Crédito fotografía: 
Lautaro Carmona
Más de 5.000 personas mayores de 60 años han caído en situaciones de endeudamiento severo desde el inicio de la pandemia del coronavirus en marzo, afectando incluso a aquellos que cuentan con Pensiones Básicas Solidarias de Vejez. En promedio, el valor de la deuda de estas personas supera los 2 millones de pesos, dando origen a un nuevo –y grave– problema social.

La señora Griselda, de 70 años, tuvo que pasar por dos amargas experiencias hace un tiempo. Por lado, debió enfrentar una difícil situación económica. Por otro, tuvo que sobreponerse al hecho de que quienes originaron este problema fueron sus familiares más directos.

Todo se inició cuando ellos le pidieron dinero prestado, prometiéndole que dicho monto iba a ser devuelto. Pero eso nunca ocurrió. 

“En ese tiempo estaba demasiado mal con un pago de 200 mil pesos y con una nieta que tenía a cargo mío. (...) Yo les dije que tenía que pagar porque de lo contrario, me iban a embargar la casa, que es de mi propiedad”, relata.

Y como los pagos estaban a nombre de ella, la señora Griselda terminó enfrentándose con sus familiares en Tribunales, donde los acusados negaron la deuda contraída. Mientras, la situación económica de esta adulta mayor fue empeorando, con deudas que no dejaban de crecer, afectando su situación financiera. 

Finalmente, dice, “con la ayuda de una hija y una platita que tenía en el banco que tuve que sacar, debí pagar la deuda. Me costó, pero al final la pagué. Ahora estoy viviendo sola, pero mi hija, la que me ayudó, viene a mi casa a estar conmigo”.

Vulnerables 

Lo cierto es que el caso de la señora Griselda – que afortunadamente terminó relativamente bien– es sólo un pequeño ejemplo de la situación vulnerable que viven muchos adultos mayores en la región y en el país en el plano financiero y económico. 

Afectados por bajas pensiones –y sólo a veces, con algunos ahorros que a duras penas han podido conseguir–, además de una escasa educación financiera, no es menor el número de personas mayores de 60 años, que, por distintos motivos, enfrentan una dura realidad marcada por la falta de recursos. Y más ahora, en tiempos de pandemia. 

En el caso de la señora Griselda, el motivo fue por haber asumido los compromisos de terceros que al final, no cumplieron, pero obviamente, no es la única razón. 

Así, un estudio de ChileDeudas.cl revela una dramática realidad nacional: ya son más de 700.000 los adultos mayores de 60 años que tienen una morosidad financiera, superando a los 630.000 que se registraban con incumplimientos crediticios antes de la pandemia por covid-19.

Y en la Región de Coquimbo, de los más de 100.000 adultos mayores que viven en ella, cerca de 20.000 (un 20%), cuentan con morosidad financiera, -21% a nivel nacional - lo que implica un crecimiento en comparación a la situación previa a la crisis del coronavirus, cuando no se superaban los 15.000 ancianos con un nivel de incumplimiento crediticio.

Al respecto, el director ejecutivo de ChileDeudas.cl, Guillermo Figueroa, explica que el monto promedio de la morosidad financiera en este grupo, sobrepasa los 2,1 millones de pesos, mayor a los 1,8 millones anotados prevo a la crisis del coronavirus. ‘’El 60% de estos adultos mayores tienen incumplimientos crediticios con la banca, y el restante 40% es derivado de compromisos con multitiendas”, asegura.

Bajos ingresos

No obstante, otro aspecto preocupante es que las pensiones promedio de estas personas no superan los 300.000 pesos, y sus incumplimientos financieros son de 2,1 millones de pesos, 7 veces más que sus ingresos mensuales.

De hecho, en el estudio se indica que el 40% de los adultos mayores tiene una morosidad promedio de 2,5 millones de pesos, el 30% cuenta con incumplimientos financieros por más de 5 millones; el 25% con montos iguales o menores a 1 millón, y el 5% computan cifras superiores a 10 millones de pesos.

“Del total de adultos mayores morosos, más de 150.000 personas cuentan solamente con Pensiones Básicas Solidarias de Vejez, y sus incumplimientos financieros promedio alcanzan 1,5 millones, es decir, aproximadamente 10 veces sus ingresos mensuales, lo que es alarmante”, subraya Figueroa. 

De hecho, basta recordar que las Pensiones Básicas Solidarias de Vejez permiten a quienes no tienen derecho a una jubilación en algún régimen previsional, acceder a un monto de 158.339 pesos para quienes tienen entre 65 y 74 años, y de 169.649 para las personas de 75 años o más.

Aprendizaje

Para evitar que más adultos mayores caigan en una situación de morosidad financiera, es que desde diversas áreas se han puesto en marcha distintas iniciativas para evitar estos riesgos y sobre todo, entregar asistencia y educación. 

Ese es el objetivo del Programa Más Adultos Mayores Autovalentes, perteneciente a la Corporación Municipal Gabriel González Videla de La Serena, que tiene como principio implementar y plantear estrategias destinadas a prolongar la autovalencia de las personas mayores a partir de los 60 años. 

El programa, el cual durante el año 2020 tuvo a más de 2.200 usuarios inscritos, se distribuye en los seis Centros de Salud Familiar y en el sector rural de la comuna para poder entregar sus prestaciones a la mayor cantidad de usuarios. Y uno de los pilares fundamentales del programa es, justamente, la educación, el acompañamiento y la capacitación de los usuarios en temas sociales, judiciales y económicos.

Es así como a fines del año pasado, el programa junto a la Corporación de Asistencia Judicial, realizó una charla informativa sobre los derechos de los adultos mayores y de una serie de prestaciones a las cuales ellos pueden acceder en caso de necesitar apoyo frente a situaciones judiciales complejas, como fraudes, sobreendeudamientos o problemáticas económicas por desconocimiento.

Sonia Montero, presidenta de un club de adulto mayor, y a la vez, beneficiaria del programa, comentó que “nos han enseñado y estimulado con el único fin de no caer en esos problemas, y sobre todo ahora, con la pandemia en donde es muy fácil que vengan a ofrecer un crédito u otra cosa, y después nos endeudan más”. 

En ese sentido, agrega, “nos han enseñado que es lo que se puede hacer y que no, para no tener un problema de sobreendeudamiento y, de esa manera, no nos vayan a estar perjudicando el futuro, pues hay que resguardarlo de alguna manera”. 

 

 

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