Los residentes de La Serena se mostraron cautos a la hora de enfrentar el fin de año, especialmente por el estallido social que los tiene con cierto grado de incertidumbre por lo que podría pasar.
Por eso, es que las fiestas de fin de año las enfrentarán con moderación y en su gran mayoría coinciden en que no harán regalos caros ni excepcionales, como lo hicieron muchas veces, y plantean que invertirán mucho menos que los otros años, ya que los rodea cierto temor por lo que pueda ocurrir producto de las manifestaciones y con la econo0mía del país.
Reconocen sentir temor a perder el empleo, por lo que el dinero con el que cuentan lo están cuidando en caso de que aparezca alguna eventualidad en el camino.
Reconocen que este no es un año normal y que incluso el ambiente navideño no es el mismo, “la ciudad está entera con protecciones de metal, las tiendas no tienen los adornos que veíamos habitualmente en las vitrinas y veo pocas que han adornado”, sostiene Clarisa Guerra, una profesora de enseñanza básica.
En el comercio
Los locales comerciales del centro de la ciudad también se han visto con un espíritu navideño bastante más recatado en relación a navidades anteriores, ya que han sido éstos precisamente los que han sufrido los mayores saqueos y daños materiales durante las manifestaciones, donde los encapuchados y delincuentes se han aprovechado para actuar.
De todas formas, algunos comerciantes han dado cuenta del espíritu navideño y lo han plasmado en el interior de los locales.
“Se hizo un llamado a adornar las vitrinas en la medida que se pueda, ya que los comerciantes vieron que el municipio instaló un árbol de pascua para acordarse de navidad y fue atentado. Entonces, está el temor de adornar y que se provoquen daños”, precisa el presidente de la Cámara de Comercio de La Serena, Patricio Araya.
Pero igual sostiene que algunas tiendas están adornando, aunque “algo muy livianito, nada más”.
A cuidar el bolsillo
A Laura Mardones y Cecilia Cancino, las encontramos recorriendo una de las tiendas del casco histórico de la ciudad, andaban decididamente comprando regalos, pero señalaron que comprarían obsequios con bastante cuidado, porque “hay que cuidar el bolsillo, no se sabe qué es lo que va a pasar mañana y hay que estar preparados”, indica Laura.
Mientras que Cecilia dice que ella les aclaró de entrada a sus hijos y a un par de sobrinos que saluda con cariño cada navidad. “Los regalos no van a ser como otros años, hay que cuidar la platita. Hacemos un esfuerzo como familia para celebrar unidos y con buena salud que es lo más importante, lo demás ya se recuperará, hay que esperar que lleguen los cambios que son necesarios”.
“Hay que cuidar el bolsillo, no se sabe qué es lo que va a pasar mañana y hay que estar preparados”, Laura Mardones, serenense.
Sin vacaciones
Joaquín Leiva y Sara Cortés, se mostraron contentos, ya que habían caminado bastante hasta encontrar el regalo que quiere su nieta de seis años. “No le podemos fallar a nuestra regalona, es el único regalo a pedido, el resto a la suerte nomás, las cosas no están para gastar mucho”, señalan.
Este matrimonio indica que este año no tomarán vacaciones como en otros veranos, porque “las cosas no se ven muy bien y no sabemos si el próximo año vamos a estar con trabajo. Hay que visitar lugares de la región nomás, hay hartos que son bonitos y como se espera que no lleguen tantos turistas, hay que aprovechar”, indica Sara Cortés.
Poco espíritu
“Es poco el espíritu navideño que se ve, la gente no está de ánimo, quiere soluciones a sus problemas, por eso es que sale a marchar, mire los locales como están todos tapizados con lata, es una pena que una ciudad tan linda tenga que estar como una lata de conservas”, reflexiona Jorge Miranda.
Mira a su alrededor y agrega que “ni siquiera los vendedores de papel de regalo y otros cosas se ven como en otros años, la gente se está cuidando y a la espera de lo que va a pasar, este va a ser un fin de año distinto a todos los que hemos vivido”.
“Es poco el espíritu navideño que se ve, la gente no está de ánimo, quiere soluciones a sus problemas, por eso es que sale a marchar, mire los locales como están todos tapizados con lata”. Jorge Miranda, residente de La Serena.
Sin fiesta de fin de año
Silvia Pacheco, acaba de comprar unas poleras y jeans pitillos que le va a regalar a su única sobrina de 15 años, Florencia, y dice que eso, además de un engañito para su hermana, son los únicos gasto que hará en regalos para esta navidad.
Se muestra tranquila, indicando que hay que tener esperanza, aunque “lamento que no se vaya a hacer la fiesta de fin de año con fuegos artificiales en la Avenida del Mar. Para nosotras es una tradición ir todos los años a esperar las doce y ver cómo se ilumina el cielo”.
Ostensible baja en las ventas
Los comerciantes del casco histórico de La Serena reconocen que las bajas en las ventas han sido ostensibles y estiman que bordearán el 30% referente al año pasado.
Esperan que en la medida que se acerque la fecha de navidad las ventas repuntarán un poco, pero se muestran pesimistas en las ventas globales.
Año distinto
En la lectura que hacen los serenenses está claro que se trata de un fin de año distinto a todos los anteriores y en términos generales se muestran austeros en las compras, al tiempo que denotan temor por el futuro cercano.
Se aprecia un grado de inseguridad por lo que viene y está muy presente el miedo a quedar cesante. Y aunque se muestran expectantes a lo que pueda suceder, creen que desde el mundo político y del gobierno dependerá de que el estallido social desaparezca definitivamente o bien recrudezca si las soluciones son solo un maquillaje.
“Le pido al Viejito Pascuero que le abra el corazón a quienes deben conducir el país y a los parlamentarios. Que se acabe la ceguera y se escuche la voluntad del pueblo, es difícil, pero eso es lo que necesita este país, que lo escuchen”, fue lo planteado por el paramédico Cristián Lozano.