• Pese a los llamados de las autoridades y los expertos, la gente continúa saliendo muchas veces sin tener la necesidad de hacerlo.
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Lautaro Carmona
Con más de cinco mil casos y los peores números a nivel nacional en términos de trazabilidad y realización de PCR, la zona completa el cuarto mes desde el inicio de la pandemia en un complejo escenario. Mientras el gobierno central implementa el “Plan Paso Paso” tendiente al desconfinamiento gradual debido a las mejorías experimentadas en parte del país, como región, según los expertos, todavía estamos en una fase de ascenso. En lo positivo -subsanando lo anterior- existe un consenso en que la capacidad hospitalaria y la respuesta a los tratamiento ha dado buenos resultados.

La tarde del miércoles 18 de marzo la intendenta regional Lucía Pinto citaba a un inesperado punto de prensa. En el balcón del edificio de calle Prat, junto al Seremi de Salud Alejandro García y ante la expectación de los medios de comunicación, las autoridades informaban de los dos primeros casos de Covid-19 en la zona.

Luego de dos semanas de “falsas alarmas” y especulaciones, con el virus ya propagándose en el país desde el 3 de marzo, fecha en que se conoció del médico de 33 años diagnosticado en el hospital de Talca, y siendo una de las pocas regiones sin pacientes positivos, finalmente llegó la hora de activar los protocolos y comenzar a hacerle frente a esa “lejana enfermedad de Wuhan”, cuyo peor rostro todavía demoraría en mostrarse.

Entre el optimismo y la expectación

Una vez detectados los primeros casos, la autoridad mantuvo un manejo comunicacional tendiente a mantener la calma. Se había decretado Estado de Catástrofe y con ello asumía el mando de la zona el Jefe de la Defensa Nacional, el general Pablo Onetto, quien se presentó en una de las pocas conferencias de prensa que se alcanzaron a realizar de manera presencial. En ese momento, todavía se discutía si el uso de las mascarilla era o no un resguardo efectivo. La incertidumbre reinaba, pero ciertamente existía una sensación de optimismo del cómo enfrentarían la región a la emergencia de salud.

300 por ciento ha sido el aumento de las camas UCI en la red hospitalaria.

Como una de las primeras medidas vino la implementación de la aduana sanitaria en la entrada sur de la región, en el sector de Pichidangui, en Los Vilos, la que evitaría el ingreso de personas que tuviesen síntomas, y obligaba a los viajeros a tener el pasaporte sanitario correspondiente. Esto fue valorado por las autoridades, quienes han reiterado que el tomar este resguardo fue fundamental para que los casos no se propagaran con fuerza en un primer momento, lo que sí ocurrió en el resto del país. De hecho, por largo tiempo la Región de Coquimbo se mantuvo con un bajo índice de contagios.

Rápidamente llegó un tercer caso positivo, que correspondía a una mujer de la comuna de Salamanca, quien, al igual que los casos del IPS de La Serena, tenía antecedentes de viaje al extranjero. Es decir, la trazabilidad estaba “totalmente controlada”. Sin embargo, los alcaldes y el Colegio Médico eran categóricos y exigían una cuarentena total, algo que, para el Gobierno, ni en ese momento ni tampoco ahora, se justificaría.

Comunidad “preocupada y desconfiada” 

Finalizando el mes de marzo, la situación era paradojal.  Mientras el país registraba 632 casos, la zona totalizaba sólo 6, muy bajo el promedio nacional. En este escenario se decretaba toque de queda, pero aun así para los habitantes de balnearios como Guanaqueros, Tongoy o Totoralillo, no era suficiente y el primer fin de semana tras la detección del primer contagio bloquearon por su cuenta los accesos. No querían, por ningún motivo, que ingresaran turistas, y claro todavía seguían llegando desde Santiago a sus segundas viviendas, algo que posteriormente la autoridad sancionaría fuertemente.

Creo que la conducción ha sido lamentable. No ha estado a la altura, pero es contradictorio porque las medidas de implementación para tratamiento han sido extraordinarias”. Osvaldo Iribarren decano medicina UCN y ex seremi de Salud.

Así las cosas, el jueves 26 de marzo surgía la primera polémica respecto al número de contagiados que existía en la región, y los que se informaban. Esto, luego que se conociera la situación de Raúl Marambio, un ciudadano de Coquimbo, que no figuraba en los registros pero que se encontraba realizando la cuarentena en la zona. La explicación de la autoridad de Salud fue que no se dio cuenta de este paciente puesto que fue diagnosticado en la Región Metropolitana, pero se generó un manto de dudas que finalmente culminó con la implementación de una Mesa Social, en la que participaba el Colegio Médico, representantes de los alcaldes, y expertos junto al Gobierno.

La fase 3 adelantada

La instancia se disolvería más tarde. Sin embargo, tuvo algunos avances, según lo admite el propio presidente regional del Colegio Médico, Rubén Quezada quien indica que allí se resolvió la entrada en la Fase 3 de la pandemia, pese a que todavía no se había perdido la trazabilidad. La determinación dada a conocer en su minuto por la intendenta Lucía Pinto, permitió “tomar medidas tendientes a la detección temprana de los casos sospechosos y sus respectivos contactos de alto riesgo, y también el manejo oportuno de los casos confirmados”, aseveró. Y claro se ampliaron los criterios para poder tomar las muestras ya que antes del adelanto de fase existían muchas restricciones para poder efectuarlas. “Ese fue un logro de esta mesa”, indica Quezada.

Sin embargo, nadie se esperaba lo que ocurriría días más tarde en el laboratorio de Ovalle, lo que marcaría el curso de cómo se iría desarrollando y gestionando la crisis. Pero antes, en el intertanto, los exámenes se mandaban al hospital de San Antonio y los resultados podían demorar varios días, se preveía que con la implementación de los equipos en Limarí y también en la UCN que instaló su propio laboratorio, la espera sólo sería de 24 horas, lo que en rigor nunca ocurrió.

Cuando finalmente estuvo listo el laboratorio de la Universidad Católica del Norte, se decidió esperar a que estuviese operativo el del Hospital de Ovalle, al que se sumaría posteriormente el de la Universidad de La Serena, y otros. Pero los casos de contagios seguían avanzando hasta que el 29 de abril se perdió la trazabilidad pasando con esto a Fase 4 de la pandemia. En este lapso también se registró el primer fallecido a causa de Covid-19 en la zona, tratándose de un hombre de 65 años de La Serena, en la actualidad la cifra de fallecidos alcanza los 54. 

Laboratorio de Ovalle un antes y un después

Para inicios de mayo los contagios todavía eran bajos en relación al resto del país. Sin embargo, la cantidad de exámenes realizados también lo era. Junto con ello, se había perdido la trazabilidad, y se sumaba el que ha sido probablemente el problema más grande que ha tenido que enfrentar la red asistencial. La falla en el laboratorio del Hospital de Ovalle que, según estimaciones, dejó alrededor de 700 muestras pendientes. “En este punto creo que se produjo un quiebre importante. Creo que las autoridades perdieron un poco el rumbo, porque nosotros como Colegio al menos éramos conscientes de que podía suceder algo así, sin embargo ellos se encapsularon a partir de esto, dejaron de presentar los datos, se dejaron de hacer las reuniones y en definitiva, las cifras en general se volvieron indeterminadas”, expresa el presidente regional del Colmed, Rubén Quezada.

Nada fue lo mismo

Desde ese momento, nunca se retomaron las confianzas, y mientras el Gobierno insiste en que los datos son fidedignos y obedecen a una realidad actual, desde otros sectores, como la academia y el Colmed continúan manifestando que jamás se logró recuperar la trazabilidad para efectuar un seguimiento eficiente de los casos.

Ahora, a poco más de  cuatro meses de los primeros contagios detectados en la región, con cambio de ministro incluido (salida de Jaime Mañalich y nombramiento de Enrique Paris), la realidad es menos alentadora que en el comienzo. Ayer se informaron 68 nuevos casos, con los cuales se superan los 5 mil acumulados de los cuales 901 se mantienen activos.

Respecto a la ocupación de la red, a la fecha hay 98 pacientes hospitalizados y de ellos, 35 se encuentran graves y conectados a ventilación mecánica.

¿Direcciones opuestas?

El problema, según la doctora epidemióloga de la Universidad de La Serena, Paola Salas, es que en el contexto actual, luego de los dichos de la subsecretaria de Salud Pública Paula Daza, en los que admite que la Región de Coquimbo cuenta con uno de los peores porcentajes de trazabilidad, y el reconocimiento del Seremi de Salud por eventuales errores cometidos, nos encontraríamos en una situación “bastante compleja”, y además, “muy diferente a la que tiene el país en general”, especificó. “Con los datos de trazabilidad quedamos bastante mal parados a nivel país, estamos mal en cuanto a la realización de los exámenes PCR, y además le estamos avisando tarde a los positivos. En estos índices estamos en los peores lugares. De hecho en cuanto al aviso del resultado la semana pasada le avisamos al 46% de las personas solamente, mejoramos un poco en la última semana pero seguimos muy bajos”, explicó Salas.

Desde el Colegio Médico, el presidente regional Rubén Quezada, hace el llamado a que las regiones puedan tener una mayor autonomía al decidir, ya que la realidad local es inversamente proporcional a la nacional, y el Plan Paso a Paso, no tendría cabida. “Tuvimos una conducción que se preocupó mucho, y eso hay que reconocerlo, de cómo atender a los enfermos. Se han hecho cargo del déficit de camas que tenemos como región, y en estos meses se ha podido subsanar aquello y preparar a la red muy bien. Pero desde el punto de vista de la prevención epidemiológica, estamos muy al debe. Tanto el testeo como la trazabilidad ha sido muy débil, todo el manejo en esa línea ha sido muy malo, lo que nos lleva a estar resistiendo en vez de prevenir”, expresa el profesional.

Diagnóstico desde la UCN

El exseremi de Salud, actual decano de la facultad de Medicina de la Universidad Católica del Norte, Osvaldo Iribarren, expresa que, en lo epidemiológico “es poco lo que se ha realizado”, pero esto ha sido subsanado con la buena respuesta a nivel de equipos médicos e infraestructura. “Creo que la conducción ha sido lamentable. No ha estado a la altura, pero es contradictorio porque las medidas de implementación para tratamiento han sido extraordinarias, y los resultados están a la vista con muchos pacientes y baja mortalidad. Las camas UCI aumentaron en un 300%, se multiplicaron los ventiladores mecánicos, etc…, pero respecto a la evolución de la pandemia ha sido natural, y van a bajar los contagios en algún momento, pero no por una acción preventiva sino porque así es como evoluciona este virus”, remarcó Iribarren.

Cronología

18 de marzo 2020

Se dan a conocer los primeros casos positivos en la Región de Coquimbo.

20 de marzo 2020

El Gobierno implementa la aduana sanitaria en Pichidangui. 

26 de marzo 2020

Surge un caso “no contabilizado” en la zona el que estaba contagiado pero provenía de Santiago.

4 de abril 2020

La región adelanta el paso a la Fase 3 y con esto se amplían los criterios para realizar examen PCR.

29 de abril 2020

Se pierde oficialmente la trazabilidad, tras un caso en Las Compañías, y con ellos la región entra en Fase 4.

7 de mayo 2020

La autoridad informa de la falla en el laboratorio del Hospital de Ovalle, lo que marca un antes y un después. Para muchos, a partir de ese momento las cifras “no volvieron a cuadrar”.

 

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