• El lunes recién pasado José y todo el equipo entregaron 500 panes en distintos sectores de Tongoy. En la fotografía está en la población Dolores Endeiza junto a Roxana Ahumada, presidenta de la población.
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José Fernández, de 18 años, está impulsando una cruzada de amor con la que espera entregar esperanza en el contexto sanitario y económico. Este sábado distribuirá 500 panes amasados en Guanaqueros.

No le importa la política ni tampoco la fama. Pero sabe que sólo dando a conocer su historia podría llegar a otros jóvenes e impulsar una red para ir en ayuda de los más necesitados. La intención de José Fernández Barraza, de 18 años, es sólo una, dar una pequeña esperanza en tiempos de crisis.

Todo comenzó en marzo de este año cuando pese a tener la intención de ingresar a la educación superior y estudiar trabajo social, no pudo por no contar con los recursos suficientes, en ese momento –cuenta- no se desmotivó, muy por el contrario, decidió enfocarse en encontrar su real vocación.

Por mientras y de manera paralela, en el país comenzaban a conocerse los primeros casos con Covid-19, fue ahí donde decidió buscar apoyo y armar cajas de alimentos para entregárselas a sus vecinos de Tongoy, lugar donde reside junto a su madre, cuatro hermanos y una sobrina.

Ayudar sin importar a quién

Está consciente que la pandemia del Covid-19 está generando problemas sanitarios y efectos económicos que podrían empeorar la situación en su localidad, pero también dice que detrás de todo eso se están dando momentos de “profunda” reflexión.

“Yo soy una persona como cualquier otra, de escasos recursos, pero me doy cuenta que hay gente que necesita más. Yo siempre me he dado cuenta que hay muchas realidades y por eso cuando estaba en el colegio, después de las clases organizaba apoyo, premios para rifas, ayuda para los adultos mayores, organizando el Día del Niño o Navidad”, detalla.

Y es que a sus cortos 18 años, José ya fue dirigente estudiantil en el colegio y luego en el liceo y hoy lidera una de las campañas solidarias más activa en su localidad. De hecho, el lunes repartió 500 panes amasados en distintos sectores, productos que fueron elaborados por su madre y dos vecinas quienes lo apoyan en esta cruzada de amor. Evento que replicarán este sábado en Guanaqueros con la misma cantidad.

“Yo soy una persona como cualquier otra, de escasos recursos, pero me doy cuenta que hay gente que necesita más”, José Fernández, dirigente social

“Empezamos en marzo junto con mi mamá y dos vecinas, pero también me apoyan diferentes fundaciones de Coquimbo y la empresaria Fabiola Aguirre que ha creído en mí y ha apoyado mi iniciativa”, agrega.

Respecto a los beneficiarios, el joven detalla que Tongoy es “pequeño” y que todos sus habitantes se conocen, situación que aventaja la entrega de las cajas de alimentos u otras ayudas sociales.

“Aquí la localidad es pequeña, todos nos conocemos desde siempre y eso ayuda a saber de primera fuente quiénes son las personas que necesitan más, aquí nos conocemos y tenemos consciencia de las distintas realidades de cada familia”, cuenta.

La causa –como él mismo la denomina- requiere de la solidaridad de todos para mantenerse en el tiempo, aunque eso no le preocupa al joven, ya que está seguro que sus vecinos y amigos que lo apoyan no lo defraudarán.

Vocación en tiempos de pandemia

El trabajo en este contexto sanitario no ha sido fácil, según cuenta José, ya que hay una presión emocional y un temor constante de contagiarse y poner en riesgo a los seres queridos. Es por eso que usan todos los elementos de protección personal, como mascarillas y guantes.

“Sabemos que no podemos compartir, pero las necesidades no entienden de estas condiciones, usamos mascarillas, guantes, mantenemos el metro de distancia y cuando vamos a entregar las cosas nos acercamos sólo a las puertas de las casas”, relata.

Solidaridad, no caridad

José dice tener una profunda vocación social, es por eso que se permite a hacer una reflexión, sobre todo ahora, cuando “se necesita de una mirada distinta” para abordar las necesidades de la comunidad.

“En este momento necesitamos de solidaridad, poder sentir lo que viven los demás y querer ayudarlos y compartir lo que tenemos, no necesitamos caridad. Cuando estuve en el liceo con algunos profesores nos hicimos cargo de algunas problemáticas de Tongoy, eso abrió una puerta importante en mí”, recuerda.

Su madre y vecinas volverán a amasar 500 panes los que serán distribuidos este sábado en diversos sectores de Guanaqueros.  José Fernández espera seguir replicando la iniciativa para ir en apoyo de los grupos más vulnerables. Foto cedida. 

 

Respecto al rol de las autoridades, el joven tongoyino dice que el Gobierno podría tener una presencia más activa en los territorios, “hay mucha gente que desconoce lo que sucede”. Aunque aclara que hay excepciones, de hecho, recuerda la primera vez que compartió con el alcalde Marcelo Pereira.

“Yo estaba impulsando una campaña solidaria para ayudar a una familia que sufrió un incendio, ahí nos encontramos y me dio un aporte solidario para la iniciativa”, precisa.

Reitera que su objetivo no es “hacerse conocido” ni entrar en críticas políticas, asegura que su intención sólo es hacer un llamado a ayudar y solidarizar con aquellas familias vulnerables.

“Hago un llamado a aquellas personas que tienen un poquito más a ayudar, a meterse la mano al bolsillo, hay mucho donde ayudar y mejorar. Nosotros también estamos llevando a adelante la campaña de invierno, juntando frazadas y alimentos. Todo esto es de manera transparente y lo hacemos posible porque entendemos que no todos tienen las mismas condiciones”,  cerró.

 

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