El desempleo, la falta de un ingreso familiar y muchas veces la determinación propia de tener que dejar la fuente laboral por quedarse al cuidado y protección de la familia, han sido solo algunos de los efectos que arrastra esta pandemia.
Duros y difíciles momentos que no han dejado indiferente a un grupo de amigos y empresarios del sector construcción de esta zona, quienes unidos por un espíritu social y solidario han tenido la iniciativa de reunir un fondo para donar una vez al mes y hasta agosto, más de 100 cajas con víveres a quienes más lo necesitan en nuestras comunas.
“Sabemos de las necesidades de tantas familias producto de esta crisis sanitaria y nuestra manera de aportar es contribuyendo mensualmente con estas cajas de mercadería, las que contienen productos esenciales y nutritivos para la familia. Queremos que esta ayuda se prolongue por dos o tres meses más, pues sabemos que esta compleja situación es para largo. Y así como esta idea nació de un grupo de amigos empresarios, lo bonito sería que esto se replicara y que más personas se unieran para ir en ayuda de las familias vulnerables de nuestra comunidad”, destaca uno de los empresarios benefactores.
A partir del viernes 12 de junio, las cajas con alimentos comenzaron a ser distribuidas en la población Mercedes Marín del Solar en La Serena, Las Compañías, La Antena, Tierras Blancas, Guayacán y en la parte de alta de Coquimbo.
En cada uno de los sectores, las familias recibieron este aporte, señalando sentirse sorprendidos, felices y muy agradecidos, más aún, sabiendo que contarán con esta misma caja de alimentos en los próximos meses. “Tengo noventa años y vivo en esta población hace setenta. Estoy muy contenta con esta ayuda, para mi es una bendición de Dios”, señala María Rozas.
Para Roxana Olguín, esta caja de mercadería es un gran alivio, pues hasta hace poco se encontraba sin trabajo “se agradece mucho porque en mi casa somos tres y el consumo diario de alimentos es algo básico, necesario, pero cuando no hay dinero se hace tan difícil abastecer”.
Para Carlos Flores esta ayuda dice “nos cae del cielo, estoy muy agradecido que pensaran en nosotros” y Cristina Contreras, otra beneficiada agrega “vivo en esta población desde 1952, todos nos conocemos y nos ayudamos. Acá, casi todos somos jubilados y usted sabe que la platita es poca, así que estamos muy agradecidos de esta ayuda, es una bendición”.