• El subdirector nacional del SENCE, Ricardo Ruiz de Viñaspre, comentó las principales estrategias que contempla implementar el servicio durante 2020.
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CHRISTIAN ARMAZA
Capacitar para generar “un impacto” en la industria y el empleo, es la línea que hoy mueve a este organismo dependiente del Ministerio del Trabajo, cuyos principales beneficiarios son hoy día, aquellos adultos mayores que buscan seguir insertos en el mundo laboral y especialmente, las mujeres, y los jóvenes que ni estudian ni trabajan, los llamados “NINIs”.

Hacia fines del gobierno de la Presidente Michelle Bachelet, el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo, SENCE, estuvo en el ojo del huracán, luego de que se cuestionara si realmente sus planes e instrumentos habían generado mejoras reales en las capacidades y habilidades de los trabajadores que habían pasado por sus cursos de capacitación.

Incluso, basta recordar que en la última campaña presidencial el entonces candidato por Chile Vamos, Sebastián Piñera, puso en entredicho la actuación del organismo, afirmando que algunos de sus programas podían ser reformulados e incluso cerrados, reasignando sus recursos. Estas críticas generaron en su oportunidad duras respuestas de las autoridades gubernamentales de entonces.

Ya en el poder, la administración de Sebastián Piñera, procedió a reestructurar e incluso eliminar algunos programas que a juicio del ejecutivo, estaban mal evaluados o su impacto había sido nulo para lo lograr los dos puntos centrales de cualquier sistema de capacitación: elevar la productividad laboral e impulsar la movilidad social del trabajador.

A nivel regional, el SENCE dispuso durante 2019, una oferta de 31.609 cupos – 3.250 en programas de capacitación y 28.359 para programas de empleo - , habiendo sido hasta ahora 14.760 los trabajadores que han sido beneficiados por el instrumento de Franquicia Tributaria SENCE, beneficio que les permite a las empresas descontar de sus impuestos hasta el 1% de su planilla anual de remuneraciones.

En conversación con El Día, Ricardo Ruiz de Viñaspre, subdirector nacional del SENCE, explica cuáles son los desafíos de aquí en adelante que se le presentan a este organismo, más en un contexto de crisis social como la que estamos viviendo como país, además de aquellos retos que ya eran urgentes como el abordar el alto desempleo juvenil.

 

-¿Cuáles son las estrategias de que dispone SENCE para desplegar durante este año?

“El SENCE tiene múltiples instrumentos, por ejemplo, subsidios al empleo, capacitación, certificación de competencias. Además, trabaja mucho con las municipales a través de las OMIL que hacen intermediación laboral. También está la franquicia tributaria que son las capacitaciones que hacen las empresas descontando impuestos de la plata invertida.

Ahora, hoy, para la región de Coquimbo tenemos distintas capacitaciones, así como nuestros programas, como el de Aprendices, que también es de formación, pero no en una aula de clases, sino que al interior de la empresas, en el ‘aprender haciendo’.

Entonces toda ese sinfín de ofertas es lo que SENCE tiene disponible no solo para la región de Coquimbo, sino que para todo el país”.

-¿Cuáles son los programas más demandados en la región de Coquimbo?

“El norte del país se caracteriza por ocupar más el programa de Aprendices, por la presencia de las mineras. La minería tiene muy buenos programas de aprendices donde los jóvenes van pasando por distintos cargos al interior de la empresa, y después que sus competencias relacionadas con el cargo mejoran, permanecen ahí”.

-¿Cómo ha sido la respuesta de las empresas para acogerse a los programas del SENCE?

La nueva administración del SENCE ha puesto el foco en ciertos lineamientos estratégicos. Uno de ellos, obviamente ha sido la capacitación para gente con discapacidad, pues hoy día las empresas tienen que cumplir con una cuota de personas con discapacidad (Ley 21.015), por lo tanto el SENCE ha llevado capacitaciones en esa línea.

Hay abiertos una importante cantidad de cursos para personas con discapacidad, e invitamos a las empresas a qué revisen la información del SENCE para poder contratar después a esas personas

Por otra parte, también hemos desarrollado un nuevo programa que le hemos denominado Experiencia Mayor, que se trata de un subsidio a la contratación para personas mayores de 60 años.

Pero también esas contrataciones pueden incluir -si el empleador así lo considera- capacitación para los adultos mayores. Ahí tienen un bono de 400 mil pesos si es que la empresa desea llevar capacitación para esos adultos mayores. Por lo tanto, tenemos el doble instrumento de capacitación pero también con un subsidio a la contratación”.

-¿Qué características tiene la contratación de personas mayores? ¿Pueden trabajar aun cuando estén pensionados?

“Nosotros al ser un organismo dependiente del Ministerio del Trabajo, no podemos permitir que las empresas contraten a las personas en la informalidad. Porque el contrato de trabajo le da a la persona, derecho a la salud, derecho a pensiones, o al seguro de cesantía.

Ahora, en el caso del adulto mayor y las pensiones es distinto, porque si es que esta pensionado puede optar a que no se le cotice. Esa es una norma del código del trabajo, pero siempre nosotros estamos preocupados que las personas tengan seguridad social. Por lo tanto, nuestros programas van direccionados en esa línea.

Además, hace dos años atrás, los programas del SENCE no estaban preparados para los adultos mayores. Había una restricción: las personas que podían participar de los programas debían tener como máximo la edad de jubilación. Esa limitación creemos que es absurda, y por eso, ya se eliminó hace un tiempo atrás para que las personas indistintamente de su edad, pudieran participar de los distintos instrumentos del servicio”.

Los NINIs

En agosto pasado, un informe del Observatorio Laboral Regional, OLR, instancia perteneciente a la red de Observatorios Laborales desarrollada justamente por el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo, SENCE, y que es ejecutado por la Escuela de Ciencias Empresariales y el Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Católica del Norte, mostraba interesantes datos sobre el comportamiento laboral en la región de Coquimbo.

Según el análisis realizado por este organismo, en los últimos 9 años se ha observado un incremento sostenido del porcentaje de participación de adultos mayores en el mundo laboral, donde se observa que un 20% del total de trabajadores ocupados son mayores de 60 años.

Contrariamente, los jóvenes han disminuido su participación de forma paulatina con el paso de los años. Es así como en 2010 un 20% del total de trabajadores correspondía a menores de 29 años, pero hoy esta cifra corresponde a un 17%.

Y como dato relevante, dentro del grupo de jóvenes que no forman parte del mundo laboral, se encuentran los llamados NINIs, jóvenes que por distintos motivos, no estudian ni trabajan, los cuales, en la Región de Coquimbo, alcanzan los 17.516 jóvenes.

-¿Cómo está abordando SENCE el tema del desempleo juvenil, el cual es mayor respecto al desempleo nacional promedio, y sobre todo, el fenómeno de los llamados NINIs?

“En países con mayor nivel de desarrollo y en donde la educación está muy relacionada al empleo, como en Alemania, la tasa de desempleo juvenil es muy similar a la tasa de desempleo del país. En países como Chile en cambio, no pasa eso.

En nuestro país la tasa de desempleo juvenil, si la definimos hasta los 29 años, más o menos triplica la tasa de desempleo del resto de la nación. Y eso es un problema grave.

Para eso, el Estado ha desarrollado algunos instrumentos que ayudan a paliar eso, como por ejemplo, el subsidio del Empleo Joven. Este subsidio se trata de un bono tanto para la empresa como para el joven que contrató la empresa, de manera de motivar a los jóvenes que ingreses al mercado laboral, pero también que sea un empleo formal, es decir, que cuenten con contrato de trabajo.

Con esto, la idea es darle un impulso a las empresas a que contratan jóvenes, ya sea hombres o mujeres, para poder disminuir un poquito el desempleo juvenil que tenemos hoy en día.

Ahora, hemos visto las cifras de desempleo del INE y vemos que la región de Coquimbo tiene una tasa menor al promedio nacional, lo cual es claramente una buena noticia, si se compara al resto del país. Pero nunca hay que estar tranquilos en esto, porque el desempleo no sabemos cuándo puede subir, y el Estado tiene que tener los instrumentos sobre la mesa para ayudar a los personas que no están teniendo empleo a lograr uno en el corto plazo”.

Acciones que impacten

-¿Cuál es la filosofía que mueve a SENCE tras el último cambio de gobierno?

“Acá no hay varita mágica. SENCE obviamente está muy relacionado con el mercado laboral. Tenemos que hacer capacitaciones con impacto, que tengan un correlato con la industria. No podemos estar capacitando por capacitar, sino que tenemos que capacitar para el empleo.

En ese sentido la ministra del trabajo lo ha dicho muy bien. Acá no hay que meternos en ideas que puedan sonar muy bien en la retórica, pero que la final tengan una consecuencia muy grave en lo que puede ser los indicadores de empleo”.

-A su juicio, ¿eso es lo que pasaba durante el gobierno anterior? Porque en su momento desde la entonces oposición se les acusaba de capacitar por capacitar.

“Desconozco un poco las líneas que tenía el gobierno anterior, no quiero referirme mucho a ello. Lo que sí quiero decir es que hubo una evaluación de ciertos programas que se llevaron a cabo en la administración anterior y que no fueron del todo positivos.

En base a eso, la decisión técnica fue eliminarlos, porque no podemos invertir los recursos públicos en cosas que no tienen impacto.

Por ende, el Estado tiene que constantemente evaluar los programas que desarrolla, y el SENCE es parte del Estado, y por tanto tiene que, constantemente, revisar los programas, cómo están impactando en la ciudadanía y si están teniendo resultados en el mercado laboral.

De ser así, que permanezcan esos programas, de no ser así, esos programas deben ser reformuladas o eliminados. El objetivo fundamental acá, es invertir de buena forma los impuestos de todos los chilenos para darle solución a las personas más vulnerables de nuestro país”

-¿Y cómo se desarrolla ese proceso de evaluación?

“Se van evaluando esos programas año a año. También hoy el SENCE está en una política de poder ir mejorando esos indicadores e ir incorporando nuevos indicadores. El mercado laboral es algo muy dinámico, por lo tanto, es importante estar midiendo día a día que está pasando con nuestros programas de empleo”.

-¿Se debiera reformular este servicio dado el contexto que se vive en el país producto de la crisis social?

“Entendemos que no por el estallido social propiamente tal, es que el SENCE tiene que ser repensado, eso es un gran error. Acá no podemos caer en errores relacionados con la demagogia, en relación a que, producto del estallido social, todo tiene que ser repensado. Yo creo que eso es un error.

El SENCE tiene una historia, viene trabajando con programas hace bastante tiempo, programas que han sido pensados y analizados por distintos gobiernos, y de eso hay que aprender, manteniendo lo bueno e ir mejorando lo que está mal.

Pero definitivamente los programas que posee el SENCE, que son muchos, han estado y tienen que estar relacionados con el sector productivo, con la empresa, con lo que está demandando el sector privado. Lo clave acá, es funcionar en relación con la industria, y si no lo estamos, tenemos que acercarnos a ella”.

 

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