• La señora Luisa y su hija Tamara están preocupadas pero aseguran que se preparan comprando víveres en caso de tener que estar por varios días en el lugar ante eventuales temporales.
  • El sector señalado se convierte en una verdadera piscina cuando crece la quebrada, según indicaron los pobladores.
Crédito fotografía: 
Juan Carlos Pizarro A.
No más de una decena de casas, separadas a kilómetros de distancia unas de otras, son las que se encuentran en el sector al interior de Marquesa, en Vicuña. Los habitantes se encuentran preocupados ya que aseguran que tras el último frente de mal tiempo el 2017 estuvieron varios días sin poder moverse del lugar debido a la crecida de la quebrada.

El recién pasado domingo, un reportaje de diario El Día dio a conocer los resultados de un estudio elaborado por el Ministerio de Obras Públicas, en relación a los peligros producidos por las crecidas de las quebradas durante los temporales en la zona.

El trabajo, denominado “Estudio de Vulnerabilidad y Definición de un Plan de manejo de cauces”, en donde se analizaron cuencas de los ríos Elqui y Choapa, tuvo un costo aproximado de 452 millones de pesos y arrojó que los puntos más críticos de posible inundación eran las quebradas de Marquesa, Talca y Leiva, todas ubicadas en el Valle de Elqui.

Población, un factor de riesgo

Uno de los factores de riesgo que supone la crecida de estas quebradas es que estos sectores, durante los últimos años se han poblado rápidamente o avanzan en cuando a población. De hecho, según indicó el seremi de Obras Públicas, Pablo Herman, hay zonas en riberas de rio que se están loteando o se están comprando parcelas, pese a que ya sufrieron los embates de la naturaleza en temporales anteriores “y van a sufrir de presentarse eventos similares”, puntualizó.

“Ya se vienen los tiempos de lluvia, entonces una empieza a preocuparse. No se trata de andar con pánico, pero sí me gustaría ver más interés hacia nosotros que vamos a estar aquí solos cuando se venga el mal tiempo”, Rosa Salinas, pobladora de Quebrada Las Cañas.

Sectores que sufren en silencio

Pero hay algunos sectores que, si bien no aparecen en los primeros lugares del estudio en cuanto al riesgo que corren, también sufren las consecuencias cuando la naturaleza no da tregua y el río busca su cauce.

Este es el caso de  la Quebrada Las Cañas, al interior de Marquesa, en Vicuña, donde  cada vez que se producen temporales quedan aislados durante días, y según dicen, casi nunca reciben ayuda, fundamentalmente, porque son pocos habitantes.

En un recorrido por el sector, subiendo hacia la cordillera, encontramos algunas casas, ciertamente alejadas unas de otras, pero donde sus habitantes se encuentran asustados por los anuncios de posibles fuertes lluvias en la zona debido a la presencia del fenómeno de El Niño Débil en la Región de Coquimbo.

Rosa Salinas quien vive en la Quebrada Las Cañas hace 22 años junto a su suegro y su marido asegura que hasta ahora ni desde el municipio ni desde el Gobierno se les han acercado para ver cuál será el plan de contingencia en caso de quedar aislados “como siempre sucede” por lo que están algo inquietos. “Ya se vienen los tiempos de lluvia, entonces una empieza a preocuparse. No se trata de andar con pánico, pero sí me gustaría ver más interés hacia nosotros que vamos a estar aquí solos cuando se venga el mal tiempo”, aseveró la pobladora.

“El 2017 fue muy complicado, porque encima ni siquiera hay cobertura de celular. Se cortaron los caminos y costó mucho que los arreglaran”, Tamara Herrera, pobladora de Quebrada Las Cañas.

“Nos estamos aprovisionando”

A unos 10 kilómetros de la casa de Rosa Salinas y su familia vive Luisa López, con su marido y su hija de 20 años quien se mueve entre Coquimbo y la Quebrada Las Cañas. Ellos, están conscientes de que es probable que la ayuda no llegue y tengan que valerse por sí mismos, así que han decidido desde ya comenzar a comprar víveres no perecibles para enfrentar un posible corte de caminos producto de la crecida de la quebrada que no les permita salir del lugar. “Ya tenemos que empezar a comprar cositas, pero igual tengo fe en que desde el municipio nos vengan a ver si pasa algo porque en otras oportunidades igual vienen. Lo malo es que uno no sabe si lo van a hacer ahora”, señaló, con incertidumbre. 4601i

El mal recuerdo del 2017

La hija de la señora Luisa, Tamara Herrera, enfatiza en que no quiere volver a vivir lo que le tocó el 2017, cuando, según cuenta, bajó la quebrada y quedaron varios días sin poder salir del lugar. “Ahí fue muy complicado, porque encima ni siquiera hay cobertura de celular. Se cortaron los caminos y costó mucho que los arreglaran. Así que eso más que nada, juntar víveres y esperar que las autoridades vengan antes para que veamos un plan de mitigación o algo así, si llega a pasar algo como en esa oportunidad”, expresó la joven de 20 años.

 

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