• Personal de la delegación municipal trabaja incesantemente para que la casa no se inunde
  • En el campamento gitano se quedaron algunos adultos mayores para cuidar sus cosas
  • Sectores de Las Compañías se encuentran completamente anegados
Crédito fotografía: 
Andrea Cantillanes
En la comuna de La Serena, en calle San Antonio, en Las Compañías, existen inmuebles que están a punto de inundarse y los gitanos ya fueron trasladados hasta el Liceo Jorge Alessandri.

Pensaban que estaban preparados, pero los más de 30 milímetros que cayeron sólo la noche del miércoles y durante la madrugada del día jueves sorprendieron a todos en la capital regional. Claro, se esperaba que el temporal en toda su magnitud se desatara recién en la tarde noche de hoy (jueves), pero se adelantó.

Aquello lo pudimos constatar en un recorrido por La Serena, el que dio cuenta que la ciudad todavía no está preparada para enfrentar eventos naturales de esta envergadura.

Una evacuación inesperada 

A un costado del Puente Zorrilla, donde se emplazan las carpas del pueblo gitano, pensaban que dormirían donde siempre. Sin embargo, apenas comenzó a llover copiosamente pasadas las 20:00 horas, el personal del municipio llegó para sacarlos debido al peligro que significaba para ellos el permanecer ahí tan cerca de la ribera del río Elqui, donde una crecida inesperada podía convertirse en una tragedia.

Por ello, cuando llegamos más de la mitad de los habitantes no se encontraban en el lugar. Allí, permanecieron algunos gitanos básicamente por el temor a que les robaran sus pertenencias. “Alguien tiene que quedarse cuidando el lugar, porque siempre hay gente que se mete y que nos queremos perder nuestras cosas”, indicó Emilio, uno de los gitanos que decidió permanecer en el campamento.

Allí, también están los más ancianos, quienes prefirieron estar pernoctar en el pequeño recinto de madera que hace algunos años fue emplazado en los terrenos. Durante el tiempo que estuvimos allí, no cesaron en pedir a las autoridades que les llevaran colchones, carbón y algo para paliar el complejo panorama que por estos días, literalmente, inunda la región.

Fue el Liceo Jorge Alessandri el lugar elegido para trasladar a los habitantes del campamento. Y será en ese establecimiento donde se quedarán a resguardo del municipio las 43 personas, hasta que pase este frente de mal tiempo.

Cuando fuimos al lugar, los gitanos hospedados se muestran inquietos por saber de sus pertenencias, pero no les podemos dar una respuesta. Seguimos nuestro camino.

“La fiebre del nylon” 

En la delegación municipal de Las Compañías, la gente llegó en masa durante la mañana del primer día de lluvia. Todos iban a buscar el, a esas alturas, codiciado nylon para resguardar las casas del agua que azotadas por el agua.

Pero la oferta superó a la demanda y hubo problemas. Las discusiones porque en algún minuto el plástico se agotó se tomaron las dependencias del recinto.

Personas cuyas casas simplemente no resistieron reclamaban lo que se les había ofrecido y fue el propio delegado municipal, Arturo Marín quien tuvo que salir a dar explicaciones, tras solucionar la situación. “Efectivamente se nos produjo la situación de que teníamos menos plásticos, porque creo que nadie se esperaba que lloviera tanto, pero se solicitó más y ahora se lo estamos entregando a la gente, así que los que lo necesiten pueden venir aquí a buscarlo”, manifestó, intentando dar tranquilidad a la población, y a las personas que estaban en el lugar.

La casa más "complicada" 

Es en calle San Antonio de Las Compañías donde se vivió la situación más compleja y peligrosa durante esta mañana. Claro, según reconocieron las propias autoridades y los expertos, allí, se ubica la casa que corre mayor riesgo de anegarse por completo y quedar completamente aislada, tal como ha sucedido en otras oportunidades. De hecho, personal de la delegación municipal trabajaba arduamente para poder evitar que esto pasara, pero reconocían que era difícil.

“Todos los años pasa lo mismo cuando llueve, no hay soluciones de fondo, sólo parches. La otra vez perdí muchas cosas porque la casa se inundó y esta vez no quiero que eso suceda, así que no me voy a ir”, cuenta Julia, la dueña del inmueble, dando cuenta de la gravedad de la situación, que todavía nadie sabe cómo terminará.

 

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