• Así se veía La Pampilla de Coquimbo ayer. Desolada y con algo de polvo que levantaba el viento. Lo propio ocurría en la Quebrada del Jardín en La Serena.
Crédito fotografía: 
Alejandro Pizarro
Los principales centros de celebración de Fiestas Patrias en Coquimbo y La Serena, como son la Quebrada del Jardín y La Pampilla de Coquimbo, lucían un triste y solitario aspecto, muy lejos del bullicio, la fuerte música y la mezcla de olores a cocina y asados que los identifican.

Un triste y desolado aspecto lucían las pampillas de Coquimbo y La Serena, otrora centro del bullicio, la celebración y un aire cubierto con humo de asados.

La realidad este año ha sido muy distinta producto de la pandemia y las medidas restrictivas que se han aplicado. Desolación, podría ser la palabra más adecuada para calificarlas, puesto que solo el viento levantando polvo es la imagen que han presentado este 18 de  septiembre.

Nada de ramadas ni carpas llenas de familias compartiendo. Por el contrario, puertas cerradas con candado (en el caso de Coquimbo) y accesos bloqueados, en el caso de la Quebrada del Jardín en La Serena.

Lo que marcó más la desolación, es que nadie se acercó a estos recintos en este primer día (ayer) de celebración, una postal inolvidable de tristeza.

Se extraña

La añoranza de los vecinos de La Pampilla de Coquimbo se hace evidente en cuanto escuchan la pregunta sobre cómo viven Fiestas Patrias sin Pampilla.

“Es fome, porque estamos acostumbrados, llevo toda mi vida viviendo acá y tengo 25 años ya”, responde espontáneamente Ana Bustos.

En seguida aclara que “el ambiente que se respira no es el mismo que vivimos todos los años. En los primeros días de septiembre veíamos los preparativos, empezaban a llegar los juegos mecánicos, la gente llegaba con sus carpas una semana antes de que empezara La Pampilla y ahora es muy triste para nosotros que vivimos al lado y que estamos acostumbrados a la bulla y a todo eso. Es apagado total, no hay nada. Es la primera vez que veo que no se hace pampilla”.

Cuenta que está de cumpleaños el 19 de septiembre (hoy) y que siempre lo celebraba en la casa y después bajaban un par de metros e ingresaban al recinto a terminar la celebración, lo que este año no ocurrirá.

Juan Yáñez y su grupo familiar estaban dentro de su casa, justo frente al recinto de La Pampilla, iniciando un asado, cerca del mediodía.

De inmediato dice que se extraña todo el ambiente. “Había bulla y la fiesta se veía de aquí impecable, las luces, el sonido y ahora de repente estar así es un poco triste. Llegamos acá por los ‘80 y es la primera vez que no nos toca pampilla y se siente súper extraño, raro. Ver La Pampilla hasta con monte no es común, pero tranquilos y pensando que pasando esta cuarentena va a volver todo a la normalidad, eso es lo que todos buscan”.

Ernesto López dice que “esto es muy triste, mi corazón está llorando. De aquí veíamos todas las carpas, las ramadas, esto es demasiado triste. Es la segunda vez que no hay pampilla, la primera fue para el golpe de estado en el ‘73, pero yo estaba chico y ahora que estoy adulto me duele más el corazón, nos quitan una tradición”.

Marino Bugueño, también añora y dice que “es la primera vez que veo esto así, sin pampilla, estamos acostumbrados a ver harta gente. Es raro y fome, se extraña la bulla, no queda más que celebrar en familia acá”, e indica la casa.

 

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