Por Jorge Pizarro el Mar, 04/08/2015 - 09:33
En Chile, al menos un millón y medio de hogares tiene a una persona con alguna discapacidad, cifra que en la Región de Coquimbo alcanza a poco más de 61 mil hogares, un 36%. Estamos hablando de niños, jóvenes y adultos que tienen necesidades especiales pero que a la vez demandan un trato igualitario de parte del Estado y de toda sociedad.
Esta semana, varios congresistas pudimos participar del diálogo “Por los derechos de las personas con discapacidad” en en la Intendencia regional, encuentro que estuvo marcado por la sinceridad y urgencia de múltiples demandas.
Sabemos de sobra que en la región y en todo el país, existen serias fallas de accesibilidad a recintos públicos y privados, los servicios públicos y hasta los centros de consumo. Nuestra propia Intendencia o el mall, no se escapan de esta realidad. El uso de estacionamientos destinados a discapacitados por parte de personas que no lo son, es una mala práctica cotidiana que no tiene sanción alguna.
Del mismo modo, así como la población general del país está enfrentando problemas con el empleo, las personas con discapacidad sufren del mismo fenómeno, pero de una manera persistente. De hecho, según cifras de SENADIS, en nuestra región unas 25 mil personas discapacitadas realizan actividades remuneradas, pero son más de 50 mil las personas en la misma condición que no tiene trabajo.
Esta realidad debe ser enfrentada y para eso los parlamentarios nos comprometimos a tomar estas demandas y transformarlas en política pública de largo plazo. Uno de los temas que necesariamente debemos atacar con mayor urgencia, es el de la falta de educación y capacitación. Lamentablemente, ese es un problema basal y una condición inhabilitante al que las autoridades regionales debieran poner mucha atención.
Se requiere apoyo en materia de salud, ciertamente, de movilidad y seguridad, pero si no resolvemos la fuerte diferencia en materia de educación y capacitación que enfrentan las personas con capacidades especiales, entonces no habremos abierto puertas reales de integración. Esta arista no es menor y debiera ser prioridad en nuestras gestiones diarias.
