Preocupa la creciente delincuencia en barrios históricos de La Serena

Calle Brasil con Infante, 11:00 de la mañana y dos hombres y una mujer pasan con bolsas negras cargadas con cajas de vino y otros licores. Nos miran con desconfianza y en un ademán algo violento uno de los individuos advierte: “Si me tomai’ la foto te funai’”. 
Se dirigen al sector conocido como Las Palmeras, ubicado una cuadra más allá, en donde a diario, decenas de personas, la mayoría en situación de calle, se juntan a beber y, según cuentan vecinos, también a consumir drogas, en particular pasta base de cocaína. 
A esa misma hora, paradojalmente, las autoridades de Gobierno lanzan el Plan Invierno, en la hospedería del Hogar de Cristo, pero ellos no estaban interesados. No les tomamos fotografías en ese momento y se van. Nosotros también. 

“Puchas, si a esos cabros yo los tengo identificados, son jóvenes, si no son ni tan viejos. Me parece que duermen en el Hogar de Cristo, pero no estoy seguro, les tengo sacada la foto. Si miras, pasan como a las 10:00 en dirección al supermercado, después se dan la vuelta y vuelven, seguramente de alguna botillería, cargaditos y se ponen a tomar, todo el día”, cuenta Rodrigo Céspedes, residente del lugar. 

Y asegura que la situación no se produce solamente allí. Según afirma, en todo ese sector, desde Rengifo hacia arriba, en las calles Brasil, Colón y Almagro es cosa de todos los días. Microtráfico y personas bebiendo en la vía pública afean el entorno y generan sensación de inseguridad en uno de las zonas de mayor valor histórico de la ciudad. De hecho, el Barrio Almagro es uno de los más antiguos del país. “Es una pena que esté así, yo sé que se han hecho esfuerzos para mejorar y de hecho se ha hermoseado y hay sectores de calle Almagro que están muy bonitos, pintados, pero esto sigue y a uno le incomoda, porque ve despreocupación de las autoridades. Es como si hubiese ciertos sectores, como este, en que somos de segunda categoría”, consignó el vecino, algo resignado. 

Muy cerca de Rodrigo Céspedes, otro lugareño, Rafael Gálvez, ratifica sus dichos. Habla del sector conocido como Las Palmeras, como del lugar donde se produce la génesis de todo y asegura que ha sentido miedo. “A veces a uno le da cosa invitar a familiares a la casa, porque no quiere que vean esto. Y a uno mismo le da miedo también, porque no se trata sólo de gente tomando en la calle, se trata de delincuencia. Acá se han metido a robar a varias casas y ha habido asaltos, yo te digo, toda esta zona del casco histórico está plagada de delincuentes y que no es la gente en situación de calle”, manifiesta el vecino. 
Claro, él cree que el abandono en el que se encuentra el sector, además de generar un espacio idóneo para el consumo de alcohol en la calle, atrae a otros delitos. “Es un problema de inseguridad general, es más que los viejitos tomando, acá hace falta urgente una intervención por parte de las autoridades, porque estamos en uno de las zonas patrimoniales y hay vecinos que vivimos hace 70 años acá, eso hay que respetarlo”, aseveró. 

PATRIMONIO Y DELINCUENCIA.

Alex Garrido, presidente de la agrupación Cabildo Patrimonial, que hace un par de años puso especial énfasis en la recuperación del Barrio Almagro, admite que quedaron cosas pendientes, como, por ejemplo, solucionar lo que sucede en las calles aledañas, como Colón y Brasil. “Evidentemente que es una realidad que nosotros detectamos lo que tú me planteas ahora, cuando hicimos todo este plan del Barrio Almagro, pero no es tan simple de solucionar, porque hay temas sociales detrás. Hay temas como el abandono, el alcoholismo de las personas que te generan esta sensación de inseguridad que es lo que estamos viendo ahora”, indica Garrido. 

Si bien asume que estos temas suceden también en otros sectores de la ciudad, el que tengan lugar en zonas de tanto valor histórico le inquieta. “Lo que pasa es que los barrios patrimoniales de las ciudades hay que cuidarlos más, porque no son sólo de las ciudades, por algo son patrimonio, son de todos, de los visitantes, de los turistas. Y es doloroso ver que muchas veces no se hace nada por parte de la autoridad para erradicar el problema. Por eso, el llamado que yo haría es a que sean los mismos vecinos los que se organicen en este caso, nosotros lo hicimos en su minuto y lo vamos a seguir haciendo”, expresó. 

RECONOCIENDO EL PROBLEMA.

La Coordinadora Regional de Seguridad Pública, Catalina Guzmán, reconoció el problema, específicamente en el sector que le comentamos, y precisó que se ha discutido dentro del Consejo Comunal de Seguridad. “Sabemos lo inseguras que son las calles Brasil, Rengifo y Almagro a partir de cierto punto de la ciudad, para nosotros no es un tema nuevo y lo estamos atacando. Esto tiene que ver con minimizar dos aspectos, uno tiene que ver con mejorar el entorno y el otro con sacar a la gente que se dedica a beber en la vía pública. La idea no es estigmatizar, pero la gente que está en estos sectores y que vive en situación de calle está haciendo un daño, por el consumo problemático de alcohol que tienen, pero con el Programa Casco Histórico del Ministerio del Interior, que entrega el financiamiento al municipio, se mejorará este entorno, con mayores luminarias, incluso abarcando el sector de La Recova”, puntualizó. 

Descartó que exista un descuido del sector, tal como lo aseguran los residentes, y afirmó que el trabajo de las policías es constante, aunque a veces no se visualiza. “En lo que tiene que ver con Carabineros ellos no pueden detener a una persona si no está cometiendo un delito flagrante, sí lo hacen cuando se infringe la ley de alcoholes o la ley 20.00 de drogas, y en lo que respecta a la PDI, se sabe que hay problemas de microtráfico en el sector y por motivos de inteligencia, ellos no pueden contar lo que están realizando, porque podrían poner de sobre aviso a los delincuentes. Yo te insisto, uno entiende que la sensación de inseguridad aumente por las problemáticas que existen, y entiende el descontento de las personas, pero no es verdad cuando se dice que no se está haciendo nada”, indicó Guzmán. 

DEMASIADA OFERTA DE ALCOHOL.

Para los coordinadora de Seguridad Pública, hay un exceso de locales autorizados para vender alcohol en el sector. Además, de restaurantes y fuentes de soda, proliferan las botillerías. “Eso se lo hemos comentado al alcalde y le hemos sugerido estudiar la cantidad de lugares de venta de bebidas alcohólicas y también el fiscalizar que no se venda a personas que tienen problemas o que van a comprar en estado de ebriedad”, consignó Guzmán. 

Desde el municipio de La Serena, el alcalde Roberto Jacob admite que podría existir un exceso de locales de expendio de alcohol, pero manifestó que todos los años, si existe algún problema, los vecinos pueden presentar sus reclamos para que las patentes no se renueven. “Esa es una decisión que toma el concejo municipal y si se decide que un local está causando problemas, no se le renueva el permiso”, manifestó. 

Reconoció los problemas de seguridad en las históricas calles serenenses y enfatizó que ya se está trabajando para encontrar la solución. “En la mesa comunal de seguridad ya se aprobó la instalación de una cámara de vigilancia en calle Almagro y una serie de alarmas comunitarias, así que, te insisto, estamos trabajando y harto”, dijo Jacob. 

En relación a los sectores como calle Colón, Brasil o Rengifo, insistió en que será allí donde continuarán el trabajo, ya que, coincide, son sectores especiales para la tradición serenense. “Tenemos que empezar por algo y empezamos con Almagro, pero tenemos que seguir abordando otros lugares del casco histórico, porque hay fondos que son exclusivamente para el casco histórico de nuestra ciudad”, manifestó el edil.