El 28 de julio de 2015 conocimos un caso de femicidio frustrado en nuestra región, que no fue una muerte más sólo gracias a la intervención oportuna de Carabineros.
En la semana que termina, el Tribunal resolvió dejar con libertad vigilada al agresor por considerar una supuesta infidelidad de la víctima como “atenuante” de una conducta fuera de sí.

No está en mi afán cuestionar los fallos de los tribunales y también sé que existen consideraciones jurídicas en juego, pero me parece que se nos plantea, al menos, un punto de reflexión que toda sociedad consciente del valor de la vida debiera considerar.

Por cierto, a la gran mayoría nos indignó aquella razón como atenuante en una brutal agresión que casi le cuesta la vida a la que era su pareja.

En lo que va del año se han producido ya doce asesinatos de mujeres en todo el país, y las señales que debieran entregar las instituciones, incluida la justicia, son las acordes con el bien común que la legislación cautela: la salvaguardia de la vida de mujeres que son objeto de violencia.

Sea cual sea el motivo que generó la agresión, la sociedad no tiene por qué exculparlo.

No es aceptable el intento de asesinato ni de un hombre, ni de una mujer, ni de niños. ¡Nunca!

Así de clara debería ser la acción de los tribunales, de los legisladores y del poder político.

Sabemos que existen normas pro reo y atenuantes legales que se aplican, pero esas medidas deben ser tomadas considerando las señales que se entregan a la sociedad, sobre todo en momentos en que el país debate acerca de cómo equiparar los derechos y obligaciones de los ciudadanos, no importando su género.

En este caso de violencia, con estas características, no debiera considerar aquella razón como atenuante.
Esperamos sinceramente que todos los involucrados hagamos correcta lectura del momento que vive Chile y se apliquen criterios que sean leídos correctamente por la ciudadanía.

En el caso de la violencia de género, no debería haber dos lecturas. ¿Si se hubiera concretado este asesinato, estaríamos liberando al autor por una infidelidad? No creo. 

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