• Subsecretario de Minería, Edgar Blanco junto a trabajadores de Minera San Gerónimo donde conoció el proceso de sulfato de cobre que exporta la Compañía.
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De visita en la Región de Coquimbo, la autoridad aseguró que la actividad será “el carro que empujará la reactivación económica” durante este año, aportando en inversión y creación de empleo en momentos en que la zona presenta un alto índice de desocupación. A la vez, valoró que en tiempos de sequía, el sector minero esté apostando cada vez más al uso de tecnologías limpias y de agua de mar para sus procesos, contribuyendo así, al cuidado del medio ambiente, políticas que, dice, son plenamente respaldadas desde el Estado.

Más de 24 mil millones de dólares a nivel país en inversión minera, y un precio del cobre a un promedio de 3,3 dólares la libra durante 2021, todo ello sumado a una demanda cada vez mayor de metales en el mercado internacional. 

Esos son sólo algunos de los datos que hoy tienen entusiasmado al sector minero nacional y regional, en la que ya es considerada como la actividad que será parte de la primera línea del proceso de recuperación económica del país. 

Por cierto que la Región de Coquimbo no se queda atrás en dicha dimensión, y durante su última visita a la zona esta semana, el subsecretario de Minería, Edgar Blanco, destacó las potencialidades que tiene el territorio para el desarrollo de la actividad. “Ésta es muy importante en la Región de Coquimbo. Si bien no tiene una gran minería, si tiene un porcentaje importante de mediana y pequeña minería asociada no solamente al cobre, sino también al oro y al hierro”, señaló. 

Y aprovechando esta positiva racha es que la autoridad considera que este es el momento justo para retomar aquellas iniciativas que han estado detenidas durante este último tiempo, aunque respetando la normativa ambiental existente .

-¿Cómo se pretende sacar adelante aquellos proyectos mineros en la región que aún están paralizados?

“Lo que estamos haciendo desde el Ministerio de Minería con esos proyectos es hacerles seguimiento y exigir que en todas las tramitaciones que se estén haciendo, se cumpla con lo que exige la ley, pero que también sea en los plazos más cortos posible, pues muchas veces se demoran los permisos. Por eso estamos encima para que éstos puedan avanzar, y ojalá rápidamente ver la luz.

Ahora, hay seis proyectos regionales que ya tienen la aprobación ambiental aprobada, es decir, su RCA, los cuales además, son muy importantes para poder reactivar la mano de obra en la región. Estamos hablando de 15 mil empleos en su fase de construcción, y casi 3.500 en su fase de operación, que son empleos permanentes que van a quedar en la región. 

Además, gracias a un convenio que tenemos con el Gobierno Regional, estamos apoyando también a la pequeña y mediana minería. Hay casi 900 millones de pesos que van a ser ejecutados durante este año para ir en su apoyo, ya sea para regularizar los sus proyectos, y ordenar jurídicamente las explotaciones que están desarrollando. En ello, Sernageomin los están ayudando”.

-En ese sentido, ¿cómo se equilibra el desarrollo minero con las exigencias ambientales, aspecto por el que las comunidades están cada vez más preocupadas?

“Nosotros estamos apostando y proponiendo a futuro la minería verde, que es una minería sustentable en el tiempo y amigable con el medio ambiente, a través del uso cada vez mayor de energías limpias y menos consumo de agua. Y eso, si se cumple en los proyectos, absolutamente todos van a contar con nuestro apoyo para poder seguir avanzando. 

Pero también nuestra institucionalidad tiene distintas instancias para que los proyectos sean revisados, y eso nos da robustez al momento de recibir inversión extranjera, ya que tenemos un camino claro por el cual se debe seguir. Es bueno que tengamos la certeza de que las instituciones funcionan y que si existen divergencias, por supuesto están los tribunales -que son independientes- los que tienen que fallar para ver cómo esos proyectos van a seguir adelante. 

Lo importante es que pongamos siempre por delante el bienestar general y no el bienestar particular”. 

-La región concentra la mayor cantidad de pasivos ambientales provenientes de la minería (relaves) del país. ¿Cómo se está abordando esa situación?

“La región tiene una ligazón con la minería desde hace mucho tiempo, sobre todo con la minería del oro, que generaba relaves que estaban ubicados en plena ciudad, como lo vemos, por ejemplo, en Andacollo. 

Sin embargo, hoy día estamos apoyando iniciativas con varias empresas para que se hagan cargo de retirarlos y los emplacen en lugares que sean química y físicamente autorizados. Ya existen algunas iniciativas que han permitido retirar relaves de la ciudad, y vamos a seguir avanzando con aquello. Además, hoy día tenemos una regulación ambiental mucho más robusta en la que las empresas se tienen que hacer cargo de los pasivos ambientales que vayan a generar, incluso dejando garantías que nos permitan asegurarnos que una vez terminada la operación, esos relaves van a poder ser tratados de la forma que corresponde.  Tenemos una deuda que la vamos a ir resolviendo en el tiempo, pero de aquí en adelante la situación va a ser mejor con respecto a la situación actual”. 

-Al respecto, ¿cómo observa el Gobierno el posible desarrollo del proyecto Dominga?  

“Está en los tribunales ambientales, y tenemos que esperar que el tribunal redacte el fallo y ver la resolución que toman. 

Tenemos que entender que es importante que los proyectos se ejecuten, pero siempre respetando las normativas, ya que de esa manera pueden ser sustentables en el tiempo, con participación ciudadana temprana o con conocimiento del entorno, y por supuesto, midiendo los impactos. Y si existen impactos se tiene que entregar un manejo para minimizarlos o remediarlos. Cuando eso se cumple los proyectos pueden operar. 

Y si el proyecto Dominga, que es un proyecto importante para la región, está judicializado, tenemos que esperar que ese proceso termine”.

-Dado el contexto climático que hoy vive la región, con una escasez hídrica cada vez más pronunciada, ¿puede y podrá seguir siendo viable desarrollar minería en la zona en el futuro?

“Por supuesto que sí. Y en eso lo que tenemos que hacer es romper paradigmas que existen. La minería en Chile no es solo casi el 10% del PIB y más del 50% de las exportaciones valorizadas, sino que usa menos del 3% del agua que se utiliza en el país. Además, están haciéndose esfuerzos importantes para que en los próximos años se construyan hasta 15 nuevas plantas desaladoras que van a permitir ir disminuyendo el uso de aguas continentales en el proceso minero. Sin embargo, esos esfuerzos muchas veces no se ven.

Hoy día estamos con una cantidad de proyectos en donde esperamos que más del 60% del agua para los procesos mineros provenga del mar, y eso va a significar dejar de usar muchas fuentes de cordillera que a lo mejor se están utilizando hoy día”.

-¿Cuáles son las proyecciones que tiene el sector para este año?

“El mismo proceso de vacunación nos va a permitir que los mercados que son los que compran los productos que se fabrican con nuestros minerales, sigan creciendo. Eso nos hace pensar que la demanda de minerales va a crecer durante 2021. Además, se elevó la estimación del precio del cobre a 3,3 dólares la libra, a lo que nosotros vamos a responder con un aumento de la producción que tenemos prevista para este año.  Es por eso que todos nuestros envíos van a tener mercado y un buen precio. Incluso pequeñas producciones que antes no eran económicamente rentables, estoy seguro que hoy día van a empezar a ejecutarse”.

 

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