Por segunda vez en menos de un mes, el presidente nacional de la Cámara Chilena de la Construcción, Patricio Donoso, estuvo de visita en la región.
La primera vez fue para participar en la ceremonia oficial de la cesión del terreno de la Cordep en La Serena al municipio, lugar en donde se construirá el futuro hospital de la ciudad.
Posteriormente, esta semana recién pasada, el líder nacional del gremio inmobiliario volvió a la región, para participar del seminario “La Serena-Coquimbo: la ciudad que queremos”, instancia que tenía como objetivo elaborar una hoja de ruta mirando al largo plazo que permita identificar un plan de inversión y de desarrollo sostenible del área metropolitana para los próximos años.
Durante su paso por la zona, Donoso conversó con El Día sobre el presente y las oportunidades, así como sobre las problemáticas que enfrenta la conurbación.
En ese sentido, Donoso destacó que la zona sea valorada a nivel nacional por su buena calidad de vida, lo que ha redundado en un notable aumento de población durante las últimas décadas, fenómeno que se mantiene y seguirá manteniéndose en el futuro.
-¿Qué es lo que motivó la realización del seminario sobre el futuro de la conurbación La Serena-Coquimbo?
“Nos motiva ser parte de uno de los grandes desafíos que tenemos como país hacia adelante. En este camino al desarrollo las ciudades pasan a ser un desafío muy importante. En las ciudades se congregan 9 de cada 10 chilenos, por lo tanto el tener un mecanismo, una visión, una cultura, que vea que las ciudades pueden ser un mundo de oportunidades y no de conflicto, nos mueve.
Dentro de las ciudades conviven distintos intereses, distintas necesidades, intereses individuales e intereses públicos, y por lo tanto, ahi hay un bonito desafío de cómo crear sueños comunes que los interpreten y nos permitan seguir avanzando, y que es lo que todos, creo, queremos hacer en la vida”.
-En su época, el Plan Serena (1946-1952) fue un ejemplo innovador de cómo se podía planificar el desarrollo de una ciudad y de su entorno inmediato. A su juicio y más allá de La Serena en sí, ¿es posible repetir experiencias de esas características hoy en día?
“Absolutamente. Yo creo que Chile tiene la experiencia como bien mencionas, en el Plan Serena una experiencia de cómo realizar y construir sueños, y esos sueños bajarlos a una planificación, y después ser capaces de ejecutarlos, los que pueden tener un impacto relevante en el desarrollo de la comunidad, y de la ciudad, en este caso.
De hecho, los ejes estructurantes de ese Plan Serena se pueden ver hasta el dia de hoy. Por supuesto que ya requieren de su actualización, porque han pasado más de 70 años, por tanto, ya cumplió su visión.
Pero es absolutamente valioso. Yo creo que es rescatable la experiencia, en cuanto a ponerse un objetivo a largo plazo, de desarrollar una bajada con obras y planes, y por supuesto tener la capacidad de ejecutarlos.
Experiencias como esas no solo son posibles, sino que tenemos el deber y la obligación de hacerlo, y no solamente en La Serena, sino tambien en Coquimbo y en toda las ciudades de Chile”.
-¿Y están los instrumentos para ello?
“Yo creo que no. O sea, sin duda que los instrumentos de planificación territorial sobre todo en la parte urbana, estan bastante obsoletos si los comparamos con otros sistemas de planificación urbana, sobre todo con los sistemas que hoy en dia podríamos decir que son exitosos, o tienen buenos resultados.
Creo que hay un consenso bastante amplio, bastante masivo, de que tenemos que renovar nuestra metodología, nuestra normativa de planificación urbana.
En otras palabras hay que ‘desconectar del respirador artificial’ lo actual, y ser capaces de renovar algo que realmente, sea una proyección hacia el futuro, hacia el crecimiento de las ciudades, hacia cómo vamos a acoger a quienes vengan a vivir aquí en el futuro. De cómo las ciudades se encargan de generar conocimiento, empleo, entretención, aporte al medio ambiente, y de aquellos desafíos que tengamos por delante.
Ahora bien, aquí no es solamente normativa urbana. También aquí debe haber cultura, cultura de entender que las ciudades se construyen entre todos, de que en las ciudades no basta la ley o la norma, sino que de su desarrollo es también responsable cada ciudadano, cada empresa que hace alguna intervención o presta un servicio, de cada institución pública que cumple con su rol. Por lo tanto, eso es un cambio cultural del que debemos hacernos cargo tambien”.
-Durante la época del Plan Serena, el Estado tuvo una participación predominante en ese proceso. En nuestros tiempos, ¿cuál es el aporte que puede hacer el sector privado para contribuir a un desarrollo armónico de la ciudad?
“El sector privado puede hacer mucho. El sector privado tiene una relevancia muy importante en los distintos ámbitos de desarrollo del país por lo tanto es un actor principal. Sin duda que tiene su rol, tiene sus funciones, así como el Estado tambien tiene su rol y sus funciones.
Pero hay notables ejemplos en Chile y en el mundo de cómo, ya sea el sector privado en sí mismo, o sacándole el máximo potencial a la alianza público-privada, se puede avanzar en distintos sectores, ya sea infraestructura o de otra índole que pueda ser un aporte al bienestar de las personas”.
La Serena: ciudad cara
-La Serena y en general, su conurbación con Coquimbo, es uno de los lugares reconocidos por sus atributos para disfrutar de una buena calidad de vida. Además, este año, la revista Forbes la ubicó dentro de los principales lugares en los cuales se recomienda adquirir una segunda vivienda. A su juicio, ¿cuál es el camino para seguir fortaleciendo esos aspectos?
“Al escuchar todas las presentaciones que vimos en el seminario y al ser un visitante permanente de esta zona -y esta es una opinión personal-, pero uno interpreta que aquí se vive bien. Y eso no es menor.
Yo creo que los que viven acá tambien estan conscientes de eso, y por eso están viviendo acá. Pero creo que deberían estar convencidos de eso, y promoverlo.
Ahora ese vivir bien es una construcción permanente: como y que cosas podemos hacer para que eso siga mejorando y potenciando, desde la mirada de la conurbación, fortaleciendo las potencialidades y las oportunidades que tiene esta zona. Por tanto ahí hay un bonito desafío.
Hay cifras concretas: como ha crecido la población de esta zona en comparación al resto del país, las cifras muestran un crecimiento explosivo, y eso es porque las personas valoran y eligen vivir en esta zona frente a otras. Por tanto, ahí hay un factor que ojalá que los motive a que quienes vivan acá, estén convencidos de ello”.
-No obstante, un reciente estudio de la propia CChC, ubicó a La Serena como una ciudad «inalcanzable» para la aspiración de adquirir una vivienda. ¿Qué factores han llevado a esta situación y como pueden solucionarse?
“La realidad de La Serena no dista mucho de lo que está pasando en otras partes del país y tal vez son tendencias que se dan a nivel mundial.
Las ciudades están pasando a ser lugares deseados, hay mayor demanda por vivir en ellas por los distintos cambios que estamos viviendo como sociedad, como el cambio en la composición de los hogares, cambios demográficos, fenómenos migratorios y el mismo mejoramiento de acceso a ciertos bienes y servicios que antes no tenían las familias.
Eso pone una presión frente a las ciudades, cuyo crecimiento es más explosivo que el crecimiento natural lineal que uno esperaría. Por lo tanto, donde tenemos un déficit es en ponernos a la altura de esos requerimientos y en crear los espacios para que la ciudad se desarrolle”.
-¿Cómo cuáles?
“Hoy dia vemos restricciones en lo que es la norma para poder tener suelo y terreno disponible en zonas urbanas. Eso quiere decir terrenos que tengan sus permisos para poder realizar desarrollos. Eso está generando que el suelo normado sea un bien escaso, y por lo tanto, explique parte importante del mayor precio que hoy dia tienen las viviendas.
Se puede hacer mucho, se puede hacer mucho como país. Pero lo primero es tomar conciencia de este desafío”.
-¿Considera justas las críticas que se le hacen a la industria inmobiliaria, cuando se trata de compatibilizar desarrollo y cuidado del patrimonio? ¿Faltan más vasos comunicantes entre el sector público y privado en ese sentido? ¿Cuáles son los puntos que impedirían una relación virtuosa entre Estado y sector privado?
“Como industria, y yo estoy convencido de eso, es que tenemos la intención de hacer las cosas bien. Eso no quiere decir que siempre sea asi. Y hay mucho aprendizaje en el camino como lo tiene cualquier industria o sociedad que va camino al desarrollo.
Ahora bien, quien fija los ámbitos de crecimiento, quien fija donde están las potenciales áreas de crecimiento habitacional, las potenciales áreas de crecimiento económico, o como se mantiene la identidad de los lugares, es la norma urbana.
Y en eso la industria no tiene un rol. Puede opinar, puede proponer, pero no es el actor que define un rol. No puede ser juez u parte. Por lo tanto, asignarle a la industria la responsabilidad de mantener ciertos atributos que corresponden a actores que van más allá de la misma industria, aun cuando podemos tener una cuota de responsabilidad como un actor más, no es correcto.
Pero más allá de buscar responsabilidades, hay que mirar hacia adelante, porque las oportunidades están hacia adelante.
Los triunfos son de todos y los fracasos son de todos”.