• Una importante variedad de quesos llamaron la atención del público que degustó y compró también. Expositores se mostraron conformes, indicando que hubo una buena acogida por parte de la comunidad.
    Una importante variedad de quesos llamaron la atención del público que degustó y compró también. Expositores se mostraron conformes, indicando que hubo una buena acogida por parte de la comunidad.
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Pusieron a disposición una serie de productos artesanales que son parte de sus emprendimientos. Desde huevos de campo, quesos, almácigos, cocina y hasta antigüedades estuvieron a la venta. Con este espacio el municipio pretende que vayan recuperando sus ventas, las que se han visto mermadas por el estallido social que ha afectado a La Serena como al resto del país.

Cientos de personas fueron las que llegaron hasta calle Prat de la Serena, la que se cierra entre Balmaceda y O’higgins para dar espacio a los pequeños emprendedores, especialmente del mundo rural para que puedan exponer y vender sus productos, los que son variados y de excelente calidad.

Los expositores quedaron conformes e indicaron que llegó mucho más gente de la que tenían presupuestada y calificaron como una buena alternativa poder exponer sus productos en la capital regional, puesto que los emprendedores rurales llegaron desde distintos puntos de la región.

Queso de cabra, aceitunas sajadas y naturales, mermeladas, huevos, pan de pascua solo con miel, almácigos de tomate rosado, entre un gran número de productos hubo para elegir.

Chef y papayas

Edgardo Aguilera, chef y socio de Mercado de La Tierra, que estuvo presentando platos en la ruta de la papaya, cuyo objetivo es el rescate de los frutos locales.

El profesional de la cocina dijo que “hoy en día no se ve tanto como antiguamente, donde había más de 300 mil hectáreas de papayos, hoy en día no llegamos ni siquiera a los cien y el Mercado de La Tierra se ganó un proyecto el cual se basa en el rescate de la papaya y que volvamos a la gente común y corriente o los productores vuelvan a su cultivo”.

Llamó al consumo de este fruto de la zona, el que están potenciando con una serie de platos como parte de la gastronomía. Eso motivó que en este boulevard ofrecieran un taller y una charla sobre el uso de la papaya en la cocina. Por ejemplo, se preparó un postre con quinoa de Salamanca, papaya, damascos y ciruelas de la zona.

“La idea es que la gente se atreva a consumir y a cómo utilizar los productos. A la gente le encantó, fue todo innovador”, señaló Edgardo Aguilera.

Buena apuesta 

La actividad fue calificada por los asistentes como una buena idea y una buena apuesta para el inicio del verano y para apoyar a quienes llegaron con productos de excelente calidad y libres de cualquier tipo de contaminación.

Por eso, Adela Becerra señaló que le gustó los “variados tipos de queso, unos bien maduros y otros más frescos, me sorprendió la calidad y lo rico que están”, señaló.

Manuel Cortés prefirió las aceitunas  sajadas con amargo, ya que señaló que “son buenas para bajar el azúcar. En este tiempo cuesta encontrar, porque no es época de cosecha y porque quedan pocas partes donde no le apliquen soda cáustica o ácido acético. Tienen que ser al natural, solo agua y sal, como las tienen acá”, sostuvo.

Para Verónica Pardo, le sirvió como un buen paseo de fin de semana. “Salimos a recorrer  y a caminar un poco y nos encontramos con esta feria, me gustan las antiguedades y los libros y hay harto donde elegir. Por ahí me encontré con una máquina manual como la que usaban los almacenes para vender en aceite. Así era en el almacén del barrio cuando mi mamá me mandaba con una botellita a comprar un cuarto de aceite”, recordó.

 

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