• Bárbara Silva Ganó el premio a la mujer joven innovadora en el Foro Económico de Asia- Pacífico en 2013 y fue la primera mujer latinoamericana invitada a asistir a la Cumbre del G8 en 2013 en Londres.
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CEDIDA
Asesora en innovación y transformación digital y catalizadora de ecosistemas de innovación, esta emprendedora apuesta por una acción colaborativa para adaptarse a la nueva realidad que la economía moderna impone a las empresas, transformando la actual coyuntura marcada por el coronavirus, en una oportunidad. En dichas estrategias señala, la mujer debe cumplir un rol fundamental.

Emprendedora, asesora en innovación y transformación digital, catalizadora de ecosistemas de innovación, asesora de líderes empresariales, corporaciones y gobiernos en su estrategia de innovación y más. Es tan tanto lo que ha hecho Bárbara Silva, psicóloga organizacional y directora ejecutiva de Singularity University Chile, que es complicado resumirlo en pocos párrafos.

Podemos decir que fue una psicóloga que quiso estudiar un magister en innovación cuando eso sólo estaba – al menos en Chile – reservado para los ingenieros. Y es que siempre quiso superar los tradicionales roles de nuestra sociedad,  y más ganas tuvo, cuando realizó un viaje a Dinamarca para ver en terreno el funcionamiento de esas sociedades avanzadas.

Al regreso se matriculó en el magister de innovación de la Universidad Adolfo Ibáñez, fue la primera mujer chilena en cursar un programa en Singularity University, en pleno Silicon Valley – el corazón de la innovación mundial – y hoy es la directora de ese centro para Chile y América Latina.

“Soy una persona que tiene el deseo genuino de provocar impactos positivos en la sociedad chilena y desde Chile hacia el mundo”, señala.

Innovación en medio del COVID-19

Pero ¿cómo ser agente de cambios en medio de una coyuntura que se torna como negativa para buena parte de la población?

Bárbara explica que cuando decidió tomar el camino que la llevaría a su actual presente profesional, dicho proceso le implicó “repensarse a uno mismo y definir desde donde quería poner yo las fichas para mi futuro”. Pues bien, eso es parte del proceso de transformación digital, en donde hay que crear las oportunidades para que las cosas sucedan y avanzar.

“El principal desafío hoy es como nosotros enfrentamos esta situación y cómo, de alguna u otra manera, este contexto que sentimos que nos aplasta, sea todo lo contrario. Que lo tomemos como una oportunidad para repensarnos, reinventarnos, y desarrollar a lo mejor, trabajos, negocios, acciones que jamás se nos hubiésemos ocurrido antes”, señala.

En ese sentido, agrega que, el hecho de que se haya implementado un distanciamiento social por la crisis sanitaria, “no significa que uno no esté conectado con los personas o no se pueda relacionar. Creo que hoy día es mucho más poderoso empezar a generar conversaciones desde la colaboración con la sociedad civil, más que empezar a apuntar con el dedo desde una mirada de lo que no está funcionando o lo que se ha hecho mal, o desde situaciones particulares”, comenta.

Desde ese punto de vista, y aplicado al mundo de la empresa, la capacidad de adaptación debe ser la base para innovar, pues de lo contrario el modelo de negocio o el mismo negocio inclusive, puede quedar obsoleto o lisa y llanamente, desaparecer.

Digitalización y mujeres

En medio de su pasión por innovar, uno de los focos de trabajo de esta emprendedora es democratizar el acceso de las mujeres a las herramientas de innovación de cara a la revolución digital que vive el mundo y la empresa en general.

“Hay que comenzar a empoderar a las mujeres en las herramientas digitales porque ese es el futuro, ya que implica utilizar esas tecnologías para generar nuevos modelos de negocios (…) No podemos quedarnos afuera de la revolución digital. Las mujeres debemos ser las arquitectas de la revolución digital y estar liderando el futuro y el presente, para así, generar empleo, para ayudar a que las empresas sean mucho más equitativas, de manera de ir avanzando en una sociedad mucho más equitativa y democrática, más virtuosa”.

A nivel más general, para Bárbara Silva el principal desafío para avanzar en la digitalización es “trabajar como sociedad en un cambio de mentalidad y empezar a impulsar el autoaprendizaje en las personas”.

Y si bien reconoce, es difícil cambiar los sistemas, se debe tener en cuenta que “ese es justamente, el gran desafío de la innovación, porque cuando uno realmente quiere cambiar algo, tiene que tener una alta tolerancia a la frustración. Esto es para aquellos que estén dispuestos a levantarse 10.000 veces frente a un ‘No’”, asegura.

 

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