Comercio de la conurbación lanza duras críticas a municipios por labor contra ambulantes

El pasado jueves se vivió una situación de extrema violencia en las calles de Coquimbo. Durante una fiscalización por parte de funcionarios de Seguridad Ciudadana y Carabineros en el sector de Aldunate en la comuna puerto, se le solicitó la cédula de identidad a un comerciante ambulante quien se negó a entregarla. Tal como dicta la normativa, la policía debió proceder a su traslado a un recinto policial, algo que generó la ofuscación del vendedor ilegal quien opuso una férrea resistencia. 

No estaba solo. De inmediato otros ambulantes, e incluso personas que compraban en el lugar, intentaron defenderlo lo que produjo un fuerte enfrentamiento que terminó con un efectivo policial lesionado.  

Situación que grafica una realidad

Lo ocurrido en Coquimbo no hace más que ejemplificar una realidad que se viene dando hace años en ambas ciudades de la conurbación: el problema del comercio ambulante ilegal y la violencia con la que actúan estos vendedores frente a la autoridad al ser fiscalizados. 

En La Serena, por ejemplo, a finales de diciembre cuando el edil Roberto Jacob decidió no cerrar las calles para la tradicional feria navideña que se realiza en el centro, poco les importó. Los vendedores ilegales actuaron por su cuenta y sin ningún tipo de permiso impidieron el paso de los vehículos ante la sorpresa tanto de Carabineros como de los inspectores municipales que prefirieron no hacer nada para evitar episodios de violencia que pudieran pasar a mayores. 

¿Sin solución?

Desde los municipios de La Serena y Coquimbo han anunciado medidas tendientes a tener departamentos de Seguridad Ciudadana y de Inspección Municipal más fortalecidos, no sólo para combatir el comercio ambulante, sino que también para hacer frente y colaborar con el resguardo del orden en determinadas situaciones en el contexto del estallido social, sin embargo, para los presidentes de las cámaras de comercio de ambas ciudades, no ha sido suficiente. Pero ya iremos a ello. 

Consultados los respectivos encargados, resaltaron que se están haciendo esfuerzos por aumentar el contingente y por dotarlos de mayores herramientas, al menos en el sentido práctico. El coronel (R) Francisco Opazo, jefe del departamento de Seguridad Ciudadana del municipio de Coquimbo manifestó que existe un proyecto que se debiese materializar en los próximos días para reforzar a los inspectores, tanto a los que fiscalizan patentes, alcoholes y tránsito, como a los que cumplen una labor más preventiva que son los que “se enfrentan” a los vendedores ilegales del centro.

En primer término se refirió a los hechos del día jueves y aseguró que los comerciantes no establecidos contaban “con la simpatía de la gente” lo que dificultaba los controles. Ahora bien, no por eso dejarán de fiscalizar junto a Carabineros.

“Lo que estamos haciendo como municipio a través del alcalde Marcelo Pereira es reforzar la prevención por un lado, y lo que es la fiscalización. Por ello nosotros tenemos constantes reuniones con las policías y los diferentes organismos, para regular esta situación (…) Además, pese a que no podemos usar armamento sí nos vamos a reforzarnos prontamente con chalecos anticortes, y bastones retráctiles que en definitiva son elementos de defensa en caso de agresión hacia nuestros inspectores”, especificó. 

Respecto a la dotación, aclaró que ya había aumentado en el mes de agosto de año pasado, y en este minuto son 23 los inspectores que trabajan directamente en Seguridad Ciudadana. “A estos se suman los inspectores del departamento de inspección municipal que tienen una cantidad mayor de funcionarios con los que trabajamos en conjunto y de manera coordinada”, expresó el ex oficial de Carabineros. 

Guardias en La Serena

En la capital regional la labor de los inspectores también se ha hecho compleja, según asegura el encargado de Seguridad municipal, Gonzalo Arceu, sobre todo porque la gente que trabaja de manera ilegal en la calle, “ha perdido el respeto por todo” y las fiscalizaciones y el control sino es con presencia policial muchas veces no da resultado. 

Se pensaba que con la incorporación de 15 nuevos trabajadores, que estarían focalizados sólo en al casco histórico, la situación mejoraría al menos respecto al eterno problema del comercio ambulante, pero aquello no ha provocado una disminución de éstos.

“Lo que pasa es que ellos están cada vez más violentos, y si no está Carabineros con nosotros es muy poco lo que se puede realizar. Te pongo como ejemplo la ordenanza que sacamos hace poco en la que estamos multando a quienes compran a los ambulantes, pero la gente se niega a cumplir, porque al momento de solicitar el carnet, para saber la identidad y cursar el parte se niega, y de mala manera. Muy irrespetuosos con los inspectores, ahí nuestros funcionarios han sido muy cuidadosos porque entrar en un conflicto sería peor”, explicó Arceu. 

Al igual que Opazo, sostuvo que otro de los puntos que les juega en contra es que las personas, ante cualquier situación que se realice se van en contra de los inspectores. “Hemos tenido inspectores agredidos, incluso, porque la mayoría que ejerce el comercio son mujeres, por lo que se dificulta aún más el tema, porque pasan rápidamente a ser las víctimas quedando nosotros como los malos cuando queremos actuar”, precisó. 

De todas formas, Arceu aseguró que como municipio continuarán luchando por mitigar esta problemática y en ese sentido seguirán con la ordenanza de multar a los compradores, y reforzando a los funcionarios. “Pero necesitamos trabajar en conjunto con Carabineros para que todo esto que hacemos desde el municipio pueda ser puesto en práctica”, señaló. 

“Trabajo insuficiente"

Tal como lo señalábamos, pese a los esfuerzos, el gremio del comercio formal no está para nada conforme con los resultados de las medidas de los municipios. Fernando Guzmán, de la Cámara de Comercio de Coquimbo, aseguró que la labor de los inspectores en el puerto era deficiente.

“Nosotros creemos que no están preparados para esta labor, porque no es fácil y los inspectores se intimidan fácilmente. Aquí  tenemos que tener gente muy resuelta, que no se intimide, entonces tiene que ser gente muy preparada y sobre todo bien resguardada para poder hacer esto porque todos sabemos de los ataques que han sufrido los propios Carabineros. Es decir, lo que yo te puedo comentar es que no vemos mucha acción de los inspectores en la calle y como resultado Coquimbo está lleno de ambulantes”, aseveró Guzmán. 

De igual forma, hizo hincapié en que las infracciones para quienes ejercen la actividad ilegal de vender sin permiso, es muy baja. “Hay multas que muchas veces ni se pagan, o bien las pagan y vuelven a vender, porque aquí hay que derribar un mito: no toda la gente que vende ahí es gente de escasos recursos, muchos son personas que simplemente teniendo los recursos no quieren formalizarse. Hay gente que tiene vehículos muy modernos, incluso extranjeros que llegan en furgones de lujo a repartir su mercadería”, criticó. 

Patricio Araya, presidente de la Cámara de Comercio de La Serena, igualmente realizó una crítica, fundamentalmente a labor de los 15 nuevos inspectores que comenzaron a trabajar en diciembre en el casco histórico. A su juicio, “es dinero perdido” por parte del municipio serenense, ya que “no han sido ningún aporte a la solución de este problema. Se pasean por el centro a ver si ocurre alguna cosa, pero no controlando al comercio ilegal. Yo creo que lo que intentan es ser disuasivos ante eventuales actos de delincuencia”, aseguró. 

Indicó que si los inspectores realizaban algún trabajo que fuera poco visible por parte de la comunidad, debiesen comunicarlo, porque si no “queda la sensación que no hacen nada. Nosotros le manifestamos nuestra posición al municipio en la mesa de seguridad que tenemos y la verdad de las cosas es que lo único concreto que se ha hecho fue que le van a dar un lugar a la gente que vende verduras, pero los otros van a quedar”, manifestó Araya. 

Vacío legal

Desde Carabineros, el Prefecto de Coquimbo, comandante Carlos Rojas, reconoció la labor de los inspectores municipales, quienes muchas veces se ponen en riesgo a sabiendas de la agresividad de los vendedores ilegales. 

No se manifestó respecto a si se les deberían otorgar mayores atribuciones para ejercer su labor, pero enfatizó que mediante la agenda corta antidelincuencia del 2016 se habían especificado nuevas facultades a estos trabajadores. “Aquellas personas que dificulten, que impidan el ejercicio del inspector municipal serán sujeta de una multa según esta normativa”, explicó Rojas. 

Sin embargo, todavía existen vacíos legales que dificultan el trabajo de los funcionarios, ya que en ningún caso pueden obligar a las personas a mostrar su carnet de identidad, pese a que para algunas de sus labores es indispensable.

“Algunas de las tareas de los inspectores son controlar la ley de rentas municipales, por ejemplo, por lo que se requiere el carnet de identidad de la persona, pero si ésta se niega, el inspector no tiene la facultad legal de poder exigirla porque podríamos estar en presencia de un control de identidad, y esa facultad es exclusiva y excluyente de las policías”, manifestó Rojas. 

En este escenario admitió que se hacía indispensable el acompañamiento por parte de Carabineros, en dos sentidos. “Primero en cuidar la integridad física del inspector y por otra parte, ejercer la labor de pedir la cédula de identidad donde el controlado tiene la obligación de otorgarla”, sostuvo el prefecto, agregando que para estos efectos, “la institución siempre está disponible de ser requeridos”.