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En “tierra de nadie” se sienten los pequeños empresarios y locatarios del sector, quienes, tras la puesta en marcha de la barrera, observan como el incipiente flujo turístico que estaba llegando a la zona, se desvió hacia los balnearios cercanos de la Región de Valparaíso, generándoles enormes pérdidas económicas e incertidumbre ante el inicio de una época estival que hasta ahora, temen que se pierda.

Se sienten pasados a llevar. Los vecinos de Pichidangui, y en especial los empresarios turísticos y dueños de locales comerciales de esta localidad, ubicada cerca del límite con la Región de Valparaíso, acusan que por estos días se está haciendo un tremendo daño a este balneario producto de la reinstalación de la aduana sanitaria el pasado 10 de diciembre.

Cabe recordar que la decisión de volver a poner en funcionamiento esta barrera –a menos de un mes de su cierre- se explica por el importante alza de contagios por coronavirus que se registró estas últimas semanas en la región, medida que incluso, motivó a retrotraer a la comuna de Ovalle a la Fase 2 del Plan Paso a Paso.

En efecto, el objetivo de la aduana sanitaria es evitar los traslados desde la Región Metropolitana a la Región de Coquimbo, considerando que esta zona es eminentemente turística.

No obstante, a juicio de los residentes de Pichidangui, esta medida ha significado un duro golpe para la localidad, pues de un momento a otro, han visto como el lugar se ha vaciado de visitantes justo ahora, en pleno inicio de la época estival, periodo en el que esperaban recuperar parte de los ingresos que habían perdido tras 8 meses de cierre.

Abandonados

“Nosotros prácticamente, estuvimos desde marzo hasta octubre, con casi el 99% de los locales cerrados, pues por la barrera sanitaria no dejaban entrar a nadie que se dirigía a la cuarta región, y por tanto nosotros tuvimos cero entradas”, sostuvo al respecto, la presidenta de la Cámara de Comercio de Pichidangui, Marcela Angelini.

En ese sentido, el cese de las operaciones de la aduana sanitaria el pasado 6 de noviembre, significó un alivio para los empresarios del lugar, pues, luego de meses de restricciones, comenzaron a recibir a los primeros visitantes, para lo cual incluso, se prepararon expresamente para ello.

“Estuvimos preparándonos para esto, tomamos cursos que nos dio Sernatur, Inacap, aplicamos todos los protocolos sanitarios necesarios, pero esto no sirve de nada cuando finalmente, no somos considerados por nadie, ni miden las consecuencias que esto (el cierre) ha traído para el sector”, señala por su parte, Giselle Olivares, dueña de un supermercado local.

Y es que en cuestión de días, los turistas se han esfumado.

Así lo expresa Sandra Perinetti, dueña de un conjunto de cabañas en Pichidangui, quien, tras contar con un 100% de reservas, todas éstas fueron canceladas luego de la puesta en marcha de la barrera sanitaria en la localidad. 

“Se había logrado reactivar el turismo, comenzar a tener un flujo de personas después de 8 meses, y por lo mismo, a todos nos hizo bien reactivar nuestros negocios y movernos otra vez. Pero nuevamente volvemos a fojas cero. Entonces es difícil mantener tu negocio porque en el fondo, nos están castigando. De hecho, basta mirar la playa de al lado, que está 10 kilómetros de aquí, y está llena de gente”, señala.

Una Barrera "absurda"

En efecto, a la playa que hace alusión esta empresaria, es al balneario de Los Molles, ubicado al otro lado del límite regional, en la Región de Valparaíso.

Para ella, esta situación se explica sencillamente “porque la gente ya no quiere cruzar ninguna barrera, no quiere seguir haciendo filas ni dando explicaciones sobre hacia donde se dirigen. Además, producto de las filas que tuvimos aquí por la aduana, se creó una suerte de mala fama, ya que llegabas a estar hasta 3 o 4 horas detenido. Y la gente ya no quiere eso”.

Pero además, para los habitantes de Pichidangui, la ubicación de la aduana sanitara –a 200 kilómetros al norte de Santiago - no tiene sentido, pues “aquí, cuando la gente llega a la aduana y la devuelven, no regresa a Santiago, sino que se van a Los Molles, que ahora está repleto de gente. Además, en la quinta región no hay ningún control sanitario para entrar a ninguna playa”, agrega Sandra Perinetti.

Por su parte, para la presidenta de la Cámara de Comercio de la localidad, Marcela Angelini, si se quisieran limitar los traslados desde Santiago, “coloquen la barrera en Llay Llay y ahí hagan un control efectivo. No que nos pongan una barrera aquí en la región, matando a Pichidangui y a toda su gente, que no puede ahora, ni siquiera trabajar. Pero ahí se ve que a alguien le molesta que se cierre la Región de Valparaíso”, afirmó.

Reactivación con resguardo sanitario 

Consultado el municipio de Los Vilos sobre la situación que hoy vive Pichidangui, fuentes ligadas a la entidad consistorial señalaron estar conscientes de la problemática que hoy vive la localidad, por lo cual, este martes, se espera plantearlo en el concejo municipal para su discusión.

En ese sentido aclararon, la instalación de la aduana sanitaria en Pichidangui está ligado a las medidas anexas que contempla el Plan Ovalle 2.0, conjunto de acciones dirigidas a disminuir el aumento de casos de Covid-19 en la capital del Limarí, y “no por una situación particular de la comuna de Los Vilos, pues la comuna ha logrado mantener bajas cifras de contagio en la medida de lo posible”.

De todas formas, la postura del municipio es estar “siempre por el resguardo sanitario, pero también por la reactivación económica”, para lo cual, explicaron desde la municipalidad, se han preparado en ese sentido, buscando que la llegada de turistas para este época estival “sea de manera ordenada y que no signifique un aumento en la cantidad de contagios por coronavirus”.

 

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