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Desde las policías, Seguridad Pública y también a nivel parlamentario han visto con preocupación los hechos delictuales a gran escala y sin precedentes que han ocurrido en la zona. El hallazgo de un túnel para cometer un atraco, un arsenal de guerra en el Valle de Elqui, y recientemente la incautación de un fusil M16, dejarían en evidencia que la presencia delictual a gran escala se habría instalado en la región, con bandas cuyo poder de fuego siembra el temor y con un nivel de financiamiento que impresiona.

En medio de la pandemia, un sinfín de actividades han paralizado. Confinamiento preventivo,  obligatorio, o como sea, ha obligado a las personas a cambiar su forma de vida y en muchos casos a dejar de hacer sus labores de manera normal. Pero si existe algo que no se ha detenido en ningún momento, es la delincuencia, la que, de hecho, este último mes de mayo ha mostrado una cara nueva, que ha tomado por sorpresa a la comunidad, y también a las policías.

 Hallazgos de alto calibre y formas de ilícitos de magnitudes nunca antes vistas hoy preocupan desde el ámbito vecinal hasta el parlamentario, ya que existe prácticamente la certeza de que en la zona están operando organizaciones criminales con un poder adquisitivo y de fuego que escapa a los márgenes de lo que estábamos acostumbrados a ver. Del arma hechiza pasamos al arsenal de guerra, en algún momento que no pudimos prever. 

Arsenales y túneles

El sábado 2 de mayo en la tranquila localidad de Quebrada de Talca personal de la PDI, en el marco de otro procedimiento, se encontró con un arsenal de armas de guerra nunca antes visto en la zona. Durante el operativo, se logró detener a un sujeto, mientras que otro escapó y todavía se mantiene prófugo. 

Las hipótesis abundaron. Nada se podía descartar, y se desconocía si aquel armamento sólo estaba siendo guardado en la región, o se estaba preparando un gran golpe.

Aquello todavía es materia de investigación, sin embargo, cuando el 19 de este mismo mes, la PDI informó del hallazgo de un túnel de 42 metros de largo que iniciaba su construcción en una bodega del Barrio Industrial, en Coquimbo, y que daba justo con las bóvedas de la empresa de transporte de valores, Brinks, fue inevitable no hacer la conexión entre ambos eventos, y la tesis de que los sujetos de Quebrada de Talca estaban detrás del cinematográfico atraco cobró mayor fuerza, sobre todo porque los individuos estaban implicados en el “nuevo robo del siglo” ocurrido en el mes de marzo en el aeropuerto de Santiago. Aparentemente, preparaban un golpe similar. 

¿Tendencia o hechos aislados?

Durante el mes se han registrado más incautaciones, pero llamó la atención la última de ellas que tuvo lugar el día martes. La PDI dio con una plantación de droga en Vicuña, pero lo que impresionó fue que dentro del procedimiento también se pudo encontrar un fusil de Guerra M16. Para algunos, una prueba más de que al menos, se estaría gestando una tendencia. En esa línea el encargado regional de Seguridad Pública, Rolando Casanueva, expresó que a nivel nacional se estaba dando la situación de las bandas adquirían este tipo de armamento, algo que podría estar llegando a la Región de Coquimbo.

“Lo que hemos visto con las incautaciones y este armamento que no es habitual de encontrar, pero han proliferado organizaciones que por el tipo de delitos al que se dedican, tienen dinero y poder de fuego diferente al de otras bandas más pequeñas. Esto nos preocupa, porque las armas de alto calibre circulan, y muchas veces ocurre que se enfrentan bandas rivales y hacen uso de estas armas poniendo en riesgo a la población”, puntualizó Casanueva, quien, eso sí, aseveró que, la policía está trabajando para desbaratar estas asociaciones ilícitas. 

Para el subprefecto de la PDI Rodrigo Villarroel, jefe de la Biro La Serena, ciertamente, “se trata de algo preocupante, pero yo no me atrevería a afirmar que es algo que esté instalado en la zona”, sostuvo, aunque admite que hay que ponerle atajo ahora.

“Se han visto hechos de esta naturaleza, con delitos más elaborados porque los tiempos van cambiando, y así como la policía está cada vez más profesionalizada, los delincuentes igualmente van teniendo mayores recursos, e intentan ponerse a la vanguardia de lo que se veía hace años atrás, donde era más difícil encontrar armamento largo, y mucho menos fusiles de guerra”, afirmó, agregando que estas bandas, con mayor poder adquisitivo y poder de fuego están ligadas al narcotráfico o a los grandes robos, “pero también las utilizan para defenderse de otras bandas criminales, de las quitadas de droga, o quitadas de las mismas armas. Hay todo un submundo delictual dentro de esto”, expresó. 

Carrera no tiene dudas

El exprefecto de Coquimbo, el coronel (R) Luis Carrera, también alertó de la situación. Es uno de los que cree que la delincuencia y el modus operandi de los antisociales cambió definitivamente y en consecuencia, “los intereses y el tipo de delitos son distintos”, por lo mismo, requieren de otro tipo de armamento.

“Por alguna razón se están produciendo estos hechos en la Región de Coquimbo, y no me cabe duda que las policías lo están investigando, porque no es normal que encuentren un fusil M16 entre traficantes o cuidadores que están viendo una simple plantación de marihuana”, puntualizó.

Carrera, coincide en que necesariamente quienes tienen estas armas, sí se dedican al tráfico de drogas, pero a mayor escala, ya que se trataría de organizaciones delictuales con un poder adquisitivo diferente. “Aquí ya no estamos hablando de armas hechizas, ni de armas cortas, son armas de guerra que no le van a llegar solas a los narcotraficanes. Son caras y muy probablemente hayan sido importadas en cargamentos, junto con la misma droga. Pero sin duda estamos en presencia de bandas y organizaciones nuevas, distintas a las que estábamos acostumbrados”, enfatizó.

Grandes robos

Además de estar íntimamente vinculados al narcotráfico, este tipo de armas evidentemente que está ligada a la perpetración de robos de gran magnitud, como el que se pretendía cometer en las bóvedas de la empresa de Transporte de Valores Brinks, en el que los delincuentes trabajaron más de dos meses logrando construir un túnel subterráneo de 42.

“Aquí también había una organización, con gente que probablemente tenía tareas asignadas, donde los cabecillas eran de afuera de la región, y donde tenían claro que en algún momento, ya sea en la huida o al comienzo del robo se iban a encontrar o con la policía o con los guardias que también portan armas de fuego. Una banda de esta naturaleza tiene que tener un poder de fuego importante, porque no andan asaltando almacenes”, sostuvo.

Llamado a la calma

Pero el general de Carabineros, jefe de la IV Zona policial, Jorge Tobar, pone paños fríos. Admite que durante este mes han ocurrido hechos poco frecuentes pero que no alcanzan a ser tendencia, al menos en lo que tiene que ver con armamento de guerra o arsenales. Sí asume que de un tiempo a esta parte hay mayor cantidad de armas circulando debido a que los delincuentes las obtienen de la misma ciudadanía, robándoselas.

“Hay gente que compra armas para defenderse, pero no saben utilizarlas. Yo no hablaría en términos de armas de un fenómeno tan peligroso como ocurre en otras latitudes del mundo, donde los delincuentes se alimentan de un mercado negro. Eso sería aún más peligroso”, indicó el general Tobar, agregando que, para él, “pese a los eventos que han ocurrido esto no implica que haya una nueva realidad, porque aquí hay que establecer también el origen de estas armas, cuando se establezca eso vamos a tener mayor claridad de lo que hay detrás”, finalizó. 

Diputados y su duro diagnóstico

“Lo que nosotros planteamos es lo que está sucediendo”. Con estas palabras, el diputado UDI, Juan Manuel Fuenzalida se refiere a los últimos acontecimientos delictuales. Está convencido de que esto viene gestándose desde hace tiempo. “Aquí es necesaria la intervención del Gobierno, tiene que haber un ordenamiento jurídico mucho más severo, pero también, hacer un trabajo de inteligencia frente al narcotráfico que se ha instalado”, aseguró. 

Precisó que es necesario incorporar a las Fuerzas Armadas. “El que ellos tengan que tener el control del Estado de Excepción, no obsta a que tengan el control de la seguridad pública. En ese sentido, hay que ser preciso en que la seguridad no puede quedar de lado”, puntualizó. 

Por su parte, Matías Walker, parlamentario DC, precisó que ha estado conversando lo que acontece en la región incluso con los ministros de Interior y Defensa, quienes han notado cómo se ha hecho visible el poder de fuego de las organizaciones criminales.

“Ni siquiera en estado de catástrofe hemos visto que esto se ha controlado, y eso es algo que nos preocupa, por eso el ministro de Defensa comprometió su visita la próxima semana. Hemos visto, además del tema del túnel y las incautaciones de armas, que en las poblaciones de la zona, los traficantes salen después del toque de queda a desafiar a la autoridad militar, con su propio armamento (…) Aquí hay que atajar esto ahora, antes de sea demasiado tarde”, concluyó el diputado. 

 

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