie los ha olvidado y los vecinos del sector de Apatitas recuerdan con detalles el día de la tragedia. Desde Carabineros, en tanto, el general Casanueva asegura que durante este año la mística de la institución se ha fortalecido. Por su parte, el padre del carabinero Luis Díaz Manríquez entrega por primera vez su testimonio de cómo ha sobrellevado la muerte de su hijo.

Ha pasado un año desde el fatal accidente que enlutó al país entero. Nadie quedó indiferente cuando el viernes 11 de noviembre de 2016 una persecución terminó con la muerte de dos carabineros. Se trataba del sargento Hans Knopke y el cabo Luis Díaz. 

¿Los presuntos responsables? Seis jóvenes coquimbanos, cuatro de ellos menores de edad, que venían desde Ovalle huyendo de la policía tras haber robado un vehículo particular. 

Pero la carrera terminó en el kilómetro 62 de la Ruta D 43 que une La Serena con Ovalle. Allí impactaron a los efectivos motorizados que participaban en el operativo, dándoles muerte. 

La opinión pública repudió lo acontecido y exigió las penas del infierno para los antisociales. Sin embargo, luego de un juicio que se extendió por 16 días, el pasado 21 de septiembre en el Tribunal Oral de La Serena se decidió absolver a los imputados de cualquier responsabilidad en la muerte de los carabineros y fueron condenados sólo por los delitos de robo y receptación. De hecho, cuatro de ellos podrían cumplir la pena en libertad. 

Todo un revés para el Ministerio Público y la parte querellante, quienes no se quedarían tranquilos y solicitaron anular el juicio. 

El recurso ya fue ingresado a la Corte de Apelaciones y será el 22 de noviembre cuando el Tribunal de Alzada dé a conocer su resolución. Por ahora, la incertidumbre continúa, pero quedan historias por contar, como, por ejemplo, la del padre del cabo Luis Díaz, del mismo nombre, quien relata sus días más complejos luego de la trágica partida de su hijo, o la del menor que tenía tan sólo 14 años cuando participó en el lamentable evento y que nunca ha podido salir del círculo de la delincuencia. 

La postal es lamentable. En el kilómetro 62 de la ruta D 43 que une La Serena con Ovalle la memoria parece haberse roto. 

A un costado de la calzada en un espacio de menos de 10 metros yacen tres animitas que recuerdan vidas que se fueron, pero una de ellas, tal vez la más simbólica, está prácticamente convertida en cenizas.  

Se trata de la que se instaló el año pasado luego de los terribles acontecimientos del 11 de noviembre cuando fallecieron los uniformados, el sargento Hans Knopke Briones, y el funcionario Luis Díaz Manríquez, la que, se presume, habría sido incendiada el domingo recién pasado de manera intencional. 

“Son unos desgraciados”, dice Fresia Rojas, quien vive en las parcelas que están cerca del lugar. La mujer no puede creer que “la maldad de la gente” pueda llegar a tanto.  

UN DÍA QUE NO OLVIDARÁN

Nada ha sido igual para las cerca de 10 familias que habitan allí, en el cruce Apatitas, cuya tranquilidad se vio interrumpida hace un año. 

No han podido olvidar el dolor del que les tocó ser testigos y cuando se les pregunta sobre el episodio lo narran como si hubiese sido ayer. De hecho, Fresia recuerda el momento exacto en el que sintió un estruendo “como una bomba que explotó” y que de inmediato la hizo salir de su casa asustada para ver lo que sucedía. Ya afuera, lo único que pudo ver fue una nube de polvo que lo cubría todo y algunos carros policiales y motos que se internaban en la tierra que flotaba violenta en el ambiente. “Quedé como en shock un par de segundos hasta que un carabinero me gritó que me metiera para la casa”, relata la mujer, quien finalmente se enteró por internet de lo que estaba sucediendo. No lo podía creer. 

Jorge Rojas es otro lugareño. Él acababa de bajar del vehículo que lo traía desde el trabajo a su casa cuando sintió el impacto entre los motoristas policiales con el Subaru Impreza en el que venían desde Ovalle los seis sujetos en fuga. 

En ese momento lo único que quería era ir a ver lo que había sucedido, ya que de inmediato se percató del accidente y quería ir a ayudar, pero no pudo, porque no había ninguna visibilidad. 

Se quedó esperando hasta que otro habitante del sector pasó a su lado y alterado le gritó una frase que jamás olvidará. “Parece que se mataron dos carabineros”, se oyó entre sirenas y rugir de motores. “Ahí me fui a poner la tele o la radio para saber qué pasaba y confirmé de lo que se trataba”, dice Rojas.

TODOS INDIGNADOS

Todos siguieron el juicio atentamente y no se convencen de que los individuos hayan sido absueltos del robo con homicidio, y que, pese a que se presentó un recurso de nulidad por parte de la Fiscalía, cuatro de ellos se encuentren cumpliendo la condena en libertad, una impresión que ha sido generalizada. Es más, para otra de las vecinas que encontramos en el sector Apatitas, a quien llamaremos “Claudia” es sumamente peligrosa ya que asegura que los sujetos “tomarán venganza, porque les pegaron”,  y “no se quedarán tranquilos. Tienen muchos amigos. Ya quemaron la animita, ya pillaron a uno de los cabros que volvió a delinquir, entonces, ¿qué más podemos esperar?”, cuestiona la mujer, una de las que hace un año tuvo la tragedia frente a sus narices que le costó la vida a los dos funcionarios. 

EL LLANTO DE UN PADRE

La gente de Apatitas los recuerda como toda la región, pero hay quienes los lloran mucho más. Para las familias tanto de Luis Díaz como de Hans Knopke, los últimos 12 meses han sido los más complejos y devastadores.  

Han sido poco asiduos a aparecer en los medios. María Cecilia Zepeda, la viuda del sargento Knopke, es la que más se ha hecho presente. Estuvo cuando se interpuso la querella por robo con homicidio la primera vez, e incluso declaró como testigo durante el juicio en el mes de septiembre de este año. Antes, el 27 de abril, para el Día del Carabinero dio una entrevista para una edición especial de la institución donde con emotivas palabras intentó describir sus sentimientos. “Siento que el tiempo pasa para todos menos para mí, ha sido difícil, pero uno lo asume”, dijo en esa oportunidad. 

En la familia de Luis Díaz Manríquez han guardado silencio, con  demasiado dolor. Sin embargo, diario El Día logró contactarse en exclusiva con quien era probablemente la persona más cercana a él, su progenitor, Luis Díaz padre.  

El hombre, trabajador agrícola del sector de El Monte, en la Región Metropolitana, no asistió a la misa de ayer por la tarde. “Esta vez preferí que fuera su hermana”, dice, pero contó detalles de cómo ha sido el año desde que recibió la peor noticia de su vida. 

“Nadie podrá entender lo que uno siente, sólo lo ven desde afuera”, precisa, de entrada.  

Díaz Manríquez era el segundo de tres hermanos, “el hijo del medio” y siempre fue “el diferente”, el especial. 

Según cuenta su padre, desde muy pequeño le gustaban dos cosas, jugar fútbol y las instituciones uniformadas como el Ejército y Carabineros, aunque nunca pensó que terminaría dedicándose de manera profesional a lo que era sólo un juego de niños. “Uno siempre piensa que los hijos van a estudiar en la universidad, sacar alguna carrera, sobre todo porque él era muy habiloso, pero no fue así y yo estoy conforme con que haya hecho lo que siempre fue su deseo”, asegura Díaz padre. 

Cuando salió del liceo el joven partió al servicio militar en Arica, donde estuvo un par de años en el regimiento hasta que decidió postular a Carabineros, lo que, según su padre, era su verdadera vocación. “Cuando niño, me acuerdo que en las noches se iba a un retén cerca de la casa y se quedaba ahí con los carabineros. Quería aprender porque creo que ya estaba en su cabeza entrar a la institución”. 

EL ÚLTIMO ABRAZO

Los fines de semana ya no son lo mismo. La parrilla se enciende y se cocina la carne de siempre, pero ya no se disfruta con el mismo sabor. 

Era casi un ritual que cuando el cabo Díaz estaba de descanso fuera hasta la casa de su padre y junto a su hermano y hermana compartieran un asado, pero el del seis de noviembre del 2016 iba a ser el último. 

Todo fue normal y por la noche, Díaz se despidió de su familia, algunos amigos y volvió a La Serena, a cumplir labores a la primera comisaría. “Tenía que estar el día lunes a las seis y media de la mañana allá en La Serena así que partió ese domingo en la noche. Me acuerdo que ese día estuvo muy tranquilo, invitamos a unos amigos de él y nos contó lo contento que estaba ahora de motorista. Fue otra de las metas que consiguió”, cuenta el padre. 

Ese día se fundieron en un abrazo, como siempre, sin imaginar que nunca más habría otro. Cinco días después recibiría el llamado que jamás esperó contestar cuando funcionarios policiales de El Monte le avisaron que su hijo había fallecido. “Qué te puedo decir. Tengo un poco bloqueado el momento cuando me enteré, estaba con mi hija y obviamente que fue un dolor demasiado grande, pero no recuerdo exactamente lo que pasó después, sólo te puedo decir que no murió sólo él, algo en nosotros como familia también murió”, relata. 

"No recuerdo exactamente lo qué pasó después, sólo te puedo decir que no murió sólo él, algo en nosotros como familia también murió", Luis Díaz, padre de motorista fallecido. 

“ESTÁ TODO MAL"

 Luis Díaz padre está decepcionado de la justicia. Vio con amargura  cómo el 21 de septiembre en el tribunal oral de La Serena se absolvía del robo con homicidio a los seis sujetos involucrados en la muerte de su hijo y cuatro de ellos quedaron con la posibilidad de cumplir su pena en libertad. 

Pese a que la Fiscalía interpuso el recurso de nulidad, cree que ya se ha dado una señal sumamente negativa. “Está todo mal. Nadie dice nada y los derechos humanos son para los delincuentes, no para los que trabajan. A ustedes mismos, si les hacen algo, o les pasa algo, los derechos humanos no van a ser para ustedes. Eso también a uno le duele”, dice Luis, quien pese a todo, segura que no guarda rencor. 

EL DOLOR DEL GENERAL

El general Rolando Casanueva llevaba menos de un mes al mando de la IV Zona policial cuando le tocó vivir una de las peores tragedias experimentadas por la institución con la pérdida de dos uniformados. 

Ha derramado lágrimas, pero también mostró fortaleza en los momentos en los que se ha cuestionado el procedimiento policial que antecedió al triste suceso. 

A un  año de lo ocurrido define este periodo como una etapa “llena de voluntad y fuerza por parte de los carabineros que siguen cumpliendo su deber”. 

Pese al duro golpe, asegura que la mística de la institución sigue intacta y que el legado de los mártires ha inculcado incluso nuevas tradiciones en la primera comisaría de La Serena, donde cada carabinero antes de salir a un servicio se acerca al memorial que está en las dependencias como una forma de rendir tributo a sus compañeros y que los acompañen en una labor que siempre conlleva riesgos. “Nos hemos fortalecido en nuestro desempeño policial y eso se ha visto reflejado en procedimientos y el espíritu está intacto. Así es el carabinero que tenemos acá en la región el que pese a la impotencia y la pena sigue demostrando sus cualidades profesionales en beneficio de la ciudadanía”, manifestó. 

EL FUEGO DE LA ANIMITA

Hace algunos días la herida pareció reabrirse cuando la animita instalada en el sector del Cruce Apatitas, donde fallecieron el cabo Díaz y el sargento Knopke,  apareció quemada, aparentemente. En esa línea, Casanueva asume que el hecho le produce dolor porque atenta contra todas las personas que se conmovieron con la tragedia, por lo mismo hay que restaurarla cuanto antes. “En estos momentos ya estamos trabajando en una nueva animita. Personalmente me he preocupado de que se haga algo bonito, porque el recuerdo no lo vamos a perder nunca”, expresa. 

UNA RESOLUCIÓN INCÓMODA

 Es una pregunta incómoda ante una resolución incómoda. Dentro de la institución de Carabineros no cayó bien la resolución de la justicia de no otorgarle a los sujetos que embistieron a los funcionarios ninguna responsabilidad en su muerte. Por lo mismo, son parte del recurso de nulidad que se interpuso para dejar sin efecto el juicio. 

Pero Casanueva es cauto. Asegura que es respetuoso de los poderes del Estado y no cuestiona lo que dictaminó el tribunal. “Lo respetamos, pero también tenemos derecho a presentar nuestros argumentos ante la Corte de Apelaciones para revertir ese fallo y anular ese juicio”, sostuvo el general, quien sabe que nada será suficiente para paliar el dolor, pero que confía en que la muerte de los dos funcionarios no quedará en la impunidad.

"LA ANIMITA LA QUEMARON"

Pese a que todavía es motivo de investigación en el sector del Cruce de Apatitas, no les cabe duda: No se trató de un accidente sino que la animita fue quemada.

La vecina Fresia Rojas cuestiona el hecho de que a las dos animitas que hay muy próximas nunca les haya pasado nada. “Sería demasiada casualidad, aquí no hay que ser ciegos, hay que ver la realidad y se venía venir que le iban a hacer algo a esa animita”. 

En ese sentido, el también vecino Jorge Rojas sostiene que el lugar en el último tiempo se ha tornado muy peligroso. “No creo que haya sido un accidente si aquí a veces andan vándalos. Yo creo que fue por maldad nomás”, asegura. 

CRONOLOGÍA

11 de noviembre de 2016

Tras una persecución policial, seis sujetos a bordo de un automóvil robado atropellan a dos motoristas de Carabineros provocándoles la muerte en la Ruta D43

12 de noviembre de 2016

Se realiza la primera audiencia de formalización a los imputados por la muerte de los funcionarios policiales. Sin embargo, la jueza decide postergar la formalización.

15 de noviembre de 2016

En una segunda audiencia de formalización, los sujetos que protagonizaron el incidente son formalizados, imputados por el delito de robo con homicidio, quedando los mayores de edad en prisión preventiva y los menores en internación provisoria.

17 de noviembre de 2016

Tras la circulación de un video del fatal episodio, se abre una arista en el caso y la Defensoría decide apelar a las medidas cautelares impuestas por el Juzgado de Garantía de Coquimbo.

23 de noviembre de 2016

En la Corte de Apelaciones de La Serena la Defensoría realiza los alegatos apelando a la decisión inicial del Juzgado de Garantía de Coquimbo, pretendiendo revocar la prisión preventiva e internación provisoria de los imputados. Sin embargo, el juez desestima la tesis.

7 de febrero de 2017

Es la fecha en la que se realiza la reconstitución de escena del fatal episodio ocurrido el 11 de noviembre, la que durará tres días. La diligencia es clave para un eventual juicio oral.

13 de abril de 2017

La Corte rechaza la reformalización de cargos en contra de los imputados en el caso.

18 de mayo de 2017

El Tribunal de Garantía de Coquimbo rechazó el requerimiento de la Defensoría de sobreseer temporalmente a uno de los imputados mayores de edad.

8 de agosto del 2017

Se realiza la audiencia de preparación de Juicio Oral la que había sido postergada el día 1 de agosto debido a que la Defensoría había pedido revisar algunos medios de prueba y solicitó que se declarara incompetente el Tribunal de La Serena, lo que finalmente no fue acogido. 

28 de agosto del 2017 

Se da inicio al juicio oral en medio de la expectación periodista en lo que sería uno de los litigios más connotados de la década en la Región de Coquimbo. 

12 de septiembre de 2017 

Se da a conocer el veredicto en el caso y el tribunal absuelve de los delitos de robo con homicidio a los imputados, condenándolos sólo por los delitos de robo y receptación. 

21 de septiembre de 2017 

En el Tribunal Oral de La Serena se lee la sentencia la cual sólo otorga penas privativas de libertad a los mayores de edad involucrados, mientras que los cuatro menores pueden cumplir su condena en libertad.  

1 de octubre del 2017 

La Fiscalía y la parte querellante presentan un recurso para anular el juicio cuyo dictamen no les favoreció, mientras que los defensores también solicitan anular ciertos puntos de la sentencia. 

 

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