• En Tongoy las ocho juntas de vecinos trabajan en conjunto para temas que los involucran de manera común, a pesar que no son una unión de juntas de vecinos.
    En Tongoy las ocho juntas de vecinos trabajan en conjunto para temas que los involucran de manera común, a pesar que no son una unión de juntas de vecinos.
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Desde el estallido social, hasta la llegada de la pandemia las cosas se les han puesto cuesta arriba, pero no descansan realizando las funciones sociales para las que fueron elegidos por sus propios vecinos. Luego de mantener por casi tres meses un control social para evitar que llegara el coronavirus a esa localidad, consiguieron ser escuchados.

Ocho son las juntas de vecinos que existen en Tongoy, con dirigentes y dirigentas que conocen al dedillo los problemas que tienen sus vecinos y son los que mejor saben las necesidades de las familias de sus sectores y los sueños que tienen como comunidad organizada.

Durante el último tiempo han dado muestras de trabajar en equipo e incluso se tomaron la Ruta 5 Norte cuando se inició la pandemia exigiendo que se instalara un control sanitario, como eso no ocurrió, estuvieron casi tres meses con un control social a la entrada de la localidad con el objeto de no dejar entrar a cualquiera y evitar el ingreso del Coronavirus.

Finalmente consiguieron su objetivo, pero ya era un poco tarde, ya que el virus se había instalado en su sector y aparecieron los primeros contagiados.

El vocero

El vocero de estas juntas de vecinos es José Montero, presidente, además de la Junta de Vecinos Las Palmeras, quien en entrevista con diario El Día a cuenta de cómo los sorprendió el estallido social y posteriormente la pandemia. También da cuenta del trabajo que realizan y cómo muchos proyectos están a la espera luego dela llegada del Coronavirus al país.

José Montero está en su segundo período como presidente de su unidad vecinal y señala que todas las unidades vecinales son iguales y que no destaca una sobre la otra en términos de trabajo, indicando que para ser dirigente hay que tener cuero de chancho y tener harta empatía, porque  siempre tiene que colocarse en el lugar del otro y también tratar de cumplir con los proyectos ambiciosos de las unidades vecinales.

Cita como ejemplo que su junta de vecinos tiene 20 años y no cuentan con sede y en ese proyecto estaban trabajando hasta antes de la pandemia, donde se han estancado muchas ideas, aunque el SERVIU ya les cedió el terreno.

El vocero de las juntas de vecinos de Tongoy indica que ellos trabajan en conjunto, aunque no están organizados como unión de juntas de vecino.

Estallido social

Uno de los conflictos que debieron enfrentar a partir de octubre del año pasado, fue el estallido social, ya que esa situación ya había desestabilizado un poco el trabajo coordinado con el municipio. “Aunque en nuestro sector no hubo manifestaciones, desmanes, la gente se portó bien criteriosa, salieron algunas marchas a la plaza, pero más allá de eso no, pero igual eso es inquietante para nosotros como juntas de vecinos, porque somos parte de la historia de este país, porque antes de que Chile hiciera su primer cabildo, ya existían las juntas de vecinos”.

Indica que el estallido social continúa, porque hay muchas falencias en los sectores, como en Tongoy, donde hay falencias sanitarias, en lo laboral, educación

La pandemia

Sobre el Coronavirus precisa que hay cosas que deberían verse de una manera diferente, por ejemplo, indica que las autoridades se fijan en la vulnerabilidad y aplican ese 40%, pero “hoy la situación de la pandemia es totalmente distinta, no es como el tsunami o un terremoto, donde no somos afectados todos, pero con esto somos todos los habitantes afectados”.

Cita que para el reparto de cajas de mercadería se les solicitó un listado de 12 personas por junta de vecinos y solo en la de  él hay más de cien. En su caso envió 70, pero hasta ahora no se ha llegado a esa localidad con ninguna caja de ayuda.

Toma de carretera

Sobre la toma de la carretera y la barrera social que mantuvieron por casi tres meses, señala que eso fue porque no estaban siendo escuchados por las autoridades, pero reconoce que  el general Pablo Onetto se ha portado muy bien, se reunió con ellos y otras autoridades, pudiendo haberles aplicado la norma, porque lo que estaban haciendo no era legal.

“Nos permitió tratar de controlar el ingreso de las personas que venían a su segunda vivienda, a las que venían a pasear por el fin de semana. Tuvimos el respaldo a pesar de todo y le agradecemos al general Pablo Onetto”, señala, aunque igual entró el contagio.

 

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