Inauguran la primera planta de economía circular para crustáceos en Coquimbo

Este viernes, el camino para diversificar la matriz productiva de la Región de Coquimbo, dio un nuevo paso, al inaugurarse la primera planta de economía circular de la zona y de todo el norte de Chile.

Se trata de una unidad productiva perteneciente a la empresa pesquera Rymar, y que a través de su filial (Crustanic) procesa crustáceos (langostinos y camarones) aplicando precisamente los principios de la llamada “economía circular”: reducción, reutilización y reciclaje de todos los elementos de la cadena productiva.

Se trata en definitiva, de elaborar una serie de bioproductos a partir de elementos que, hasta hace unos pocos años, eran considerados como desechos, por ejemplo en este caso, la cáscara de camarones y langostinos. Es así como estos remanentes de la cadena productiva – hoy transformados en materia prima – significan para la empresa un total de 3.200 toneladas al año, monto suficiente como para que sus fundadores, hace casi dos décadas, y con algunas dificultades entre medio, decidieran apostar por la innovación y entregar valor a su producción.

Y es que el objetivo es aprovechar las cualidades organolépticas, nutricionales y funcionales de estos descartes del procesamiento del camarón y langostinos. Así, dieron origen a dos productos: quitosano, polímero cuyo uso está orientado a la industria agrícola como un fungicida, y salsa de camarón, orientada a la gastronomía.

Una apuesta de futuro

La planta inaugurada ayer en el Barrio Industrial de Coquimbo, cuenta con alta tecnología para el desarrollo de la actividad, la cual implicó una inversión que alcanzó los 2 millones de dólares. Pero además, la puesta en marcha de ésta, implicó la contratación de mano de obra en momentos de fuerte desempleo en la región.

Su puesta en marcha se lleva a cabo además, en el marco del Programa MásMar y por ello, contó con un aporte de 40 millones de pesos, a través del Programa de Apoyo a la Inversión Productiva para la Reactivación (IPRO) de Corfo, financiado por el Gobierno Regional de Coquimbo.

Al respecto, uno de sus fundadores, Sebastián Rubio, señaló que “siempre tuvimos en la cabeza de que la cascara para nosotros era un tema importante. Es el 85% de nuestra materia prima, y siempre tuvimos la idea de aprovechar el residuo”.

Explica, que hoy día, junto a su socio “estamos muy motivados con esta iniciativa, porque estamos convencidos de que esta estrategia es el futuro: aprovechar la cascara. Hoy día estamos apuntando al tema agrícola y gastronómico, pero además, esto tiene aplicaciones en la medicina, en la cosmética, así como en la industria de alimentos”.

En ese sentido, asegura que la planta está preparada “para salir al mundo”, pues “hemos hecho una inversión bastante importante, y por eso la idea es aprovecharla en un 100%, ya sea con los residuos de los camarones, y quizás con algunos otros de los bioproductos de la zona”.

Por su parte, Williams Mauad, también socio y fundador de Rymar, señaló que este proyecto en realidad, “recién está comenzando. Creo que es el comienzo de un Rymar 2.0, ya que hoy día, después de estar 20 años procesando y vendiendo en el mercado nacional, ostiones, camarones y langostinos, estamos apostando por la tecnología, por desarrollo e investigación de bioproductos. El futuro es alentador para nosotros como empresa y para la región, la verdad”.

Aporte a la economía y a la sustentabilidad

Para las autoridades que estuvieron presentes en la inauguración de la planta, ésta llega en un momento justo para la región, en que se requieren nuevas inversiones para movilizar la economía, pero apostando también por una actividad que sea sostenible con el medio ambiente.

Osciel Velásquez, presidente del Programa MasMar, señala que el mar “nos ha dado muchas señales y hoy toca escucharlas. Aprovechar y sustentabilizar los recursos es vital para seguir avanzando con la labor pesquera de forma sana. Esta planta es un paso muy grande para reafirmar el compromiso de los trabajadores del mar de cuidar nuestros recursos, a través de la innovación, la investigación y el trabajo conjunto".

En esa misma línea, el director regional de Corfo, Gregorio Rodríguez, sostuvo que “los modelos lineales de producción están agotados. Por eso cualquier proceso productivo tiene que considerar qué es lo que va a pasar con el descarte, qué va a pasar con aquellas huellas de carbono y la huella hídrica también”.

“Por eso creemos”, agrega, “que esta iniciativa es un punto de partida para hacer mucho más. De hecho, queremos que todos los proyectos de nuestra región tengan un componente de economía circular y generen un triple impacto: económico, social y ambiental”.

Por su parte, el intendente Pablo Herman, relevó la importancia de poner a punto una industria de estas características en medio de la coyuntura económica que vive la región.

“La reactivación económica es fundamental en estos momentos, siempre con los resguardos correspondientes por la situación de Salud que estamos viviendo, y bueno, aquí lo importante es que hay un futuro sustentable, una economía circular que va a generar mano de obra para personas de la comuna de Coquimbo y la región”, expresó.

Anualmente, se estima que 2 millones de toneladas de los residuos de camarones y langostinos se destinan a la producción de quitosano, lo que se traduce en 1.200.000 litros al año de este derivado, por lo que esta nueva planta aumentará el rendimiento de esta materia prima desde un 15% a un 90%.