No es complejo observar que la evolución de los países, en términos de sus índices de desarrollo, es muy distinto unos respecto de otros, lo cual con frecuencia se clasifican a unos como ricos y a otros como pobres.

La diferencia entre los países pobres y los ricos ¿será por su antigüedad? Sabemos que, por ejemplo, India y Egipto tienen miles de años de antigüedad y son pobres, por otra parte; Australia y Nueva Zelanda son nuevos y hoy son países desarrollados y ricos, podemos deducir que el factor de éxito no es la antigüedad.

¿Estará el éxito relacionado con los recursos naturales que dispone un país? Pareciera que no porque Japón, por ejemplo, tiene un territorio muy pequeño y montañoso que no sirve para la agricultura ni la ganadería y, sin embargo, es una de las grandes potencias mundiales. En contraste podemos observar otro ejemplo: Suiza, un país que sin océanos, no obstante, tiene una de las mayores flotas náuticas del mundo y, además siendo un país pequeño, es considerada la “caja fuerte” del mundo.

¿El éxito será proporcional a la inteligencia de las personas? Tampoco parece que es fundamental porque los estudiantes de países no desarrollados que emigran a los países ricos, consiguen resultados excelentes en su educación. ¿Entonces será la raza lo que hace la diferencia? Tampoco es importante dado que en los países del centro de Europa y en los nórdicos, podemos observar que los latinos y africanos demuestran ser la fuerza productiva de esos países.

Entonces... ¿qué hace la diferencia?... Es la actitud de las personas lo que hace la diferencia. Al estudiar la conducta de las personas en los países exitosos se descubre que para la mayor parte de esa población lo que más valoran y respetan son: Lo ético como principio básico, el orden, la integridad, la  responsabilidad, los deseos de superación, el respeto a las normas, el respeto a los demás, el amor al trabajo y el esfuerzo por la economía.

Despejado que es la actitud de las persona que hace la diferencia para tener éxito en la vida, me ha parecido importante compartir además  que una investigación a nivel mundial realizada por Consortium for Research on Emotional Intelligence in Organizations, arrojó que el coeficiente de éxito de las personas, se debe en un 23% a las Capacidades Intelectuales y en un 77% a las Aptitudes Emocionales.

Todo lo planteado tiene un profundo significado porque para nuestro gobierno liderado por el presidente Sebastián Piñera, lo más importante son las personas y sus familias. Esta es la razón por la cual el programa de gobierno comienza con un llamado a la unidad y a la solidaridad, porque sólo con familias unidas y fuertes podremos hacer de Chile un país verdaderamente integrado, humano y feliz y, depende netamente de la actitud que tomemos.

Nuestra gran misión es potenciar las capacidades de las personas y mitigar sus temores, poniéndolas a ellas precisamente en el centro de toda nuestra política social. Es por ello que queremos más trabajo para las familias y no más familias para el trabajo, tal como lo ha afirmado nuestro presidente. Siempre en miras a aspirar a tener mayores oportunidades y seguridades para una mejor calidad de vida.

 

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