• Potenciar la industria del pisco de cara a los mercados extranjeros es lo que busca la estrategia de trabajo conjunto entre las regiones de Coquimbo y Atacama que se impulsa desde Corfo.
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LAUTARO CARMONA
La acción se da en el marco del Programa Territorial Integrado para la Industria Pisquera, en donde se busca que las regiones de Coquimbo y Atacama avancen hacia un trabajo compartido para promocionar la bebida nacional en el extranjero.

En octubre pasado la industria pisquera tuvo una buena noticia: sus exportaciones marcaron un punto de inflexión respecto a igual mes del año 2019, superando en 55 veces lo exportado en aquella oportunidad. De 7.253 dólares, los envíos del sector al extranjero aumentaron a casi 400 mil (US$399.967).

Estos números, dados a conocer por la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales, Subrei, organismo dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores, implican un cierto respiro para el rubro el cual, al igual que el resto de sectores productivos de la región y el país, ha debido hacer frente a las consecuencias negativas de la pandemia.

A manera de ejemplo, es lo que ha debido afrontar la Pisquera Horcón, ubicada en la comuna de Paihuano, y que lleva apenas, algo más de un año operando, ocupando las instalaciones en donde se elaboraba el antiguo Pisco Tres Cruces.

Su jefe de planta, Juan Pablo Diocares, explica que debido al derrumbe de la economía producto de la pandemia, “nos ha tocado un año bastante difícil para partir y no pudimos comenzar el proyecto como debería haber empezado”, señala, al referirse al tema turístico al que estaba ligado también el emprendimiento.

No obstante dice, “tuvimos que buscar otra manera de seguir. Por ejemplo, con la venta a otros productores, al menos nos ha ayudado. También la venta online a través de nuestra página web ha sido importante. Hemos creado las instancias para seguir adelante a pesar de la pandemia”, afirma.

Mejor juntos

A nivel de políticas públicas en tanto, también se está avanzando en impulsar la industria del pisco, por ejemplo, apostando por un trabajo interregional que une a las dos zonas productoras de pisco del país: Coquimbo y Atacama.

Es en ese sentido que una delegación de la Región de Coquimbo, encabezada por el director regional de Corfo, Gregorio Rodríguez y su equipo técnico, junto el equipo del Programa Territorial Integrado para la Industria Pisquera (PTI) se trasladó hacia la región vecina del norte, -concretamente hacia Vallenar-, donde junto a la directora regional de Corfo Atacama, Silvia Zuleta, se dirigieron hacia los valles interiores a conocer diversos emprendimientos pisqueros apoyados por la institución.

Esta visita técnica permitió conocer la situación actual de la industria en esa zona, evaluar el estado de avance de programas que se han ejecutado en el marco del apoyo a la industria pisquera, analizar las brechas que afectan a los productores pisqueros -especialmente en el ámbito de la producción, comercialización y marketing digital-, y por supuesto conocer los efectos de la pandemia por Covid-19 en los pisqueros.

Proteger la marca

Respecto a la importancia de estas visitas, el gerente del PTI, Rodrigo Flores explicó que, “debemos generar y afianzar los lazos y compromisos de las empresas con la ejecución del PTI, pero además debemos comenzar a ver el territorio de Atacama y Coquimbo como uno sólo, unidos por la Denominación de Origen Pisco, la más antigua de América Latina, vigente desde 1931”.

“Estas acciones”, aseguró, “van justo en esa línea y nos permiten nivelar el trabajo en conjunto que se realiza en ambos territorios, ya que debido a su situación geográfica muchas veces los productores de Atacama se ven afectados por factores como la conectividad. Esta visita es una oportunidad para generar retroalimentación y apoyo para el desarrollo mutuo”, sostuvo.

En tanto, para el director regional de Corfo Coquimbo, Gregorio Rodríguez la ejecución de este programa y el recorrido por Atacama es importante porque “existen muchas potencialidades pero también brechas de desarrollo del producto mismo, como en los canales de comercialización y de la oferta turística asociada al programa. Por lo mismo, debemos seguir profundizando las capacitaciones y las transferencias de tecnologías para que los pequeños productores puedan alcanzar niveles de eficiencia en la producción, pero que también accedan a los canales de distribución que les permitan llegar con sus productos a los destinos dentro del país y también a la exportación”, explicó.

Optimismo pese a todo

Entretanto, volviendo a la región, si bien la pandemia marca un grado no menor de incertidumbre respecto a la evolución de la industria, en el caso de la joven Pisquera Horcón, el panorama es visto como auspicioso.

“Quizás teníamos otras expectativas, pero tenemos pese a todo, una mirada optimista”, señala Juan Pablo Diocares, pues explica, “con la fase 4 se abrió la comuna, y varias pisqueras ya se están abriendo al turismo. Entonces a nosotros también nos gustaría prepararnos para operar en lo que es la actividad turística”.

“Si bien ha sido un año bastante difícil para partir, lo bueno es que ha traído algunos frutos positivos también, pues nos ha permitido reinventarnos en el sentido de que hemos buscado otras nuevas formas de producir y nuevas formas para seguir trabajando”, valoró.

 

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