Crédito fotografía: 
Lautaro Carmona
Una mujer de 37 años que había puesto cuatro denuncias por agresión de su conviviente –dos de ellas judicializadas- estuvo al borde de la muerte luego que el individuo (44), la atacara nuevamente, esta vez con una brutal puñalada, teniendo que ser intervenida de urgencia. El sujeto, hoy formalizado y en prisión preventiva, mantenía una prohibición de acercamiento. Sin embargo, debido a la dependencia emocional generada por la víctima, lo continuaba perdonando y volvían a estar juntos, sin que nadie supervisara que la orden de alejamiento se respetara. Esto, porque la ley no especifica en términos generales quién debe hacerlo.

“Todos sabían lo que pasaba al interior del domicilio, pero nadie hacía nada”. Así lo reconocen los propios vecinos del pasaje Trinidad y Tobago de Las Compañías, donde tuvo lugar el último episodio de violencia de género que, pareciera ser, ha estado más patente que nunca en la región. 

Fue durante la noche del martes cuando la relación entre una mujer de 37 años y un hombre de 44, que desde el comienzo había estado marcada por las agresiones, alcanzó un punto casi sin retorno, cuando ambos se enfrascaron en una discusión que terminó con el sujeto golpeándola brutalmente y apuñalándola, dejándola con lesiones que casi le cuestan la vida. 

“Una discusión más"

En el barrio pensaban que se trataba de una discusión más. Que no pasaría a mayores, y que al día siguiente verían a la pareja de la mano como, aseguran, solía suceder. “Bernarda”, una vecina y amiga de la víctima indica que cuando escuchó los gritos, aparte de molestarle un poco, no les dio mayor importancia ya que era algo muy habitual.

“Pasaba todas las noches. Algunas veces terminaban hasta en la calle discutiendo y a los agarrones. Lo que pasa es que a él le gustaba harto el trago, y ahí con el alcohol de por medio quedaba la embarrada. Se insultaban entre ambos, y se pegaban, pero obviamente que ella sacaba la peor parte porque es mujer y sólo trataba de defenderse pero lamentablemente tal vez estaba demasiado enganchada de este tipo. No lo sé, y seguía aguantando”, relata la habitante del sector. 

Sergio, indica que conocía al victimario desde pequeño, ya que había vivido toda su vida en el lugar. A ella, la había visto llegar hace un par de meses, y ratifica que la violencia no era un secreto para nadie.

“Aquí esta cuestión se veía venir, porque las agresiones eran permanentes. Yo mismo un día le dije a ella cuando me la encontré en el negocio y tenía la cara hinchada: ‘por qué no dejai a este hueón’, así con esas palabras y lo que me respondió fue ella lo amaba y que también le pegaba. Una tontera. Se podía haber evitado esto, pero fallamos todos nomás”, dijo, enérgicamente el vecino. 

Denuncias previas

Pese a lo planteado por Sergio respecto a que “todos pudieron haber hecho algo” para evitar que esto pasara, y “no lo hicieron”, lo cierto es que fue la propia mujer agredida quien anteriormente en 4 oportunidades realizó las denuncias respectivas ante Carabineros, se dio cuenta al Ministerio Público y en dos de los casos se iniciaron procesos investigativos. 

La primera vez que la víctima concurrió hasta la policía fue el 26 de marzo, y la causa se resolvería en un juicio simplificado la próxima semana, el 14 de julio.

Pero antes de llegar a esa instancia, la mujer tuvo que volver a denunciar al individuo ya que lo perdonó, volvió a vivir con él y el sujeto volvió a golpearla, según consta en los registros de Carabineros, el 17 de mayo, siendo formalizado al día siguiente el Juzgado de Garantía de La Serena por el delito de lesiones en el contexto de Violencia Intrafamiliar.  El tribunal ordenó la medida cautelar de prohibición de acercarse a la víctima durante los 90 días que se fijaron como plazo para investigar. 

Además, durante la audiencia de ayer se dieron a conocer dos agresiones que no estaban en el poder judicial, una ocurrida el 5 de junio y otra el 13 del mismo mes, donde el sujeto golpeó a la mujer en plena vía pública.

La noche más dura

Pero antes de que se cumpliera cualquier plazo, la noche anterior se puso entre medio, y tuvo lugar la que fue la peor de las agresiones para esta mujer de 37 años, quien pese a lo que sufría, volvía a estar con el sujeto.

“Nosotros tomamos conocimiento de lo que ocurrió por un llamado de un testigo, se trasladó a la víctima hasta el consultorio, donde posteriormente se le derivó al hospital de La Serena para que fuera intervenida”, ratifica el comisario de la Sexta Comisaría de Las Compañías, Rodrigo Hidalgo, a cargo del procedimiento. 

Luego de desplegar al contingente policial, los efectivos lograron dar con el sujeto quien fue detenido y puesto a disposición de la justicia por tercera vez tras maltratar a su conviviente. En la audiencia de formalización llevada a cabo ayer por la tarde el individuo fue formalizado por femicidio frustrado, y por desacato, ya que incumplió la cautelar emitida con anterioridad. Ahora sí quedó en prisión preventiva fijándose un plazo de investigación de 60 días. 

¿Falencias?

No se puede decir que el sistema no funcionó, pero, “¿habrá que modificar este sistema?”, esta es la pregunta que se hace Carolina Tello, abogada de Abofem (Agrupación de Abogadas Feministas), ya que se dictaminaron medidas cautelares, pero igualmente esta relación de convivencia violenta termina con un hecho trágico, que pudo costarle la vida a la mujer.

“Lo que pasa es que aquí los vacíos legales que existen son inmensos, porque no hay una mirada con perspectiva de género en la justicia penal, y eso queda al descubierto. Claro, sería fácil pensar y decir, que ‘cómo la mujer volvía a estar con el hombre que le pegaba’, pero aquí hay temas psicológicos y sociales de fondo que no se toman en consideración y que son comunes en los casos de abusos, que tiene que ver con la dependencia emocional que tiene la víctima debido a las carencia que generan las propias agresiones, e incluso puede existir una dependencia económica. Es mucho más complejo de lo que se ve desde afuera”, consignó la profesional. 

Agregó que no basta con una medida cautelar, ya que, “primero en estos casos una orden de alejamiento no da garantías de que se cumplan ya que finalmente nadie se hace cargo, y en segundo lugar, el trabajo con la víctima debe ser integral, sobre todo cuando los abusos son reiterados”, enfatizó la abogada. 

En ese sentido, tras la segunda denuncia y con la cautelar vigente la Unidad de Atención a Víctimas y Testigos de la Fiscalía, efectuó la derivación de la mujer hacia un centro especializado de atención a la mujer, según precisa la encargada Marcela Elchiver. “Se tomó contacto con la víctima, con el fin de evaluar su situación de riesgo, adoptando las medidas de protección correspondientes, para luego, considerando la complejidad que revisten los casos de violencia intrafamiliar, derivarla a los centros especializados de la red para su intervención en profundidad”, dijo Elchiver.

Pero luego de la derivación, nada se concretó, algo que admite Ivón Guerra, Seremí de la Mujer y Equidad de Género, quien junto con lamentar lo ocurrido, precisa que estaban en conocimiento de este caso y que intentaron contactarla desde uno de sus centros, el Liwen de La Serena, pero nunca pudieron dar con ella. “La víctima fue derivada a los dispositivos de SernamEG pero lamentablemente no respondió los llamados de los profesionales para realizarse la intervención adecuada”, aseveró Guerra. 

Cautelares en tela de juicio

Tras lo ocurrido, la seremi expresó que darían todo el apoyo a la víctima, y al igual que la directora de Abofem, cuestionó la eficacia de las medidas cautelares como la prohibición de acercamiento. “Vamos a ser parte querellante de este femicidio frustrado (…) Lamentablemente la víctima tenía una medida cautelar contra su agresor que éste incumplió. Esperamos que esto sea tomado como una agravante más y que la justicia investigue y condene con el máximo de rigor a este imputado”, puntualizó. 

Pero, quién debe cautelar que se cumplan las medidas cautelares, según el abogado Raúl Castillo, no existe una regla general y esto depende de lo que dictamine el tribunal en cada caso. Claro, en principio podría pensarse que Carabineros debiese encargarse de inmediato de vigilar por ejemplo que las órdenes de alejamiento tengan efecto, pero no es así. “Los funcionarios deben limitarse a lo que se les mandata y si el texto no dice expresamente que deben realizar patrullajes o rondas preventivas permanentes, no es su obligación hacerlo, porque tampoco se pueden extralimitar en lo que el tribunal ordena aseguró”, el penalista. 

Y en este caso, según precisan desde la institución uniformada, no existía ningún mandato por parte de la Fiscalía. “La cautelar que existía en base a una denuncia anterior a este hecho, que habíamos acogido nosotros, pero no habla de ninguna acción que le dispusiera a Carabineros visitas a la víctima. Ahora, cuando ocurrió del hecho la víctima estaba con el agresor en su domicilio, compartiendo. En ese contexto, es nuevamente agredida”, sostienen desde Carabineros. 

Cambio urgente

La senadora por la Región de Coquimbo Adriana Muñoz, reiteró la crítica que viene realizando desde hace años, y es la ineficiencia de las medidas cautelares como las órdenes de alejamiento, y prohibición de acercarse a la víctima. De hecho, presentó un proyecto de ley tendiente a utilizar la vigilancia telemática, que todavía descansa en el Congreso.

“Cada vez que ocurren situaciones como esta, vuelvo a insistir en lo necesario que es contar con un sistema de seguimiento y de control de estas medidas. Porque cuando hay violencia, hay riesgo, entonces no sacas nada con dictar medidas cautelares si nadie las va a supervisar, y la víctima queda totalmente desprotegida. El seguimiento telemático es la única salida, para resguardar la vida de las mujeres y prevenir el femicidio”, concluyó. 

 

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