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Efe
Se espera que dentro de los próximos días, las autoridades sanitarias anuncien los pasos a seguir en el esquema de inoculación. El refuerzo estaría justificado por la disminución de anticuerpos luego de seis meses de la primera vacuna y la elevada carga viral producto de nuevas variantes.

La crisis sanitaria en Chile, producto del covid-19, cumplirá en pocos días 14 meses. Según cifras oficiales emitidas por el Ministerio de Salud (Minsal), a la fecha hay más de 32 mil personas con contagio activo, mientras que el número de fallecidos asciende a 38 mil, entre casos confirmados y probables. 

El lunes pasado, la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, confirmó que el mes de julio será clave para el proceso de vacunación masivo que se está llevando a cabo en el país. La autoridad explicó que aquellas personas que se inocularon en febrero con la vacuna Coronavac, del laboratorio Sinovac, podrían necesitar una tercera dosis en septiembre. El anuncio se hará de acuerdo con los datos analizados por la Universidad Católica y el equipo de investigación a cargo del estudio clínico. 

ALTERNATIVA PARA ELEVAR LA PROTECCIÓN

Si bien las autoridades sanitarias no han entregado mayores antecedentes, el presidente Sebastián Piñera dijo en un acto público que “esta decisión la vamos a tomar pronto”, palabras que fueron rápidamente interpretadas como una inminente decisión. 

En ese sentido, expertos de la zona coinciden que hay varios motivos que podrían justificar una tercera dosis y llamaron a la población a confiar en las decisiones basadas en la evidencia científica.

La doctora en Salud Pública, epidemióloga y académica de la Universidad de La Serena, Paola Salas, comentó a El Día que de acuerdo al seguimiento de personas vacunadas en estudios de cohortes multicéntricos, es decir realizados en varios países, se ha logrado determinar que después de una cierta cantidad de tiempo la carga de anticuerpos disminuye notablemente. 

“Se sabe con certeza que aquellos que se inocularon primero comienzan a disminuir la inmunidad frente al covid-19, más o menos al sexto mes, y por eso se ha planteado la necesidad de reforzar la vacunación para que se vuelva a activar el sistema inmune”, precisó. 

La experta agregó que la inmunidad de otras vacunas suelen ser más estables, como en el caso del sarampión, donde la respuesta del organismo puede durar 20 años, sin embargo, recordó que estamos frente a una enfermedad respiratoria “muy parecida a la influenza” y donde los estudios preliminares ya planteaban una inmunidad de no más de un año. 

Por su parte, el secretario del Colegio Médico regional y docente de la Universidad Católica del Norte, Dr. Fernando Carvajal, explicó que habrían al menos dos factores a considerar en una tercera inoculación. Primero que “todo lo relacionado” al covid-19 está en una etapa de “desarrollo” y que hay áreas “poco conocidas” como el periodo de inmunidad y, en segundo lugar, la elevada carga viral producto de la aparición de nuevas variantes. 

“Una tercera dosis parece ser una medida de salud pública que podría reforzar la capacidad de respuesta de la población. Hoy estamos en una instancia de carga viral muy alta y los riesgos de enfermarse son, por lo tanto, muy altos”, comentó. 

UN MENSAJE DE CONFIANZA

La doctora en inmunología y divulgadora científica, Marcela Gatica, precisó que en esta oportunidad debe haber un mensaje claro por parte de las autoridades, ya que “la comunicación de riesgo no ha sido la más adecuada” y que debe existir una campaña apuntada a responder el “porqué” de una tercera dosis. “Hasta el día de hoy no entiendo por qué no se ha sacado una campaña de educación para llegar de forma certera a los distintos grupos de la población”, afirmó. 

Salas coincide con Gatica y recuerda que en momentos donde hay mayor carga viral “necesitamos un sistema de anticuerpos activos” para no generar la enfermedad en etapa grave ni mucho menos que implique una hospitalización. 

La epidemióloga llamó a la calma y a no desconfiar, puesto que las decisiones se tomarán de acuerdo a factores sanitarios, técnicos y, lo más importante, visados por las sociedades científicas a través de múltiples estudios. 

“Las personas que ya se vacunaron y no tuvieron dificultades confiarán y entenderán que una tercera dosis es parte del proceso de vacunación, ahí no hay confianzas que ganar. El problema se da en aquellos que todavía no se adhieren al proceso y están ingresando a las UCI”, reflexionó. 

EL ESQUEMA 

Respecto al grupo objetivo de los ya vacunados, los expertos consultados por nuestro medio aclararon que por ahora solo se estaría analizando esta opción en aquellos que se vacunaron con Sinovac.

La académica de la ULS añadió que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó continuar con la misma fórmula de inoculación, es decir, si un organismo respondió favorablemente a determinado mecanismo de acción no hay necesidad de someterlo a una nueva prueba. 

“Lo que está claro es que debe ser con el mismo mecanismo de acción. Por ejemplo, la de Sinovac es de virus inactivo y es compatible con la de Cansino, mientras que la de Pfizer lo es con la de Astrazéneca que son de ARN mensajero”, sentenció. 

En ese punto, el representante del Colmed regional dijo que el gremio apoya todas aquellas medidas “basadas en la evidencia científica” y que se debe esperar un poco más para conocer los antecedentes de esta importante decisión frente al combate de la pandemia. 

“Todo esto está en evaluación, depende de muchos estudios y la decisión aún no está clara. En el caso chileno, la necesidad de un refuerzo en la vacunación tiene que coincidir con la capacidad logística”, cerró. 

 

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