Preocupa mal comportamiento de la región durante el fin de semana largo

El fin de semana largo, correspondiente a Semana Santa, sirvió para comprobar nuevamente el mal comportamiento de la comunidad de Coquimbo, que ha hecho caso omiso de las recomendaciones de quedarse en casa y no concurrir masivamente a lugares públicos.

La mayor preocupación es que gran parte de la comunidad no ha tomado conciencia del real riesgo que se corre al contraer el Covid-19 y que es cosa de vida o muerte.

La prueba está en que el reciente fin de semana, a pesar de los llamados a quedarse en casa, se vieron importantes aglomeraciones de personas en distintos puntos de la comuna, como el sector de la caleta de Coquimbo, hasta donde la gente se desbordó para comprar productos del mar.

Allí no se guardó la prudente distancia social y lo peor es que se vio a muchos de ellos sin siquiera portar una mascarilla, a pesar de existir una ordenanza municipal que la exige.

Riesgo de contagios

El médico y concejal, del Partido Comunista, Fernando Viveros, al referirse a lo ocurrido mencionó que con este comportamiento se corre el riesgo de que aumenten los contagios.

“Estoy muy preocupado y lo hemos conversado con los miembros de la mesa técnica de Coquimbo. Este último fin de semana, a pesar que logramos que disminuyera el ingreso de personas de otras regiones, la afluencia de  gente en los espacios públicos, por ejemplo en  el paseo peatonal en el centro de Coquimbo, como también la forma como se han llevado las ferias o las compras en el supermercado, creo que deja mucho que desear y nos pone en una situación aún más riesgosa de la que ya veníamos anticipando”, señaló.

"Todavía la gente no hace conciencia de lo grave de la situación que ya estamos viviendo y que vamos a empezar a ver con mucho más fuerza en las semanas que vienen”. Fernando Viveros, concejal. 

Viveros apuntó que hay varias cosas al debe. Primero,  una importante parte de la comunidad que no respeta, por otra parte, el Gobierno Regional que aún se mantiene lento en las decisiones  para que las políticas gubernamentales lleguen a los municipios, en otorgar los insumos de salud y también en programas económicos para que la economía doméstica se mantenga, dice.

También sostiene que  “el municipios está al debe en lo que es control de ferias, el control en la caleta. Se han quedado en buenas intenciones, pero hoy día el riesgo es mucho más alto”.

Falta de conciencia

Según Fernando Viveros insiste en que “todavía la gente no hace conciencia de lo grave de la situación que ya estamos viviendo y que vamos a empezar a ver con mucho más fuerza en las semanas que vienen”. Y referente a quienes están haciéndole frente a la pandemia como los médicos, Viveros dice que “veo a mis compañeros de trabajo preocupados a muchos de ellos con temor, porque saben que están poniendo en riesgo su vida, pero también veo u montón de gente indolente que  no hace conciencia de cómo nos expone a  todas las personas, a sus familias, también a los trabajadores de la salud”, por eso dice tener una preocupación muy grande por lo que pueda ocurrir.

Explica que la preocupación no es solo por el comportamiento de las personas, sino que también  por la poca preparación que aún presentamos como región. “Nuestra región todavía se mantiene lenta en comparación con otras regiones, por suerte nuestros niveles de contagio no ha sido tan acelerado como en otros lados, porque no hemos tenido brotes como en otras partes, pero eso no significa que no pueda ocurrir, porque esta enfermedad es dinámica, no es estática. Podemos ver cómo se va moviendo en los diferentes países y  también vamos a ver como se mueve en las regiones y dentro de las comunas”.

Letra muerta

Referente a la ordenanza municipal que obliga a utilizar mascarilla para moverse dentro de la comuna, mencionó que el fin de semana se pudo ver a tanta gente sin usarla, que al final la ordenanza se convierte en letra muerta, porque no se puede aplicar en forma efectiva.

En lo personal dijo que también lo afectaba la actual situación y menciona como ejemplo que ya hace más de un mes que no puede abrazar a su hijo. Que ha tenido momentos de euforia, de miedo, de preocupación, pero la vocación lo lleva a entender donde tiene que estar.