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Lautaro Carmona
De este modo, estas desalinizadoras se presentan como una de las más importantes herramientas debido a que entregan un suministro de agua potable seguro y eficiente. Aunque algunos expertos afirman que estas deben ser solo parte de las soluciones

“Hoy vamos a dar cuenta de las medidas que hemos ido adoptando como ministerio y como gobierno en el marco de la sequía que hemos experimentado los últimos 13 años, una sequía muy profunda que nos afecta en la zona centro de nuestro país y producto de la información y antecedentes que hemos recibido, vamos a declarar emergencia agrícola por déficit hídrico en Coquimbo, Valparaíso, O’Higgins y Maule”, con estas palabras, la ministra de Agricultura, María Emilia Undurraga, comunicó la decisión del gobierno acerca de la escasez de agua que enfrentan cuatro regiones del país.

A esta medida la acompaña el Plan Sequía. Programa que inyectará recursos por aproximadamente ocho mil millones de pesos y que está dividido en cuatro ejes: uso eficiente del recurso en las ciudades, promoción de la tecnificación de riego para la producción de alimentos, disponibilidad para abastecimiento del consumo humano y el impulso a la desalación.

En momentos en que la falta del recurso afecta a Chile y especialmente a la zona, diversas son las iniciativas públicas y privadas que se están implementando para hacer más eficiente su uso. De este modo, las plantas desaladoras se presentan como una de las más importantes debido a que entregan un suministro de agua potable seguro y eficiente.

Al respecto, el delegado presidencial Pablo Herman indicó que “nuestra región está atravesando por una de las sequías más crudas. Y este plan responde a una realidad hídrica en la que debemos hacer diversos esfuerzos para garantizar el agua para el riego y el consumo humano. En nuestra región, agricultura y obras públicas serán cruciales para ejecutar las acciones planteadas en el plan. De esta forma, vamos a promover nuevas obras de acumulación y con eso aumentar la disponibilidad de agua y además, pondremos énfasis y celeridad en la construcción de plantas desaladoras”.

Agregó el delegado presidencial que en cuanto a las desaladoras, son cuatro los proyectos que están avanzando. “El primero es el de INCO de Minera Los Pelambres, por otra parte, están las que está manejando Concesiones del MOP en las tres provincias, el próximo año ya van a estar claros los recursos para pasar al proceso de factibilidad de la planta de Limarí, lo que permitirá manejar los costos. Además, la Superintendencia de Servicios Sanitarios le pidió a Aguas del Valle que haga una desaladora de aquí al 2025, para que pueda entregar agua y apoyar la entrega del recurso en la conurbación y en Ovalle”, indicó la autoridad regional.

 

Proyecto inco

En esta línea, Minera Los Pelambres (MLP) se encuentra en construcción de su Proyecto de Infraestructura Complementaria (INCO), el que dentro de sus obras centrales considera la construcción de una planta desalinizadora de osmosis inversa, obras marinas de captación de agua de mar y descarga de salmuera, así como un sistema de impulsión y conducción del suministro entre las instalaciones industriales de MLP en Punta Chungo y la estación de recirculación, existente y operando en el área de El Mauro.

En detalle, la iniciativa que a la fecha presenta un 60% de avance y entrará en operación durante el segundo semestre de 2022, tendrá una capacidad inicial de 400 litros por segundo de agua de calidad industrial, junto con sus obras marinas de captación de agua de mar y descarga de salmuera. Al igual que las numerosas plantas que utilizan tecnología de osmosis inversa en todo el mundo, la salmuera, que es solo agua con mayor concentración de sal, será devuelta al mar por medio de una tubería submarina con un sistema especial de difusión, el que tendrá una longitud de poco más de un kilómetro desde la costa. Para facilitar la dilución de la salmuera, en sus últimos metros contará con tubos difusores que permitirán su evacuación sin afectar el medio marino, ya que su calidad cumplirá con todas las regulaciones exigidas por la autoridad de salud. Para su aprobación también se realizó un estudio del comportamiento de las corrientes, marea y vida marina, además, de las áreas de manejo, entre otros factores, para identificar su ubicación más idónea en la Bahía Conchalí y de esta forma proteger el medio marino.

Cabe destacar que en el primer semestre del año 2020, ingresó al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) el Proyecto de Adaptación Operacional, el que, entre otras obras, considera la ampliación de la planta desalinizadora que actualmente se encuentra en construcción y que permitirá que la compañía opere hacia 2025 principalmente con agua de mar y recirculada.

El gerente general de Minera Los Pelambres, Mauricio Larraín, señaló que “esperamos poner en funcionamiento el segundo semestre de 2022, la planta desalinizadora que estamos construyendo en Los Vilos y que será la primera de la zona centro norte. Esto nos permitirá incorporar el uso de agua desalada en nuestras operaciones. Además, a principios de este año ingresamos a tramitación ambiental el Proyecto de Adaptación Operacional, el que, entre otras obras, considera duplicar la capacidad de la planta desalinizadora a 800 l/s para que Los Pelambres opere hacia 2025, principalmente, con agua de mar y recirculada”.

 

Apoyo agua de consumo

Desde la empresa Aguas del Valle indican que debido a la megasequía que afecta a la región, están avanzando en un proyecto de desalación, que les permita respaldar el consumo humano de agua potable para las comunas de La Serena y Coquimbo en una primera etapa y, luego, de ser requerido, para otras localidades de la región.

Al respecto, Andres Nazer, gerente regional de Aguas del Valle, afirmó que “Ya terminamos con el proceso de planificación y análisis preliminares y ahora estamos desarrollando estudios ambientales, sociales y de ingeniería para robustecer el proyecto y tener todos los antecedentes necesarios para la tramitación el estudio de impacto ambiental que garantice la sostenibilidad del proyecto y la participación ciudadana, cumpliendo con la normativa vigente”, afirmó el ejecutivo de la empresa sanitaria.

La planta estará diseñada para consumo humano y está proyectada para usarse sólo durante los periodos en que las fuentes naturales no sean capaces de sostener la demanda de agua potable. En su primera fase producirá entre 200 y 600 litros por segundo, para llegar en un futuro a 1.200 litros por segundo.

Agregó Nazer que “Esperamos ingresar a evaluación ambiental en 2022 y el inicio de la construcción de la desaladora estará sujeto a la evaluación de la condición hídrica en un plazo de 2 a 3 años de construcción”.

 

La desalinizadora es solo parte de las soluciones

Consultada por esta política en general, la líder de Estrategias Hídricas de Fundación Chile, Claudia Galleguillos, aseveró que “la desaladora es parte de las soluciones pero no siempre es necesaria, va a depender del territorio, el dónde pero también el para qué (…) todo lo que es una gran obra tiene un impacto en el medio ambiente, lo importante es saber cómo mitigarlos y allí es donde nace una falencia que tenemos: no hay instrumentos para el ordenamiento territorial con una visión de desarrollo sostenible”.

Asimismo, aseveró que una de las grandes preguntas que debiese hacerse el país, es si los ciudadanos deben pagar por el agua más cara, proveniente de una desalinizadora o son quienes usan una gran cantidad del recurso hídrico con fines productivos.

 

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