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El Día
La primera autoridad regional evalúa el 2019 y proyecta el 2020. Durante el año pasado vivió un complejo momento de salud y asegura que por ahora se enfoca en su labor de intendenta.

El año 2019 estuvo marcado por el estallido social, que significó que miles de personas salieran a las calles de distintas ciudades del país para exigir una serie de demandas, en salud, educación, pensiones, entre otras. La región de Coquimbo no estuvo ajena a las exigencias ciudadanas y fue escenario de multitudinarias marchas. El punto negativo: los actos vandálicos que implicó la destrucción de infraestructura pública y el saqueo de locales comerciales.

La intendenta Lucía Pinto debió enfrentar la contingencia social en medio de un difícil momento de salud, tras la detección de un tumor y que en las últimas semanas la motivó a someterse a sesiones de quimioterapias.

Para la primera autoridad regional, el fenómeno social que se gatilló en el país tiene dos aristas muy distintas: las demandas -que considera justas- y los actos de violencia.

“El estallido social se relaciona, primero, con las manifestaciones, algunas las más grandes que se han desarrollado en el país y en nuestra región, que fueron pacíficas y donde participaba gran parte de la familia y donde efectivamente el llamado era a ponerlos las pilas como país en escuchar lo que la gente quiere y cree que es necesario: las demandas sociales. Estas exigencias se reflejaron también en los resultados de la consulta ciudadana que organizaron los municipios, que indicó que los temas que más interesan son salud,  seguridad, educación”.

“A mi me parece positivo que la ciudadanía haya expresado sus demandas. (El estallido social) fue una especie de golpe, de decir ustedes -El Estado, el gobierno- no nos están escuchando y necesitamos que lo hagan y que cambiemos muchísimas cosas. Por ejemplo, que las prioridades sean fijadas en base a las demandas sociales y no en base a la clase política, el Estado o los privados creen que pueden ser”.

“Por otro lado, creo que el estallido social tiene una parte que es tremendamente negativa y que sacó lo peor de muchísimas personas, de muchos grupos y que es pensar que la violencia es un camino legítimo para obtener cambios y para obtener resultados cuando se ha demostrado y nuestro país lo ha comenzado a padecer que es absolutamente perverso. Lo que se ha provocado es absolutamente todo lo contrario que lo que querían las demandas sociales justificadas: porque creará más pobreza, más desigualdad, va a generar que nuestros país se demora muchísimos más años en volver a generar un ritmo de crecimiento y poder ofrecer una calidad de vida real a las personas. Por ello, se deben condenar los hechos de violencia”.

¿Cómo estima que ha evolucionado el movimiento social desde aquel 18 de octubre hasta ahora?

“Obviamente al principio existió una gran cantidad de personas que participó de las marchas, pero lamentablemente también hubo grupos que estaban totalmente organizados que utilizaron esas manifestaciones pacíficas para cometer actos de violencia  y saqueos. A lo largo de estos dos meses, hemos visto que las manifestaciones han ido bajando muchísimo: ya no tenemos manifestaciones que superen las 500 personas, pero sigue existiendo un grupo que insiste y ocupa la manifestación como una excusa para seguir generando caos y manteniendo este conflicto y esta violencia que afecta a todo el mundo”.

“Los grupos violentistas y anarquicos aprovecharán cualquier posibilidad para crear miedo y algo de caos en la población, lo que obviamente tiene que terminar”.

¿Cómo califica el desempeño de las policías, especialmente de carabineros en el control de los actos violentos que se han generado en la región?

“Yo tengo la mejor opinión de Carabineros. Creo que si hay una institución que ha estado poniendo desde el día uno el pecho a las balas es Carabineros. Cuando los conflictos comenzaron, fue Carabineros quienes han estado haciendo la contención y evitando al máximo los hechos de violencia que se puedan suscitar. Acerca de las muchas de las críticas de la ciudadanía en relación al actuar de Carabineros, quiero recordar que en esta región hubo días en que teníamos más de 20 focos activos en forma simultánea en La Serena y Coquimbo.

A pesar de ello, siempre se actuó de la mejor manera para intentar llegar a cada uno de los lugares en que se producía algún tipo de desmán o violencia. Pero claramente el número de focos frente al número de carabineros no era equilibrado, pero yo doy fe de que carabineros ha puesto todos los medios humanos y las herramientas con las cuales ha contado para mantener la orden y la paz social”.

Durante los primeros días de la crisis, hubo dos jóvenes que perdieron la vida y cuyas muertes están en proceso de investigación. ¿Qué espera que suceda en el 2020 sobre estos procesos?

“Yo encuentro muy lamentable y tremendamente triste la muerte de estos dos jóvenes. Es un golpe muy grande no sólo para las familias sino que también para todos nosotros como gobierno. Nadie quiere una muerte y nadie puede justificarla. Lo que nos corresponde y lo que también vamos a pedir al presidente Sebastián Piñera es que esas dos muertes tienen que ser investigadas y tienen que llegar una respuesta a la familia de saber qué pasó y por supuesto la condena que correspondan la tendrán que asumir aquellos cometieron el delito. Lo mismo, se espera que también todos los culpables de hechos de violencia tengan las penas que corresponden”.

¿Tras el estallido social, qué desafíos quedan para el año 2020?

“Tenemos un proceso de recuperación en marcha. Tenemos que recuperar las ciudades en su infraestructura y sus espacios públicos. Queremos que las ciudades entreguen todas las condiciones para desarrollarse de la mejor manera y en eso hemos estado trabajando. Por ejemplo, lanzamos un fondo de 510 millones de pesos para recuperar la señalética, las cámaras de seguridad y los semáforos; queremos, también, hacer un catastro para recuperar la ciudad, no podemos tener una ciudad que siga manchada, que siga llena de pintura, con sus veredas absolutamente destruidas y con calles que han sido vandalizadas.

En lo económico, seguir la recuperación con todas las herramientas. A través de Corfo se entregó los primeros cheques que serán entregados a más de 500 microempresas de la región, cuyo monto máximo son 4 millones de pesos, empresas que fueron tremendamente afectadas y que tuvieron que despedir gente.

Entregaremos toda la ayuda para que las empresas vuelvan a surgir y no tengamos que cerrar ni perder ninguna de ellas. Obviamente está el trabajo que tenemos que hacer nosotros en cuanto a la atracción de inversiones privadas, que serán muy difíciles mientras no logremos el orden social, porque es difícil que un privado quiera invertir y llegar a un lugar donde no siente que se le están entregando todas las seguridades, pero tenemos que hacer el esfuerzo.

Por último, como gobierno tenemos una cartera de proyectos de desarrollar, las que pretendemos adelantar para así generar la mayor cantidad de empleos a través de estas iniciativas”.

Nuestra región vive en un escenario de sequía. ¿Con el estallido social, esta problemática está olvidada?

“Antes del estallido social el tema nuestro era la sequía pero sin duda después el foco se centró en lo que tuvimos que vivir, pero nosotros seguimos trabajando en la sequía. El presidente Sebastián Piñera presentó un plan de gobierno regional que tenía 4 ejes, donde se agregó la sequía, un tema estructural dentro de la región y que significará que todos vamos a tener que aprender a vivir con menos agua y tomar esa conciencia.

“Además, hace dos semanas lanzamos un plan de emergencia hídrico de la región que son medidas de aquí al 2021 donde tenemos 3 ejes que abordar: agua, agropecuario y social, que implicará una inversión de 65 mil millones del gobierno por medio de distintos organismos, gobierno regional, ministerio de Agricultura, ministerio de Obras Públicas para poder palear no solo lo urgente sino que también para entregar herramientas que puedan ser más definitivas.

Por ejemplo, con los recursos disponibles se procederá a la profundización de pozos en recuperación APR, mantención de los sistemas de APR, en canalización y en distintas medidas que vayan ayudando a dar una respuesta más definitiva a la sequía porque definitivamente más agua no vamos a tener”.

Usted vivió en el 2019 un complejo momento de salud, ¿cómo vislumbra el 2020 como primera autoridad regional?

“Yo debo estar muy agradecida de Dios, porque realmente si efectivamente era muy complejo: tenía un tumor cancerígeno en un ovario, el que fue encontrado en la primera fase que es la mejor etapa para encontrar un tumor de esa naturaleza por lo cual empezó todo un tratamiento con operaciones  para extirparlo y después seguir con sesiones que incluía quimioterapias que son las que tengo ahora y con las que termino a mediados de enero”.

¿Alguna vez pensó que no iba poder compatibilizar su trabajo con su estado de salud?

“Siempre fui muy optimista y pensé que si lo podía lograr, porque de hecho mi tratamiento significa 3 sesiones de quimioterapias cada 21 días. Casi siempre los primeros días son más duros pero después nada impide ejercer mi trabajo. No hay ninguna razón de salud ni física que impida desarrollar las tareas que he estado haciendo y gracias a Dios fue así. Por supuesto si hubiera sido distinto, que tuviese un malestar mayor, habría tomado las medidas necesarias porque este es un trabajo de tremenda responsabilidad y sobre todo es un trabajo que  me pagan todos los chilenos y toda la gente de la región de Coquimbo así es que si hubiera sido distinto hubiera tomado una decisión distinta.

Durante el 2019 rechazó la opción de ser candidata a gobernadora regional. ¿Cual es su proyección como figura política?

“En cuanto a una decisión personal, como de camino político, en este minuto ha habido tantas cosas que han cambiado estos meses, nosotros estamos viviendo en un país tan distinto,  que proyectarse más allá de lo que uno puede hacer, creo que no es el momento. En los próximos años seguiré como intendente mientras cuente con la confianza del presidente Sebastián Piñera  y ya más adelante se verá qué sucede en términos más personales”.

Cambio de mirada

La complicada enfermedad que enfrentó Lucía Pinto durante el 2019 motivó una profunda reflexión acerca de lo que padecen las personas que tienen que enfrentar un cáncer.

“Siempre pensé en hacerme las quimioterapias acá, en la región, situación que no se pudo porque no existen los medios para hacerse el tratamiento”, admite.

“Gracias a Dios vamos a tener centro oncológico dentro del hospital de La Serena, que  va a ayudar y va a llegar a darle una respuesta definitiva a toda la gente que en este minuto no pueda encontrar en la región un tratamiento”, añadió.

Asimismo, agradece a quienes estuvieron a su lado dándole apoyo y respaldo durante su complicado momento de salud. “Mi familia en primera instancia y mi equipo de trabajo que es lo máximo, todo mi equipo de trabajo que no voy a tener ni años ni palabras para agradecer lo bueno que han sido conmigo, y por supuesto a muchísima gente, algo que me ha sorprendido: el cariño y preocupación de la gente, algunas que ni siquiera conozco que dicen que están rezando por mí y que ha sido un apoyo y un pilar fundamental”.

 

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