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Los primeros resultados de la investigación sugieren que los grupos más afectados son las mujeres, los jóvenes y personas pertenecientes a grupos originarios. También aborda el incremento del consumo de alcohol, principalmente en mayores de 25 años así como la ingesta de comida no saludable, mientras que el impacto económico de la contingencia sanitaria en los hombres, llevaría a una disminución en el consumo a lo largo del tiempo.

La incertidumbre y sensaciones negativas asociadas a la nueva realidad impuesta por el COVID-19, son motivo de interés en estudios especializados que buscan dar luces sobre el estado de la salud mental de hombres y mujeres.

En Chile, un equipo de investigadoras de la Universidad Católica del Norte (UCN) y de la Universidad de La Frontera (UFRO), dirige el proyecto “Impacto de la pandemia COVID-19 en Salud Mental”, que está midiendo síntomas depresivos, de ansiedad y de estrés, los niveles de consumo de sustancias como tabaco, alcohol, marihuana y tranquilizantes automedicados, además de la ingesta de alimentos no saludables en comunidades de las regiones de Coquimbo y La Araucanía, desde julio del 2020.

¿Qué indican los primeros resultados de dicha investigación? que los jóvenes, mujeres y quienes pertenecen a pueblos originarios manifiestan un mayor malestar emocional, y a su vez las mujeres y los menores de 25 años son quienes se han sentido más solos que antes de la pandemia.

Estos hallazgos fueron dados a conocer durante los seminarios de verano sobre salud mental, consumo de alcohol y otras sustancias, que se realizaron en el mes de enero en formato virtual y que fueron organizados por la Dra. Paola Haeger Soto, académica de la Facultad de Medicina de la UCN sede Coquimbo, y directora alterna del proyecto.

 

Seguimiento a los hábitos de consumo

La investigación, liderada también por las doctoras Francisca Román, Daniela Palet y Camila Salazar de la UFRO, aborda las conductas de consumo durante la pandemia y, a diferencia de la mayoría de los estudios, este es de seguimiento y ahonda cómo la crisis sanitaria afecta el consumo en forma longitudinal.

“Hasta la fecha hemos encontrado un aumento en el consumo de alcohol principalmente en mayores de 25 años; 10% de los participantes han aumentado la frecuencia de consumo tipo atracones (binge drinking) y en hombres el mayor impacto económico del COVID predice un menor consumo de alcohol a lo largo del tiempo”, precisó Paola Haeger.

Pero, ¿la cuarentena y el aislamiento social han contribuido a que las personas opten por consumir más cantidad de alcohol o incursionar en las drogas? consultada al respecto, la especialista indicó que existe un grupo de personas que efectivamente han aumentado su consumo en cuarentena, “mismo grupo de personas que refiere mayor malestar emocional o estrés generado por el aislamiento y sus consecuencias; también refieren mayor aumento en el sentimiento de soledad”.

“En este momento estamos evaluando si la cuarentena propiamente tal produjo cambios en los hábitos de consumo; esto lo está analizando el Dr. Sebastián Peña, quien está comparando la conducta de los participantes de las regiones de Coquimbo y La Araucanía que, cuando comenzamos el estudio, se encontraban en cuarentena y en fase de preparación respectivamente. Los resultados los tendremos muy pronto”, apuntó.

 

¿Cuál es el impacto real?

Las investigadoras del estudio sobre salud mental están conscientes que la pandemia ha tocado muy fuerte a la sociedad en términos sociales y económicos, sin embargo celebran que el consumo de alcohol y otras sustancias no se ha disparado.

“Los números poblacionales dicen que ha disminuido el consumo, aun habiendo corroborado los altos índices de malestar emocional (estrés, ansiedad, depresión) en todas las edades, pero más acentuado en mujeres y de menores de 25 años”, acotó Paola Haeger de la UCN.

Pero, también recuerda que hay un grupo de personas que son más susceptibles al estrés y que antes de la pandemia ya estaba en riesgo, y la situación les ha afectado mucho, por lo que el estrés ha favorecido el consumir grandes cantidades de alcohol por ocasión.

“La recomendación es que estas personas busquen ayuda para tratamiento”, dijo la académica.

Por último, Francisca Román, Directora del proyecto, espera que la difusión de los resultados de las investigaciones “puedan acelerar la llegada de esta información, basada en evidencia, a las autoridades para de esta forma contribuir a la implementación de medidas que permitan atenuar el impacto de la pandemia en salud mental”.

 

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