Comercio vuelve a sentir el golpe de la cuarentena: ventas caen en picada

Hasta antes de octubre de 2019, en el céntrico restaurant Coffee La Serena, ubicado en la esquina de Prat con Balmaceda, trabajaban hasta 32 personas.

Hasta este miércoles pasado, eran 8 los que laboraban allí. Y desde la mañana de este jueves, una vez que comenzó a regir la cuarentena en La Serena y Coquimbo –además de en Vicuña y Salamanca – tan sólo son 2 los trabajadores que siguen cumpliendo sus obligaciones allí. El resto ha debido acogerse a la extensión de la Ley de Protección al Empleo.  

Este es sólo un pequeño ejemplo de las graves consecuencias que el estallido social primero, y la pandemia después, ha provocado en desmedro del comercio del centro de La Serena y de otras ciudades, comercio formado en su mayoría por pequeñas y micro empresas. 

Ahora, con esta nueva cuarentena decretada por la autoridad sanitaria y vigente desde este jueves, el rubro vuelve a sufrir un nuevo golpe que ahonda aún más su delicada situación. 

“Nuestro rubro es el gastronómico, y nos bajaron las ventas en un 90%. Eso significa para nosotros mandar a 6, 7 o hasta 10 trabajadores con la suspensiones de los contratos lo que va  en desmedro de ellos, porque muchos de ellos son garzones, que se hacen casi 50 mil pesos diarios en propina y esta famosa suspensión de contrato, son 230 mil pesos. Al final, el impacto es totalmente negativo”, señala Rodrigo Castillo, dueño de este local.

En una situación parecida, se encuentran otros locales que, pese a las restricciones, han decidido seguir ateniendo público. 

Así, Carlos Suárez, de Electronic Center, local que lleva un poco más de un mes de funcionamiento, señala que “la cuarentena nos ha afectado mucho el tema de las ventas, sobre todo para nosotros que estamos empezando como negocio”. 

Y si bien este pequeño empresario reconoce que desde el punto de vista sanitario “es bueno, porque obviamente es primordial cuidar la salud”, en cuanto a lo que son las cifras “claramente vamos a tener números muy rojos”, aseguró.

ADAPTACIÓN 

Ante el negativo panorama que se proyecta para, al menos, las próximas semanas en el plano económico, hay locales que han debido adaptarse a la nueva situación, y para ello, el delivery o envío a domicilio, ha sido una de las opciones tomadas, al menos para aquellos locales que pueden hacerlo. 

Un ejemplo de ello, es el local Isla Negra, que vende productos de oficina y electrónica, cuyo dueño Osvaldo Ampuero, explica que con esta cuarentena, se ha implementado un servicio de delivery con los clientes. “Ahora nos estamos enfocando en eso”, dice. “Pero igual todo ha sido más lento”, agrega. 

Ampuero señala que la idea de optar por el envío a domicilio “es para que nuestros clientes no se muevan de sus casas en este momento y eviten los contagios. Somos un rubro que es de primera necesidad por todo el tema del teletrabajo y de los chicos que están estudiando desde la casa producto de esta cuarentena. Nuestro servicio tiene un valor de 2 mil pesos para La Serena, y de 3 mil para Coquimbo”.

ALGUNAS CONSIDERACIONES

Si bien ya hay no hay vuelta atrás respecto a la cuarentena al menos para los próximos días, de todas maneras los comerciantes comparten algunas miradas críticas respecto a modalidades como las cuarentenas y la afectación que al final tiene sobre la actividad económica. 

Carlos Suárez, de Electronic Center, por ejemplo, es partidario de establecer medidas alternativas que permitan generar “un equilibrio entre no cerrar todos los locales por ejemplo, pero si tener un control sobre el flujo de gente”, de manera dice, de evitar las grandes aglomeraciones de personas en las calles. 

Por el contrario, para Rodrigo Castillo, de Coffee La Serena, la gestión de las autoridades también es responsable en esta situación de desmedro que ha vivido el centro, incluso más allá de la cuarentena en sí. 

“A nosotros nos sobrefiscaliza la seremi, cosa que me parece muy bien, porque tenemos que cumplir con ciertos estándares. Pero, ¿por qué no fiscalizan así a los que andan en (calle) Cordovez, como los ambulantes? Nosotros pagamos patentes que además son carísimas y las personas que se dedican a la venta informal pueden hacer y deshacer, y la gente que está a cargo de controlar eso, como el municipio, brilla por su ausencia”, se lamenta.