• Enrique Labarca, Fiscal Regional: “La justicia penal está hecha para sancionar los delitos, no para llegar a acuerdos”
    Enrique Labarca, Fiscal Regional: “La justicia penal está hecha para sancionar los delitos, no para llegar a acuerdos”
Se define como “un duro”. A meses de dejar el cargo, habla de las dificultades que debe enfrentar el órgano persecutor y cuestiona el que autoridades de su rango, al terminar sus periodos, “se tengan que ir para la casa”. Critica el proceso de elección de Fiscal Nacional y asegura que es hora de normar el cómo se relacionan los candidatos al cargo con la clase política.
Luego de un controvertido proceso, la semana pasada la Presidenta Michelle Bachelet designó como Fiscal Nacional a Jorge Abbott, quien ahora deberá someterse a la aprobación del Senado para suceder al saliente Sabás Chahuán. Pero el Ministerio Público no sólo se mueve en la capital. En la zona, la cuenta regresiva también comenzó a correr. En febrero del 2016, el Fiscal Regional Enrique Labarca, deberá dejar su cargo tras ocho años a la cabeza del ente persecutor, poniendo fin a una carrera de 15 años en la institución, que comenzó con la reforma misma
Nos recibe en la oficina donde ha laborado desde hace casi una década para hablar de todo. De su carrera, para algunos, meteórica; de lo que encontró y lo que dejará en un par de meses e incluso de las características que debiese tener quien ocupe su lugar, cuyo nombre debiera conocerse antes que culmine el 2015. 
-Usted participó de los primeros juicios orales en la zona y en el país. ¿Se imaginó alguna vez que iba a ser el Fiscal Regional?
“No. Yo soy fiscal desde que comenzó la reforma. De hecho, me tocó hacer el primer turno de la historia en Chile el 16 de octubre del 2000 y obviamente que en ese momento jamás se me pasó por la cabeza llegar a ser Fiscal Regional, la decisión la tomé ya muchos años después cuando ya era fiscal jefe de La Serena, iban a elegir al nuevo regional y estimé que era impresentable que el fiscal jefe de la capital regional no postulara al cargo.  Pero ha sido complicado, sobre todo porque este cargo tiene fecha de vencimiento, es igual que un yogurt. No hay una normativa que regule nuestra salida y nos tenemos que ir para la casa a jugar al trompo”.
-¿Ser Fiscal Regional entonces, es auto terminar con la carrera pública?
“Claro, al final no conviene, porque, por ejemplo, un fiscal adjunto dura hasta los 75 años, pero el fiscal nacional o regional sólo ocho años y no hay más. Nuestra ley orgánica nunca ha tenido una forma para aprovechar esos conocimientos al interior de la fiscalía con el objeto de que ellos (fiscales regionales y nacionales) volvieran en un cargo que permita ocupar esa experiencia, en términos de asesorar y que la inversión que se hace en capacitación no se pierda”
-¿Cuál es la lógica de desperdiciar esa experiencia
“Lo que se explicó en su momento es que querían un servicio público donde la gente se renovara y que nosotros como fiscales regionales nos fuéramos finalmente al sector privado, lo cual al menos desde mi punto de vista es una visión errónea, afecta la solidez de la institución. Es lo mismo que un piloto de guerra se vaya a LAN Chile, es exactamente igual. O sea, tengo una persona entrenada, en el caso mío casi 16 años de fiscal, y cuando me vaya me voy a tener que ir a poner una oficina”
-¿Cree que lo que plantea desmotiva a los mejores a postular al cargo?
“Es una limitante muy grande a la hora de postular, porque además entre un fiscal adjunto y el Fiscal Regional, la diferencia de sueldo es prácticamente nada y además siendo Fiscal Regional hay un nivel de responsabilidad totalmente distinto, mucho más grande (…) Conozco mucha gente que no se quiere postular precisamente por eso, muchos fiscales sienten que hay cero incentivo”.
-No es tan atractivo como pareciera el ser Fiscal Regional, por lo que usted comenta…
“No. No es tan atractivo como se ve. Lo lógico sería una estructura de carrera funcionaria como lo tiene el propio poder judicial en que los jueces no se van después de que los nombraron, salvo que se vayan por renuncia o porque se jubilan al cumplir los 75 años. Ya se han ido 18 fiscales regionales, nos vamos ahora otros tres y con esto se va otra generación”.  
LO BUENO, LO MALO Y LO DEMÁS. No tiene reparos a la hora de criticar el sistema e insistir en que, pese a que se aprobó la Ley de Fortalecimiento del Ministerio Público, que dotará de más funcionarios a la fiscalía, ésta llegó tarde y no es suficiente, sobre todo porque han aumentado los delitos y muchas veces se legisla sin tomar en cuenta el impacto que tendrán las nuevas normativas
-¿Con qué se encontró cuando llegó en relación a lo que ve ahora en la labor de los fiscales? ¿Siempre se ha dicho que la sobrecarga laboral ha ido aumentando con los años?
“A ver. Cuando yo llegué había muchos menos delitos. Además, comenzaron a darse  investigación largas y yo creo que la fiscalía no está debidamente preparada para eso. Ha habido investigaciones o juicios orales en que hemos estado cuatro meses y eso implica tres fiscales menos, más asesores, pero se tiene que seguir trabajando en lo cotidiano, con la misma cantidad de fiscales”
-Nadie previó que al crear nuevas tipificaciones, iba a ser necesario fortalecer organismo como la fiscalía…
“Yo creo que nunca se pensó hace 15 años que íbamos a llegar a tener juicios de ocho meses (…) La Ley de fortalecimiento llegó absolutamente tarde. Pero peor es no tener nada, desde ese punto de vista claro que la ley de fortalecimiento es una ayuda. Soluciona algunos problemas muy domésticos. Antes de la ley, un fiscal se iba de vacaciones y no había como reemplazarlo porque no se aceptaban ni las suplencias y si teníamos a dos fiscales enfermos no teníamos cómo sustituirlos. Pero ahora tenemos la suerte de poder optar a tener fiscales suplentes, eso es positivo. Antes teníamos que redistribuir la carga de trabajo entre los que estaban”.
-Usted dice que la ley no es suficiente porque se crean nuevas tipificaciones y penas, en este sentido, ¿cuál es la valoración de la agenda corta anti delincuencia, que endurece penas
“Creando figuras penales nuevas o agravando penas no va en directa relación con el impacto en las cargas de trabajo que esa modificación puede producir o ese cuerpo legal nuevo produce, por lo que hay mayor cantidad de carga de trabajo con el mismo número de personal. No creo que la vía para poder disminuir los rangos de delincuencia dependan directamente de la penalidad. Es un asunto bastante más complejo”
-Fiscal, volviendo a su gestión, ¿qué queda pendiente
“Yo creo que hay miles de cosas pendientes. Pero creo que a nivel general es la atención de víctimas. La antigua norma procesal penal no consideraba a la víctima, no existía. El código nuevo la incorporó, pero sigue siendo un sujeto algo olvidado del proceso, porque hay víctimas que requieren de atenciones especiales y no hay suficiente cobertura. Aunque este tema no debería ser sólo de la fiscalía y es una carga que nos llevamos nosotros. En otros países se tiene estatutos especiales para las víctimas, y aquí también debería ser un tema de Estado (…) Las víctimas merecen tener un trato especial, merecen tener medidas de protección, por ejemplo, a objeto de declarar, para que no ocurra lo que ha ocurrido muchas veces en que una víctima es intimidada y esto termina en que un sujeto que a juicio nuestro era autor de un delito queda en libertad por la falta de testigos y la falta de declaración de la misma víctima”
-Es decir, la protección a al víctima incide en el resultado de un juicio. No se habla demasiado de eso, se habla más de penas. ¿Hay un enfoque incorrecto de los legisladores?
“Para mejorar la justicia no se trata sólo de incrementar las penas. Aquí hay un tema de Estado, nosotros somos un organismo autónomo, pero somos parte del Estado, no somos una empresa privada”
 
REVISAR EL SISTEMA. Labarca no quedó ajeno a la controvertida designación del Fiscal Nacional. El proceso le dejó una mala impresión, ya que cree, se vio teñido por la polémica.
-¿Cree que es hora de cambiar el sistema para la elección del Fiscal Nacional? No parece lógico que quienes ahora deban aprobar su elección sean los mismos que están siendo investigados...
“Yo creo que puede ser sujeto a revisión, tal vez se debe bajar el quórum de aprobación, porque finalmente una atribución que es del Presidente de la República que es el designar un cargo como fiscal nacional o contralor, pasa también por otro órgano, pareciera ser un ejercicio propio de democracia, el tema es que en las designaciones de cargos de esta naturaleza debe prevalecer también el tema de ver el bienestar del país más que la cuestión chica, de ver si tiene pendiente una cosa, o la otra, a eso es lo que más me preocupa, más que como fiscal , como ciudadano porque al final pasa que esto se enturbia”.  
-¿Quién lo enturbia
“Se enturbia por miles de razones, no solamente porque esto está sometido a un organismo político sino porque cualquier persona que haya seguido la elección del fiscal nacional en las últimas tres semanas y haya leído los medios de comunicación va a ver publicaciones donde salieron hasta algunas cuestiones personales de los fiscales, cosas que estaban vinculadas a sus familias, a eso me parece una vergüenza”.  
-¿Debería ser más privada la elección?
“O tal vez debería regularse más en materias de probidad, a fin de que si efectivamente un candidato equis puede reunirse con una alta autoridad pública, eso sea público y sea de público conocimiento, pero al parecer estas son como reuniones privadas. Eso tampoco me parece”
-Pero ahí hay responsabilidad de los propios candidatos…
“Lógico, porque también hay un interés de ellos de postular y que en definitiva los nombren, pero también nosotros como país deberíamos hacernos un examen de cuál es la normativa interna que tenemos para regular este tipo de actividades, así como actualmente existe la ley de lobby, se debería normar la elección de estos cargos y de cómo se relacionan quienes tienen la decisión de elegir, con los postulantes”.  
-En relación a eso, a lo que vincula a la fiscalía con la clase política, en el último año a raíz de las investigaciones a políticos y empresarios, tuvieron mayor visibilidad e hicieron lo que para muchos era impensado, tocar a quienes eran considerados intocables, ¿siente que la comunidad valoró esto y que los posiciona mejor frente a ellos
“Yo creo que mejoró la percepción, porque ahora lo vieron, no es que no se haya hecho. Desde el 2000, desde que yo trabajo en una fiscalía se ha perseguido penalmente a cualquier persona, cualquiera sea su condición social, política o económica. Nosotros hemos perseguido a cualquier persona que comete un delito y donde hemos podido tener elementos probatorios para acreditarlo. Lo que pasa es que en los últimos casos hubo mucha cobertura mediática, entonces fue una ventana para que la gente entendiera cual era el rol y la función de un fiscal, lo que para , todavía, creo, no está muy claro para la gente. Uno sigue viendo en la comunidad que nos confunden con el poder judicial, nos confunden con la policía, no tienen claro qué cosa hacemos”.  
-Pero el que gracias a estos casos la gente los conozca un poco más, también habla de un trabajo comunicacional que no ha sido efectivo por parte de ustedes…
“Sí, creo que esa es otra área pendiente. El tema de la vinculación de la fiscalía con la comunidad nunca se ha asumido correctamente desde el inicio de la reforma. No ha habido una política clara de cómo damos a conocer a la comunidad lo que hacemos. En los últimos cuatro años, se ha hecho un intento serio, pero no ha sido sistemático de posicionarnos”
-¿Y cree que en el tema de posicionarse también podría influir la personalidad del fiscal? En este sentido, ¿cree que el próximo fiscal regional debería tener un carisma especial? En definitiva, ¿qué características debería tener el nuevo Fiscal Regional?
“Más allá del carisma, requiere conocer muy bien cómo funciona esta institución, sus falencias y sus oportunidades. Tenemos falencias como la atención a víctimas, como el tema de posicionamiento con la comunidad, y otros más, pero mira, la verdad es que hay una frase que yo siempre les digo a los fiscales regionales nuevos y es que esta pega viene con un traje de chancho, y hay veces en que uno literalmente tiene que ponerse ese traje y aguantar, porque es una pega muy dura, para ha sido la pega más dura que he tenido. Se trabaja muchísimo y muchas veces los resultados no dependen directamente de nosotros, dependen de otros órganos. Un Fiscal Regional requiere capacidad para dirigir un equipo humano para conseguir un fin, no ser jefe, ser jefe es súper fácil, lo que hay que hacer aquí es liderar”
-En ese sentido, al decir que para esta pega no se requiere ser jefe, no necesariamente entonces el próximo Fiscal Regional tendría que ser uno de los jefes comunales…
“No. Cuando yo hablo de gente idónea, que conozca el sistema, no me refiero a ser jefe, me refiero a gente que haya estado adentro, puede ser incluso un abogado asesor, un abogado asistente, porque el conocimiento de las falencias, debilidades y oportunidades que tenemos, claramente facilita el trabajo”
-Hay quienes señalan que también debería ser más llano a los acuerdos. Se dice que usted con el paso del tiempo se fue poniendo cada vez menos llano a los acuerdos, adoptando una actitud más dura frente a tener salidas alternativas en los juicios. ¿Es así
“Mire. No me he puesto más duro, soy duro, desde que soy fiscal hace 15 años. Antes uno tenía un criterio distinto, pero cuando uno se va vinculando con el sistema penal este criterio va cambiando y va cambiando porque es a los fiscales a quienes nos corresponde hablar con quien sufrió  la muerte de un pariente, a nosotros nos corresponde hablar con menores que son víctimas de delitos sexuales, a nosotros nos corresponde hablar con un cabro que tiene 21 años y que queda en silla de ruedas porque un sujeto ebrio lo atropelló y la verdad que cuando uno ve el dolor de esa gente y que hay alguien responsable por el mal que provocó, claro que la cosa cambia, cambia la visión de uno como persona, no como abogado ni como fiscal, ni nada, a uno como persona le cambia la visión. Yo creo que la justicia penal está hecha para sancionar los delitos, no para llegar a acuerdos, sólo en un grupo de delitos se puede llegar a acuerdos “. 

 

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