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Lautaro Carmona
Estos espacios de abastecimiento están en la mira, especialmente por las aglomeraciones que generan dejando nulo el distanciamiento físico, medida clave para detener la propagación del covid-19. El edil de La Serena dice que el “orden lineal” se mantiene, mientras que los propios feriantes reconocen que sólo se aplica en algunos sectores.

Las ferias libres están consideradas como actividades esenciales y pese a la importancia de su continuidad en medio de la pandemia, las autoridades regionales ya emitieron un primer aviso y de no cumplir las medidas sanitarias exigidas estos espacios podrían ser cerrados.

El anuncio se dio el miércoles recién pasado, en un momento epidemiológico complejo, donde la curva de contagios de covid-19 comienza a marcar una clara tendencia al alza en la zona.

Un equipo de El Día recorrió una feria en el sector de Las Compañías con la intención de recoger la postura de los feriantes. De manera anónima comentaron que las exigencias sanitarias se están cumpliendo y que quienes infringen son aquellos comerciantes irregulares que “se toman” los espacios que ellos dejan libres para hacer efectivo el distanciamiento físico.

Por otro lado, Juan Montenegro, quien sí decidió identificarse, complementó que el tema se ha tornado complejo y que la posibilidad de cerrar estos recintos al aire libre es “muy drástica”, ya que según dice, se debe trabajar en una medida efectiva para evitar aglomeraciones o “tacos” en las vías donde transitan los vecinos.

Bajas fiscalizaciones

El corazón del problema, dice Montenegro, es que las fiscalizaciones son escasas. “Son poquísimas y las ferias son muy amplias”, agrega. Ante la posibilidad que los propios feriantes tracen una estrategia para controlar el flujo de gente, asegura que no es posible y que el tema de las aglomeraciones “se escapó de las manos”.

“No, eso no es viable. Esto se escapó de las manos. Imagínese que no pueden hacerlo en el centro, muchos menos lo harán aquí”, arremete. Por otro lado, comenta que hay cierta irresponsabilidad en la ciudadanía y que sería inviable que ellos mismos fiscalizaran. “Si no les resulta a la autoridad menos a nosotros”.

Alcalde Jacob se defiende

En agosto del año pasado el municipio de La Serena aplicó una estrategia de “orden lineal” en las ferias de La Antena, Gabriel González Videla, en la teniente Merino y en la de El Toqui de Las Compañías, el objetivo era delimitar las calles para que los puestos se ubicaran cada tres metros para evitar aglomeraciones.

“Eso se hizo en el peak de contagios y funcionamos muy bien con puestos en una sola vía. Hoy solo se mantiene en La Antena. Y es porque somos muchos y bajo esa lógica un 40 o 50% de los feriantes quedaba sin trabajar”, cuenta.

Sin embargo, el alcalde Roberto Jacob se defiende y asegura que todos los espacios que operan en la comuna lo están haciendo bajo este ordenamiento. El edil confiesa que se ha hecho “todo lo posible” para mantener la actividad en las mejores condiciones sanitarias.

“Hemos hecho un tremendo trabajo con los feriantes y ha permitido que trabajen en mejores condiciones. Aquí se han respetado todos los protocolos, no se puede desmerecer ese trabajo y quien habla quizás no ha ido a ver las ferias”, indicó.

Es más, Jacob dice que la preocupación por estos espacios es constante y que no se está actuando “a tontas y a locas”. “Todos sabemos que hoy se deben extremar las medidas, pero no se puede decir que son foco de contagios porque hemos hecho todo lo que se ha podido hacer”, sentencia.

¿Foco de contagio?

El debate respecto al funcionamiento de estos espacios sigue vigente y su principal eje de discusión es el eventual foco de contagio que podrían significar.

Consultada por esta posibilidad, la epidemióloga de la Universidad de La Serena, Paola Salas, dijo que no es fácil determinar este “supuesto” y para eso se tendría que hacer un ensayo clínico entre quienes asisten y no y, compararlo con los casos positivos que se detecten.

“Este grupo tendría que ser representativo y se debe igualar, es decir, que sean de la misma edad, sexo y sector. Posterior a eso debemos preguntar si van a las ferias y determinar cuántos de ellos se infectaron por frecuentar esos espacios, pero no es tan fácil y mucha gente lo dice pero se debe probar científicamente”, explicó la también docente.

En esta misma línea, Montenegro contó que el año pasado, en pleno peak de la pandemia en la zona, sólo dos feriantes se contagiaron con covid-19. “Después de eso no se ha vuelto a escuchar que alguno de nosotros esté infectado”, dijo.

Comunicación de riesgo

La experta aconseja que no se debe hablar de “foco de contagio” y que la comunicación de riesgo, en este caso, debería abordar las implicancias de ir a las ferias u otro lugar.

“Se debe comunicar que ir a la feria significa estar pendiente del uso de la mascarilla, hacerlo de manera correcta y mantener la distancia entre personas de al menos dos metros. Y bueno si esas medidas no se están cumpliendo se tienen que fiscalizar”, detalló.

Salas cuenta que hay un “relajo” por parte de la comunidad y que este es el momento propicio para retomar aquellas acciones que en agosto posibilitaron bajar la curva de contagios.

“Si no se hace vamos a tener un rebrote mucho más fuerte y alta de lo que tuvimos el año pasado. Aquellas medidas que sí funcionaron como el orden lineal tienen que regresar y mantenerse en el tiempo”, reflexionó.

 

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