Diversas son las dificultades que ha vivido la actividad caprina en la Región de Coquimbo, producto de la escasez hídrica.
El último inconveniente fue la suspensión de las veranadas en Argentina, lo que dejó a centenares de crianceros de la región sin – quizás- la última alternativa real para poder acceder a zonas con relativas fuentes de agua y alimento para sus animales, como son los Altos Valles de Calingasta.
Influida por el cierre de fronteras a raíz de la pandemia, esta situación generó profunda preocupación entre los pequeños ganaderos quienes ante la falta de alternativas han debido recurrir a otras fuentes de agua y alimento, aun cuando éstas no fueran suficientes para mantener a sus animales.
Héctor Báez, presidente de la Asociación de Crianceros de la provincia del Choapa, explica que en dicha provincia, existen “alrededor de 100 ganados que se quedaron acá, y la verdad es que algunos de ellos, pudieron encontrar ciertos lugares en la cordillera chilena, pero muy malos. De hecho algunos fueron a la cordillera y debieron devolverse porque aparte de no haber pasto, no había agua. La escasez está en todos lados”.
Lo mismo asegura David Arancibia, presidente de Asociación de Crianceros de Monte Patria, quien calificó la actual situación del rubro como “complicada”, pues “están todos tratando de bajar hacia una alternativa forrajera, porque la mayoría de los esteros y vertientes de la alta cordillera están secos. No hay agua ni siquiera para las cabras”, comenta.
Arancibia explica por ejemplo, que por estos días “la gente está sacando agua con mangueras para acumular y poder darle a sus animales, y esperando un poco la invernada para poder pasar al valle”.
Recursos de emergencia
Dado este contexto, y la delicada situación en que se encuentran los crianceros que no pudieron ir a Argentina, este jueves el director nacional de Indap, Carlos Recondo se reunió con el intendente Pablo Herman, para anunciar la pronta entrega de recursos para ir en ayuda de estos ganaderos.
Se trata de un total de 308 productores caprinos, usuarios del Indap, que serán beneficiados con un bono por cabeza de 380 mil pesos destinada a la compra de alimentación y agua, inversión que implica el desembolso de 117 millones de pesos, recursos provenientes del propio Indap y del gobierno regional.
“La sequía, producto del cambio climático, es una situación que se va a mantener de forma permanente, generando escasez de forraje en los cerros de precordillera que es donde están los crianceros mayoritariamente, ante lo cual tienen que concurrir a las verandas en Argentina, pero que en esta oportunidad, a raíz de su suspensión, les generó una crisis para obtener alimentación”, explicó el director nacional de Indap, Carlos Recondo.
En ese sentido explicó, luego de que se planteara el problema a nivel central, “hemos ido a atender, una vez más, a la agricultura familiar campesina”.
Respecto a aquellos crianceros que no forman parte aún de Indap, el intendente Pablo Herman, junto con valorar el aporte de este organismo, destacó que “a la vez, el gobierno regional, a partir de su 5% de emergencia, y con el apoyo del Consejo Regional, se va a aportar con un monto por sobre los 100 millones de pesos en bonos para aquellos usuarios que no son de Indap”.
Nuevo modelo de explotación
En tanto, una de las fórmulas que el Estado está implementando en la región como una forma de abordar la problemática que enfrenta hoy la actividad criancera producto de la sequía, corresponde al denominado Plan de Fortalecimiento Caprino Lechero, o “Plan Caprino”.
Y es que dicho programa busca generar nuevos sistemas de manejo y producción para este golpeado sector económico, que es considerado además, una actividad tradicional de la región.
“Este es un programa que ha puesto el énfasis en algo que está muy compartido, que es que el sistema de producción de los crianceros, con animales de pastoreo directo en los cerros de la precordillera y en sectores de secano, es un sistema que no es sustentable a propósito de la situación de cambio climático y por la larga sequía que ha afectado a la región de Coquimbo”, explicó el director nacional de Indap, Carlos Recondo.
Ante la pérdida de la pradera natural, la autoridad señala que el plan apuesta por generar un sistema de producción más intensivo, “pudiendo avanzar a animales más confinados en corrales, o estabulados definitivamente, y que podamos proporcionarles alimentación propicia, adecuada, y que avancemos en un mejoramiento genético de la masa ganadera, de manera que las cabras sean más productivas, y generen mayor cantidad de leche para fabricar así, mas quesos, que es el producto final que los crianceros venden”.
Para David Arancibia, presidente de Asociación de Crianceros de Monte Patria, con este plan se busca además capacitar a la gente para mantener viva la actividad. “Queremos que el criancero que no se quiera estabular, sepa cómo implementar un sistema productivo en el cual, durante los años malos o en los inviernos por ejemplo, puedan tener alimento para sus animales. Queremos que aprenda a administrar sus recursos y pueda prever este tipo de situaciones”, dice.
Arancibia valora este aporte y a nivel de dirigentes del gremio se encuentran a su juicio, mejor organizados, “en donde todos hablamos el mismo idioma para que se pueda implementar este plan caprino y tenga realmente impacto”.
Cabe recordar que el Plan de Fortalecimiento Caprino Lechero, cuenta con un presupuesto de 8 mil millones de pesos a cuatro años plazo, el cual, se está aplicando en todas las comunas de la Región de Coquimbo.