• Más de ocho horas puede pasar una persona en la urgencia de un hospital esperando a ser atendido, dependiendo de la categorización. Los pacientes que llegan con riesgo vital son ingresados directamente.
  • En lo que va de año se han realizado 174.763 atenciones de urgencia en los hospitales de la región.
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Lautaro Carmona
*El peak de las enfermedades respiratorias en invierno complica la situación de la urgencia en los centros de mayor complejidad, cuando la recomendación es acudir primero a los servicios de atención primaria, donde se determinará si un caso debe derivarse o no al hospital. *El déficit de camas representa un problema, pues actualmente faltan casi 600 para poder cubrir la demanda regional, lo que ha obligado en algunas ocasiones a usar los pabellones de cirugía como zona de hospitalización para los pacientes recién operados, por lo que las intervenciones pautadas para ciertas fechas y horas deben reprogramarse.

Hace tres meses, Pablo González (nombre ficticio) conoció de cerca el servicio de urgencias de un hospital público en la región. El joven, de 23 años, sintió un dolor muy fuerte al costado derecho de su abdomen y, recordando el caso de su mamá hace unos años, de inmediato pensó que era apendicitis.

Descompensado, se trasladó en un taxi al Hospital de La Serena y minutos después llegó su prima para acompañarlo. Así, el plan de una noche en la que iban a disfrutar del matrimonio de unos amigos cercanos cambió, y se acomodaron en la sala de espera del centro de salud mientras aguardaban el turno.

Desde el momento de ingreso a las 17:41 de la tarde, la categorización, -C3 urgencia de mediano riesgo-, la evaluación previa, el diagnóstico y tratamiento, hasta el examen con escáner que le hicieron a eso de las 07:00 de la mañana del otro día porque la máquina se desconfiguró a medianoche, pasaron más de 12 horas.

60% de las personas que llegan al servicio de urgencia en hospitales podría ser atendida en los SAPU o SAR.

Durante ese lapso se encontraron con situaciones complicadas; pacientes que en riesgo vital o con  emergencias evidentes llegaban en ambulancias y requerían de atención inmediata, indigentes que utilizaban la sala de espera para dormir, cargar teléfonos o conversar, trabajadores informales que pasaban solo para usar los baños del área, más la preocupación que mostraba cada paciente al no tener certeza de que su condición de salud fuera grave o no.

Aunque Pablo valoró los costos accesibles de la atención, para él fue agotador pasar toda la noche con dolor y esperando los exámenes, que finalmente descartaron una apendicitis, pero que tampoco dieron luces claras de qué era lo que realmente tenía.

Esta realidad, en la que se pueden ver reflejadas muchas familias sin otra opción más que dirigirse a los centros públicos por alguna emergencia, deja en evidencia los desafíos a los que se enfrenta el sistema local y expone la necesidad de contar con nueva infraestructura hospitalaria o personal médico que cubra la demanda de salud en la zona.

700 camas se tendrán a disposición cuando se inauguren los nuevos hospitales proyectados para la región

Y mientras se concreta la construcción e inauguración de nuevos recintos de salud en la región, las autoridades realizan esfuerzos por implementar estrategias paliativas que les permitan optimizar el funcionamiento de los servicios disponibles y evitar los retrasos en la asistencia médica de urgencia.

El sistema desde adentro

La atención a pacientes comienza en los Servicios de Atención Primaria de Urgencia (SAPU), los Servicios de Alta Resolutividad (SAR) y los Servicios de Urgencia Rural (SUR).

Es a estos entes, que funcionan en distintos horarios y dependen de los Centros de Salud Familiar (Cesfam), a los que debería dirigirse una persona si su condición no es compleja.

En un recorrido realizado por El Día se comprobó que la espera en estos recintos es más acotada, de dos o tres horas en promedio y tras una primera revisión, los médicos determinan si algún caso podría ser derivado o no a la urgencia del hospital.

Pero donde se presentan las mayores problemáticas de atención es en los hospitales de Coquimbo, La Serena y Ovalle, como lo reconoce Claudio Arriagada, director del Servicio de Salud Coquimbo.

“Se produce saturación, hay tiempos de espera largos y se genera una insatisfacción en el usuario, por eso el primer llamado es a que acudan a los servicios de atención primaria”, Claudio Arriagada, director del Servicio de Salud Coquimbo

Según el vocero regional, el análisis de casos arroja que un 60% de los pacientes que llega a los hospitales presenta afecciones que pueden resolverse en los SAPU.

“Lo que ocurre entonces es que se produce saturación, hay tiempos de espera largos y se genera una insatisfacción en el usuario, por eso el primer llamado es a que acudan a los servicios de atención primaria y desde ahí, de ser necesario, sean derivados a la urgencia de los hospitales”, explica.

Estas declaraciones se refuerzan con las cifras publicadas por la Dirección de Estadística e Información de Salud (DEIS) que detallan que en el 2019, en los nueve hospitales que funcionan en la región, se han realizado 174.763 atenciones de urgencia, de las cuales más de 27.089 han sido por condiciones del sistema respiratorio, 56.481 por traumatismos y envenenamiento, 5.381 por causas del sistema circulatorio y 79.946 por otras causas externas. En tanto, el total de hospitalizaciones supera las 8.000.

Pabellones como salas de hospitalización

Otro punto importante que influye de manera directa en la atención de urgencias es el déficit de camas existente en la región.

En un reportaje publicado por El Día en mayo de 2018, se informó que en los hospitales de La Serena y Coquimbo se requerían al menos 600 camas para poder absorber la demanda actual, tomando en cuenta que esta región, con 757.586 habitantes, está entre las tres primeras del país donde más ha aumentado la población desde el año 2002, según datos del Censo del 2017.

Además en esa ocasión, el Colegio Médico regional recalcó que la región presenta uno de los peores índices de camas hospitalarias de Chile, con un promedio de 1,17 camas por cada mil habitantes, cuando a nivel nacional es de 2,1 camas por cada mil habitantes, mientras que en los países de La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos​ (OCDE) es de 4,8 por cada mil habitantes.

El panorama en 2019 es similar. El déficit incluso ha llevado a que áreas como los pabellones de cirugía tengan que ser utilizados como salas de hospitalización improvisadas para mantener a los pacientes que están a la espera de una cama, lo que ocasiona retrasos en intervenciones quirúrgicas ya programadas, e inconvenientes tanto a usuarios como a los especialistas.

Dicha situación fue confirmada por Claudio Arriagada. “Hay veces que hemos tenido algunos pacientes graves en el Hospital de La Serena y que han tenido que, posterior a una cirugía, esperar en el pabellón donde se operó para que se desocupe una cama y de ahí salir (…) eso lamentablemente es una situación que nos ocurre en la región por la escasez de camas que tenemos”, argumenta.

Cuestión de tiempo

Frente a este escenario, Arriagada se muestra optimista al señalar que con la puesta en funcionamiento de los tres nuevos hospitales-, La Serena (en proyecto), Illapel (en proyecto) y Ovalle (por inaugurar), se tendrán a disposición 700 nuevas camas en la zona.

Asimismo, recordó que desde el cambio de gestión en el Servicio de Salud, hay disponibles 29 nuevas camas, ya que el Hospital de Coquimbo pasó de 284 a 300, mientras que el hospital de La Serena de 288 a 301 camas. 

“A fines de este año también vamos a presentar un proyecto para poder crecer en camas y todo esto nos va a ayudar mientras podemos tener los hospitales nuevos”, Claudio Arriagada, director del Servicio de Salud Coquimbo.

Entre otras medidas se proyecta la instalación de 38 camas, las cuales serán puestas en el edificio que se está construyendo al lado de la urgencia del Hospital de Coquimbo, y además se tiene en plan recuperar las 27 camas que se perdieron con el terremoto del año 2015.

“A fines de este año también vamos a presentar un proyecto para poder crecer en 16 camas más en el Hospital de La Serena y todo esto nos va a ayudar mientras podemos tener los hospitales nuevos”, indica.

Otros ejes de acción

Y como los tiempos de espera en urgencia es un asunto de discusión permanente, en la región se conformaron los directorios de los hospitales que sesionan una vez al mes con la participación de autoridades, empresarios de la región, representantes de las universidades y de la comunidad, más los especialistas.

De acuerdo con Arriagada, en dicha instancia se miden distintos indicadores y se solicitan planes de mejora a la directiva de cada recinto de salud. Uno de los ejes a  evaluar es el de los tiempos de espera en urgencia, otro es la programación de cada hospital y por último el alto índice de licencias médicas en el sector.

“Una de las acciones específicas en implementar la estrategia denominada “Fast-track”, lo que quiere decir que se dispondrá de un médico en los servicios de urgencia de cada hospital para atender aquellos casos que sean más leves para que efectivamente podamos disminuir los tiempos de espera”, informa el director del Servicio de Salud.

Aun así, el principal llamado sigue siendo acudir al Cesfam o al SAPU antes que al hospital para descongestionar. “(…) Eso es lo hoy día nos está causando mayores problemas en la urgencia, especialmente en esta temporada de invierno donde ya estamos en el peak de enfermedades respiratorias”, dice Arriagada. 6101iR.

El servicio de urgencia en el sector privado

¿Y qué es lo que ocurre con el servicio de urgencias que ofrece la salud privada en la región? Igualmente se enfrentan a dificultades ante la falta de especialistas en ciertas áreas y el aumento de la población.

Antonio Gatica, director médico de la Clínica Elqui, aseguró que si bien tienen a disposición camas, camillas, personal médico, paramédico y de enfermería para atender en el área, el volumen de la demanda siempre es variable, dependiendo de la hora, el día y la época del año.

“Nosotros tenemos sistemas de refuerzo para aquellos momentos en que la demanda aumenta, lo que normalmente sucede a mediodía, a las 06:00 de la tarde o en la noche. Sin embargo, en ocasiones se supera la capacidad de responder. Generalmente esto ocurre en periodos de epidemias respiratorias o en verano, al ser La Serena una ciudad balneario. Eso está en permanente análisis y el hecho que estemos reforzando nuestros turnos, tiene que ver en dar respuesta a los tiempos normales de atención”, precisa.

Otro aspecto que destaca el médico es la cultura que está arraigada a la hora de acudir a los servicios de salud cuando se presenta algún problema de salud.

“En general las personas van directamente hasta la urgencia cuando se sienten mal, pero este tipo de servicios debieran estar concentrados para atender solamente a pacientes que tienen enfermedades con cierta relevancia. Es habitual que nuestras solicitudes sean por problemas de salud menores, que en condiciones ideales podrían ser resueltas en consultas, pero lamentablemente esto sucede en todos los servicios”, acota.

Gatica detalla que en la urgencia de la clínica hay médicos generales debidamente formados para atender en dicha área y también cuentan con un sistema de llamada para las especialidades que requieren interconsulta como cirugía, traumatología o neurocirugía. En la Unidad de Pacientes Críticos también hay a disposición un internista.

Sin embargo, hay algunas especialidades que hacen falta, como por ejemplo cirugía infantil, debido a los pocos especialistas que no hay en la zona. Además, ubicar a algunos especialistas durante los fines de semana o en horas de la noche, que si bien no son de urgencias, se puede necesitar de su apoyo como oftalmólogos u otorrinos, es difícil.

“Esto representa un desafío para el sistema, pero nosotros vamos a tratar de optimizar el servicio de urgencias al ser la única clínica de la región”, apuntó.

 

Reforzamiento del plan invierno

La aparición de enfermedades respiratorias en niños y adultos es bastante frecuente en invierno, lo que hace que los servicios de urgencia tengan mayor demanda.

De acuerdo a los datos del 7 al 13 de julio, el 39% de hospitalizaciones en la región fueron por este tipo de patologías, lo que constituye el “peak” con 98 casos, según informó Alejandro García, Seremi de Salud.

Previendo este aumento de casos, el Ministerio de Salud destinó en junio 437 millones de pesos para reforzar la atención en los servicios de urgencia de la región, mediante la contratación de personal médico, enfermeras, kinesiólogos, paramédicos y técnicos en enfermería, así como activar un plan de extensión de horarios.

Del monto total, 223 millones 970 mil se enviaron a los hospitales de mayor complejidad de la zona, es decir, los de La Serena, Coquimbo, Ovalle e Illapel.

En tanto, 213 millones 321 mil fueron empleados en atención primaria y hospitales comunitarios

 

 

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