• El exarzobispo de La Serena, ya está en Chile, pero nadie sabe dónde, a la espera de ser citado a declarar por el ministerio público.
  • En la imagen en que Cox, a la izquierda, aparece junto al exintendente regional Renán Fuentealba (DC) en un acto público.
  • Francisco José Cox (izquierda) y Manuel Donoso durante una conferencia de prensa.
  • En noviembre del 2002 diario El Día publicaba en su portada el supuesto escándalo en el que se había visto involucrado Cox.
  • El arzobispo de La Serena mientras era la máxima autoridad eclesiástica local.
Crédito fotografía: 
El Día
Al ya conocido silencio de la iglesia mientras Francisco José Cox era arzobispo de La Serena y cometió abusos sexuales contra menores, se suman testimonios de civiles que aseguran que los poderes políticos de la época también contribuyeron para encubrir al exreligioso. Sin embargo, exseremi de Gobierno en la zona, Luis Moncayo, descarta de plano que se haya tenido certeza de lo que estaba pasando, pese a que siempre hubo sospechas. Aunque, por otra parte, el exconcejal Jorge Hurtado precisa que mucha gente de la DC, que fue cercana a Cox Huneeus, posteriormente llegó a ocupar altos cargos a nivel regional y nacional.

Nadie sabe dónde está. Desde que el exarzobispo Francisco José Cox retornó al país desde Vallendar, Alemania, donde se encontraba recluido desde hace 17 años, en una casa de retiro perteneciente al Instituto Secular de los Padres de Schoenstat, no se ha podido conocer su paradero y sólo se ha informado que se mantiene al cuidado de un matrimonio a la espera de ser llamado a declarar por parte del Ministerio Público, en el marco de las investigaciones de abusos sexuales que se siguen en su contra.

En el intertanto, la incertidumbre continúa. Según indicó la abogada Josefina Gutiérrez, de la Fundación Para la Confianza, quienes representan a dos víctimas de Cox, Hernán Godoy y Abel Soto, en el escenario actual, sería muy complejo enjuiciar al exreligioso. Claro, los delitos se encuentran prescritos y por más que se realicen las indagatorias, si no se encuentran casos similares que hayan ocurrido antes a la prescripción del primer ilícito denunciado, no habría juicio.

Pero existe otra alternativa: que mientras se realizan las investigaciones, se lleve a cabo una modificación legal tendiente a la imprescriptibilidad de los delitos sexuales, algo que no es lejano y que actualmente se discute en el congreso. 

Esto por un lado. Pero otra de las aristas que han surgido y que hoy están en el tapete, es cómo y por qué, si las “acciones impropias” del alto mando execlesiástico eran un “secreto a voces”, nadie hizo nada, ni denunció formalmente lo que estaba pasando. ¿Efectivamente hubo una red de protección que lo blindó por años? Aquello no se puede determinar a ciencia cierta, pero sí existen testimonios que apuntan a que altos mandos del clero y también políticos tenían conocimiento de los abusos y guardaron silencio.

La supuesta red de protección

“Mucha gente de la iglesia sabía los antecedentes de Cox antes de traerlo a La Serena”, es la frase que el obispo emérito de La Serena, Manuel Donoso, dijo a diario El Día el 25 de julio del 2018. Fue la primera vez que un integrante del clero reconoció abiertamente que el exarzobispo entre 1990 y 1997, acusado de abusos sexuales, fue encubierto por miembros de la iglesia.

“No sé cómo don Bernardino (Piñera) lo admitió. Yo llegué como 15 años después que Bernardino y le pregunté esto, pero nunca le gustó hablar del tema”, agregó en la misma entrevista, en alusión a que monseñor Cox, ya venía “con problemas” desde Roma donde ostentaba un alto cargo en 1985.

Hoy ya se habla de “redes de protección”. Según exfuncionarios del arzobispado, a lo cual adhieren los voceros de la Agrupación de Laicos Juan XXII, de La Serena, por esos años el poder del clero, era demasiado grande y difícilmente a alguien se le hubiese ocurrido denunciar los actos de Francisco José Cox, por lo que simplemente “pasaron desapercibidos”, según indica Juan Rojas Palma.  

Aquello ya lo visualizaba en el año 2002, el expresidente del Colegio de Periodistas y ex subdirector de nuestro medio, diario El Día, el ya fallecido Fernando Moraga, quien manifestó en un reportaje publicado por La Tercera, que la situación se conocía desde hace años al interior de la iglesia, antes incluso que Cox, quien llegó a la zona como obispo coadjutor de Bernardino Piñera, dejara la diócesis.

De hecho, en dicha publicación Moraga es explícito en señalar que Bernardino quería extender su mandato, para no dejarle el puesto a Cox Huneeus. “Piñera me expresó su aprensión por ‘las conductas de este hombre’. No las mencionaba directamente, pero todos sabíamos de qué hablaba. Piñera decía que él no iba a cambiar”, manifestaba el desaparecido Moraga.

El rol de la prensa local en ese momento, también es cuestionado. Sin embargo, Carlos Thenoux, hoy concejal por La Serena, quien en la época de Cox era conductor del matinal “En el 8 a las 8” de un medio regional, relata que pese a las sospechas, no se dimensionaba ni se tenía certeza de los delitos  que el exarzobispo estaba cometiendo. “A mí me tocó entrevistarlo muchas veces, y obviamente que la actitud que uno veía no era la que se esperaba de un religioso en cuanto a los jóvenes, ni tampoco en cuanto a su humildad. Simplemente no la tenía”, manifiesta Thenoux.

El “castigo” para Hervia

Bastó que una persona integrante de la iglesia, se atreviera a denunciar los hechos, para que cayera sobre él todo el poder eclesiástico. Y es que si el tema era complicado en todo el país, en La Serena se multiplicaba, con un clero de 27 miembros y 25 iglesias, que se jacta de haber dado al país dos cardenales y dos arzobispos de la plaza más importante del país: Santiago.

Pero Manuel Hervia no dimensionó aquello en 1992, cuando puso en antecedentes al obispo Alejandro Goic y al ex presidente de la Conferencia Episcopal, Carlos González, que había sorprendido al arzobispo de La Serena en actitudes sexuales con un joven.

Nadie hizo nada y la respuesta que recibió Hervia fue que la situación de Cox Huneeus era “conocida” en la comunidad Schoensttat, a la que pertenecía el arzobispo, y había que “esperar” para ver los resultados, los que llegaron una década después, cuando era insostenible desconocer los hechos, en el 2002.

Más tarde, en el 2011, en plena crisis de la iglesia, Hervia fue acusado de haber abusado de nueve niñas de entre cinco y nueve años de edad en el hogar de menores donde residía, lo que fue desestimado por la Fiscalía luego de no poder acreditar la veracidad de los testimonios. Pero era demasiado tarde y el sacerdote ya había recibido la condena pública, algo que siempre atribuyó a una vendetta.

El secreto a voces

Un hecho que probaría que las conductas de Cox eran ampliamente conocidas por la sociedad civil es el que vivió  Jorge Aníbal Bujalil, quien estudiaba en el Liceo de Hombres cuando Cox era Arzobispo y en una oportunidad un profesor de religión llevó a todo su curso a visitar a la autoridad eclesiástica. “Quedó la embarrada”, relata Bujalil, ya que esta salida extra programática no había sido consultada al director del establecimiento, algo que le generó indignación, ya que sabía el peligro que corrían sus pupilos. “A mí me llamó la atención este caballero (Cox), muy simpático, que nos regalaba chocolates y que preguntaba por qué nunca lo invitaban al Liceo de hombres. Pero más allá de eso no pasó nada. Claro, cuando se supo en el colegio, el director se sulfuró porque los profesores de la época conocían lo que hacía Cox”, relata.

Los poderes políticos: ¿Encubrieron?

A estas alturas pocos dudan de que la iglesia en su tiempo haya hecho el “trabajo sucio” para proteger a Cox. Esto, tomando en cuenta además su gran amistad con el por entonces Cardenal Francisco Javier Errázuriz, a quien conocía desde niño y con quien también había coincidido durante sus años en Roma.

Pero, ¿qué rol jugó el poder político en su momento? Según comentó el ex empleado del Arzobispado Tomás Yavar, a diario La Región, y de lo cual también tuvo conocimiento El Día a través de otras fuentes, monseñor Cox tenía un departamento en la Avenida del Mar, en el cual realizaba reuniones con personajes de la escena pública y política local y, además, “llevaba a sus regalones”.

De acuerdo a las declaraciones de Yavar, esto era conocido por seremis de Gobierno de la época que habían sido funcionarios del Arzobispado, y quienes le habrían facilitado las cosas al exsacerdote.

Gobierno de la época sale al ruedo

Uno de los que formaban parte del gobierno al que acusan de “encubrir” a Cox, es Luis Moncayo, quien fue seremi de Gobierno durante estos años. Descarta cualquier tipo de acción oficial avalando el actuar del exarzobispo y asegura que “hoy es muy difícil hacer juicios, ya que todos son generales después de la batalla”, por lo que “afirmar que desde el mundo político se protegió o encubrió a Cox, es algo a lo menos apresurado”, precisa, agregando que puede dar fe de que “ninguna autoridad de la época protegió o manejó solapadamente cualquier situación de las que hoy día se conocen”.

Moncayo asevera que ciertamente existía una relación con las autoridades eclesiásticas, pero ésta era siempre de carácter formal. Sin embargo, no niega el haber conocido de los rumores de esos años, pero los mismos que habría conocido todo el mundo, cuando monseñor Cox, ya se había ido de la zona. “Sí se sabía y se decía que este señor era demasiado cariñoso con los jóvenes, pero lo que pasa es que en ese momento uno no dimensiona que eso tenía que ver con algo aún más potente, que fue lo que conocimos después”, aclara.

Lo que sí le llamó la atención a Moncayo, y fue algo que se comentó también en su tiempo, era que el Arzobispo, habiendo sido secretario ejecutivo de un Dicasterio en Roma, de la noche a la mañana llegara a ser obispo de una pequeña diócesis, en un contexto global, como lo era la diócesis de La Serena. “Recuerdo perfectamente que la gente se preguntaba qué problemas habrá tenido Cox en Roma que se trasladaba a la zona. Pero a nadie se le pasaba por la mente que podían ser cosas de carácter sexual”, sostiene Luis Moncayo, quien también fue jefe del departamento de Laicos del Arzobispado.

Testigos que ya están siendo citados

Pese a que será en la audiencia de este martes 19 donde se definirá si es la Fiscalía la que investigará los casos, o lo hará un juez bajo el sistema antiguo, las indagatorias ya comenzaron y se ha llamado a prestar declaración a eventuales testigos. Así lo confirma el exconcejal por La Serena Jorge Hurtado, quien pasó toda su infancia viviendo en el arzobispado, donde trabajaban su madre y su padre, quien era el chofer de los altos mandos religiosos. “Efectivamente, tanto a mi padre como a otros integrantes de mi familia los citaron a prestar testimonio, y evidentemente que colaborando con la ley, ellos se presentaron”, sostiene.

Hurtado dice hablar del pasado en base a su experiencia, y lo que él vivió, señala, no tiene relación con lo que se ha conocido posteriormente sobre Cox. “Nosotros estábamos en la cotidianeidad con ellos y nunca vimos nada extraño. Yo guardo muy buenos recuerdos de ese tiempo. Ahora, Cada quien tiene su propia experiencia y las personas que hayan sufrido algún tipo de abuso están en su derecho a denunciarlo”, precisa.

Respecto a las supuestas redes de protección, cree que “son una fantasía”, en principio, sin embargo, manifiesta que le llama la atención que, a un nivel político, mucha gente del Partido Demócrata Cristiano eran cercanos al exarzobispo, y posteriormente estas personas ocuparon importantes cargos a nivel regional y nacional.

¿Poderes que continúan?

Diario El Día logró contactarse con una fuente al interior del municipio de Coquimbo que prefirió resguardar su identidad. Sin embargo, aseguró que muchos quienes en su momento trabajaron para Cox en el Arzobispado, continúan vinculados a las esferas de poder. Según consignó esta persona, actualmente un alto funcionario de la Fundación Cruz del Tercer Milenio habría sido el mismo que manejaba las finanzas del clero en la zona en la época de Cox y quien se hacía cargo de proveer al exreligioso acusado de abusos sexuales, de los recursos para el arriendo de departamentos, fiestas y otros ítems, “alejados de la labor pastoral”.

De hecho, en el municipio porteño estarían al tanto de la situación, pero no podrían hacer nada debido a que no hay denuncias concretas en contra de esta persona. Pese a ello, debido a que los medios ya están tomando conocimiento de la situación, desde la casa edilicia estarían preparando una declaración oficial al respecto.

Así las cosas, poco a poco se va desentrañando la verdad fidedigna del pasado. ¿Quiénes lo encubrieron?, ¿por qué nadie denunció?, ¿sigue el círculo de Cox vinculado al poder hasta el día de hoy? Son preguntas cuyas respuestas van quedando al descubierto. 4601iR

Efectivamente, ¿no hubo denuncias?

Mucho se ha dicho que nadie quiso acudir a la justicia ordinaria para denunciar las acciones de Cox. Sin embargo, según se señala en el reportaje realizado por el diario La Nación en el 2002, sí hubo víctimas que se acercaron al por entonces Seremi de Justicia Víctor Hugo Villarroel, para pedir asesoría, pero la respuesta que recibieron las familias por parte de la autoridad, según consigna el reportaje, fue que para presentar una denuncia legal se necesitaban “pruebas” y, como no había evidencias físicas, los acusadores se desalentaron.

De hecho, no habrían sido pocas las personas que solicitaron ayuda. Pero algunas sólo lo hacían para obtener una “sanación espiritual”, tal como señala el obispo emérito de La Serena, Manuel Donoso. “Yo conocí casos de personas, y las instaba a que hicieran las denuncias, pero lo que ellos querían era más bien contención, no querían perseverar en acciones legales, por temas familiares y por el contexto de esa época, muy distinto al de ahora”, manifestó Donoso.

FRASES:

“No sé cómo don Bernardino (Piñera) lo admitió. Yo llegué como 15 años después que Bernardino y le pregunté esto, pero nunca le gustó hablar del tema”, Manuel Donoso, exarzobispo de La Serena.

“Sí se sabía y se decía que este señor era demasiado cariñoso con los jóvenes, pero lo que pasa es que en ese momento uno no dimensiona que eso tenía que ver con algo aún más potente que fue lo que conocimos después”, Luis Moncayo, exseremi de Gobierno.

“Nosotros estábamos en la cotidianeidad con ellos y nunca vimos nada extraño. Yo guardo muy buenos recuerdos de ese tiempo. Ahora, Cada quien tiene su propia experiencia y las personas que hayan sufrido algún tipo de abuso están en su derecho a denunciarlo”, Jorge Hurtado, exconcejal por La Serena que vivió en el Arzobispado.

 

CRONOLOGÍA

Septiembre de 1990

Cox es nombrado arzobispo de La Serena, convirtiéndose en el sucesor de monseñor Bernardino Piñera.

Abril de 1997

Tras publicaciones de la prensa de la época, y luego de que la Nunciatura Apostólica iniciara una investigación, por supuestos “actos impropios” de Monseñor Cox, renuncia a su cargo y se retira a Colombia para desempeñarse como asistente de la iglesia.

Noviembre del 2002

Luego de años de incertidumbre por parte de la comunidad serenense sobre los motivos de la renuncia, el Cardenal Errázuriz reconoce que está siendo investigado y que luego de estar en Colombia, fue enviado a Alemania a llevar una vida dedicada a la oración y al recogimiento.

19 de julio 2018

Hernán Godoy, víctima de abuso por parte de Cox recurre a la justicia y denuncia los hechos ante la Fiscalía. 

3 de diciembre del 2018

Tras recibir el apoyo de la Fundación Para La Confianza creada por las víctimas de Karadima, Hernán Godoy presenta una querella contra Cox patrocinado por los abogados de la  fundación Juan Pablo Hermosilla y Josefina Gutiérrez.

13 de octubre de 2018

El Vaticano anunció oficialmente la dimisión del estado clerical de Francisco José Cox, junto al de Marco Antonio Órdenes Fernández de 54, ex obispo de Iquique, después de haber sido investigados por la Congregación de la Doctrina de la Fe.

19 de febrero de 2019

Está programada la primera audiencia del caso en el Tribunal de Garantía de La Serena.

 

 

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