Crédito fotografía: 
Juan Carlos Pizarro
Desde el Senama lograron ubicarla. Sin embargo, pese a que la investigación está en el Ministerio Público, todavía no se cuenta con los elementos probatorios para imputarla ni mucho menos para solicitar una orden de detención.

Fue el pasado martes 1 de octubre, en plena celebración del día del adulto mayor, cuando se conoció la historia de Ana Jiménez (85) y Enrique Sánchez (79), una pareja de adultos mayores provenientes de la Región Metropolitana que llegaron a La Serena engañados por una mujer, su supuesta cuidadora, quien les robó alrededor de 50 millones de pesos con los que compraría una casa en la zona para que los abuelitos pudieran pasar tranquilos los últimos años de sus vidas.

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Pero finalmente la casa nunca existió y los adultos mayores terminaron viviendo en un hogar de ancianos de Las Compañías. La mujer, en tanto, es investigada por el Ministerio Público, sin embargo, la falta de pruebas en su contra la mantienen con grandes posibilidades de no ser condenada por ningún delito, pese al daño cometido en contra de los ancianos. 

Una semana de solidaridad

En el hogar de Adultos Mayores Nuestra Señora de Andacollo en La Compañías, Ana y Enrique han recibido diversas muestras de solidaridad, tanto de instituciones como de sus propios compañeros, algo que, según indica Ana, la reconforta y le da más fuerza para seguir adelante. Aunque asegura, ni ella ni su marido están mal, y por nada del mundo quiere que les tengan pena.

“Quiero dejar claro que si bien lo que nos pasó a nosotros no se lo doy a nadie, nosotros no nos estamos muriendo ni sufriendo. Con Enrique nos tenemos el uno al otro y vivimos una vida tranquila en el hogar. Estamos bien de salud, y eso es lo importante, nadie tiene que sentir lástima por nosotros”, aseguró la adulta mayor. 

Precisa que esto no se trata de dinero solamente, ya que “hay un tema de reivindicación de los derechos de los adultos mayores” que en este país viven en la indefensión. “Yo no me muero por recuperar la plata, sí me produce mucha rabia que esta mujer esté libre por ahí y que pueda hacer con otros lo que nos hizo a nosotros. Ese es mi gran temor”, asegura. 

Esperanza de justicia

Pero Ana tiene una esperanza. Hace poco desde el Senama regional le informaron que habían dado con el paradero de la presunta estafadora y que se encontraría viviendo en Valparaíso. Lamentablemente, no habrían podido hacer nada por detenerla ya que aún no existen las pruebas suficientes para que el Ministerio Público solicite una orden de detención, pero se encuentran investigando, algo que deja un poco más tranquila a la abuelita.

“Lo único que esperamos, es que la detengan y que deje de hacer estafas porque además supimos que antes ya había estado presa por el mismo delito”. 

El lado bueno de las cosas

La pareja hoy pasa los días con “lo suficiente para vivir bien y tranquilos”. Están agradecidos del hogar que los recibió y lo retribuyen ayudando a cuidar a los abuelitos que no son autovalentes. Se levantan a las 07:00 de la mañana para preparar el desayuno y poner la mesa y su día termina alrededor de las siete de la tarde cuando acaba la cena, colaboran con el lavado de la loza y se van a descansar.

“Es una vida tranquila, no nos podemos quejar. Me da alegría ver a Enrique tan sano, porque al final todo fue para mejor. Él estaba muy mal de su corazón, y en Santiago nos aconsejaban todo el tiempo que nos viniéramos a vivir a La Serena por el clima, porque pasaba hospitalizado. Si lo vemos por ese lado, esta mujer nos hizo un favor. Si no fuera por ella no nos habríamos venido y quizás qué le habría pasado a mi marido”, cuenta la señora Ana. 

Sin rencores

Ni ella ni Enrique tienen familia, por lo que nadie los ha ido a ver luego que se conociera su caso. Ana se casó muy joven pero enviudó hace 30 años, nunca tuvo hijos con su primer esposo, y cuando Enrique llegó a su vida, era demasiado tarde, pero nunca fue una preocupación en su vida. En su labor de profesora normalista, directora de un establecimiento siempre estuvo rodeada de niños.

“Tenía muchos más hijos que cualquiera”, dice Ana, quien al ser consultada sobre qué le diría a la estafadora si la tuviera en frente, asegura que “nada” ya que no le guarda rencor. “No me gustaría verla, la justicia será la que determine y yo confío. Por mi parte, aunque hayamos perdido cosas, sólo se trata de lo material, lo importante es que estamos vivos acá con Enrique, él está bien de salud, y no estamos mal emocionalmente. Es más, yo te podría decir que soy una persona feliz, pese a todo lo que nos ha pasado”, concluye. 

El proceso legal en curso

En principio el caso fue tomado por el Senama, y éstos lo derivaron a la Corporación de Asistencia Judicial, quienes pusieron en conocimiento al Ministerio Público. Lo último que se supo, y de lo cual están en conocimiento los afectados, es que la mujer habría sido ubicada en Valparaíso, pero no se cuenta con los elementos probatorios suficientes como para imputarla, ni mucho menos solicitar una orden de detención en su contra. Esto, básicamente porque el dinero que le entregó la víctima fue en su mayoría enviado por Chilexpress, no quedando constancia de las transacciones. 

 

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