• La nutricionista Bárbara Zepeda atiende pacientes menores de edad que presentan enfermedades asociadas al sobrepeso u obesidad como diabetes o hipertensión
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Según la profesional, La falta de educación en el tema y subestimar la labor que los nutricionistas podrían ejercer en los centros educacionales son falencias latentes en la actualidad. Además recomienda leer sobre buena alimentación, mantenerse activos y tratar de comprar productos más naturales para los menores.

Hace unos días se divulgó el Mapa Nutricional 2018 de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb), con reveladoras cifras sobre la obesidad infantil en Chile; mientras que en los primeros años el índice aumenta, -sobre todo en estudiantes de quinto básico-, la tendencia disminuye en enseñanza media, principalmente en alumnos de primero medio.

El mapa se elaboró a partir de una encuesta aplicada en 9.065 colegios del país, en donde estudian cerca de un millón de alumnos. Los resultados reflejan una creciente problemática para la población joven porque si sufren de sobrepeso u obesidad, también pueden desarrollar otras enfermedades que disminuyen su calidad de vida.

Bárbara Zepeda, nutricionista del Hospital de La Serena, conversó con El Día sobre la importancia de acudir a tratamiento, pero además poder prevenir con educación, orientación y prevención.

60% de los estudiantes de quinto básico sufren de sobrepeso, según el Mapa Nutricional Junaeb

Hasta cuatro pacientes pediátricos recibe Zepeda al día, la mayoría con diagnóstico de obesidad. Los menores se evalúan primero en la Atención Primaria, pero si manifiestan patologías asociadas son derivados al box de atención especializado.

¿Qué tan frecuente es que atiendas a la población infantil con problemas por alimentación, específicamente  sobrepeso u obesidad?

“Bastante. Tenemos cubiertas las horas de niños que llegan con malnutrición por exceso, u otros (….) Por ejemplo, atiendo niños de 10 años con hipertensión arterial, con esteatosis hepática (hígado graso), niños con diabetes, dislipidemia (elevación anormal de concentración de grasas en la sangre (colesterol, triglicéridos), enfermedades que generalmente son vistas en adultos y personas mayores de 65 años, pero ahora las estamos viendo en niños de 10 o 12 años”.

Cuándo le haces la consulta a los padres sobre qué es lo que comen los niños, ¿qué es lo que usualmente ellos te contestan?

“Tengo una anécdota con esto. Justamente esta semana recibí dos pequeños que vinieron por evaluación nutricional, vienen asustados  porque piensan que le vamos a prohibir todo. Entonces nosotros estamos destacados desde el ángulo de la prohibición, de las dietas restrictivas y eso es algo súper triste porque nosotros no damos dietas, sino educamos en alimentación.

Es que ahora los niños son los que deciden qué comer y el padre acata, ellos escogen qué les gusta. Quizás los papás los dejan para sobrellevar una especie de ‘abandono’ o cubrir estados emocionales y los complacen a través de alimentos que consideran ricos. Lo que vemos es baja ingesta de fibra, poco consumo de agua, y estreñimiento, porque lo que normalmente comen es una hamburguesa con papas fritas, arroz, aderezos y mucha bebida gaseosa”.

¿Qué debería comer un niño en edad de crecimiento para evitar enfermedades asociadas al sobrepeso y alcanzar una buena nutrición?

“Todos debemos comer de todo; proteínas, cereales, lácteos, frutas, verduras. El problema es la manera o los alimentos que seleccionamos, entonces los niños no cubren los requerimientos o las porciones recomendadas para el día porque no les gustan ciertos alimentos. Entonces esta ingesta en carencia es cubierta por dos principales grupos; el de las grasas y el grupo de los cereales, alimentos con alto contenido en carbohidratos.

Aquí influye la falta de educación y que el rol de los nutricionistas no está presente en los colegios, lo que es esencial, no para tratamiento, pero sí para educación y prevención constante desde el nivel de sala cuna, hasta los más avanzados. Un profesor no puede enseñar sobre alimentación porque los nutricionistas somos los que tenemos la base, no somos los que damos las dietas, sino que educamos y eso es lo que yo recalco, porque se podrían corregir  miles de enfermedades a través de la alimentación. Somos los que comemos.

Otro de los puntos que hace falta mejorar son las políticas públicas, que bajen el precio de las verduras  y las frutas porque comer sano es caro (…) es súper complicado decirle a un padre que no tiene los recursos suficientes que prefiera alimentos más sanos. Si bien el etiquetado ha contribuido mucho a que las personas tomen conciencia y sepan lo que están comiendo, falta educación porque no lo entienden”.

Recomendaciones para comer más sano

¿Cuál es la principal sugerencia para las personas que no tienen tantos recursos pero quieren que sus hijos coman sano y han tomado conciencia sobre eso?

“Mi recomendación es educación sobre alimentación. Leer sobre qué alimentos son los más sanos, leer el etiquetado nutricional, qué ingredientes estamos consumiendo.  Vayan a la feria, porque en los supermercados son más costosas las frutas y verduras. Hay que buscar los lugares y darse el tiempo de investigar dónde están los productos sanos pero más baratos. A veces mucha gente piensa que no pueden hacer recetas muy elaboradas por falta de tiempo, igual hay técnicas. Todo va de la mano con la educación”.

Y para convencer finalmente a los niños que se rehúsan a comer ciertos alimentos ¿qué estrategias se pueden utilizar?

Yo utilizo personalmente con mis pacientes la estrategia del autocuidado. Cuidar este cuerpo de la mejor manera posible, para así evitar que lleguen al hospital.  Siempre les digo que no quiero volver a verlos acá, porque cuando vienen  es a padecer. Vienen obligados o son niños muy tristes, entonces hay que tomar los correctivos necesarios; hacer más actividad física, correr, hacer deportes en general.

"Todos debemos comer de todo; proteínas, cereales, lácteos, frutas, verduras. El problema es la manera o los alimentos que seleccionamos", Bárbara Zepeda, nutricionista del hospital de La Serena

“Nadie les dice que todo está prohibido o que la comida chatarra no se puede comer. Nosotros  nos vinculamos directamente con la comida y eso es algo muy personal que tenemos. Si estamos ansiosos o tenemos pena, lo cubrimos con comida, en el contexto familiar también es importante, así que el llamado es a respetar los tiempos para comer y también complementar la dieta”. 6101i

La profesional considera que comer sano actualmente es costoso, 
por eso es importante buscar opciones donde se puedan encontrar
más baratos los alimentos naturales

 

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