Hace unos días atrás, los consejeros regionales, Alberto Gallardo y Marcelo Castagneto, se mostraban preocupados por la decisión adoptada por el gobierno de quitarle prioridad al proyecto del Túnel Agua Negra, pese a que forma parte de una iniciativa mayor como es el Corredor Bioceánico Central.
“Esta es la oportunidad de demostrar que somos una región que abraza la descentralización, porque vamos a tomar nuestras propias decisiones y cuando llegue el nuevo Gobernador, nosotros ya habremos tomado decisiones descentralizadas. Si a Santiago no le gusta, a nosotros ya no nos va a importar, porque la región tiene un norte y ese norte hay que respetarlo”, advirtió en su oportunidad, el consejero Alberto Gallardo, presidente de la Comisión de Relaciones Internacionales y Jurídica.
Pues bien, junto con la decisión del Consejo Regional de seguir adelante con el proyecto, éste podría tener un nuevo reimpulso, esta vez proveniente del otro lado de la cordillera.
En efecto, según publican algunos medios argentinos, el gobernador de la Provincia de San Juan se reunió este jueves con el presidente del país vecino, Alberto Fernández, conversación en la que, además de otros temas, abordaron la situación del túnel.
Así lo informa en una nota, Canal 13 San Juan TV, en donde se señala que el gobernador sanjuanino habría solicitado “reanudar las gestiones por el Túnel binacional Agua Negra”, ante lo cual, el mandatario trasandino se habría comprometido a reiniciar las conversaciones con el Presidente Sebastián Piñera por este tema.
Sin apoyo
A este lado de la cordillera en tanto, cabe recordar que hace unos días atrás, el Consejo Regional aprobó de manera unánime un voto político para reposicionar esta megaobra binacional, la cual hoy sin embargo, carece de apoyo político a nivel central, a lo que suman otros antecedentes en su contra.
En abril del año pasado, se informó que el Ministerio de Obras Públicas contaba con un informe que planteaba que existían dudas técnicas respecto a materias de geología e hidrogeología en el lugar de emplazamiento del túnel, lo que obligaba a “ajustar” los plazos y presupuestos del proyecto.
Con el paso de los meses siguió creciendo la incertidumbre en torno al proyecto, pese a haber avanzado en su proceso previo a la licitación y a contar también con el apoyo financiero del BID.
Por último, se sumaron las palabras del entonces ministro de Obras Públicas, Juan Andrés Fontaine, en relación a que el proyecto debe ser sometido a nuevos estudios y que su costo sería hasta 3 o 4 veces mayor que el presupuestado (1.400 millones de dólares).