• El diputado Andrés Longton se mostró partidario del Aprueba y de reestructurar la institución de Carabineros.
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Lautaro Carmona
El parlamentario se refirió al fracaso de la acusación constitucional en contra de la magistrada Silvana Donoso, reconociendo que fue frustrante para él, porque señala que primaron las lógicas políticas por sobre los hechos.

El diputado Andrés Longton Herrera, RN, quien estuvo en la zona promoviendo el apoyo al Apruebo para el próximo plebiscito, en entrevista con diario El Día, dio cuenta de su rol y accionar como parlamentario, pero también se refirió a temas contingentes y a la fallida acusación constitucional que inició en contra de la jueza Silvana Donoso.

¿Qué ha significado en su vida ser diputado, porque no se perfilaba para eso?

“Las vueltas de la vida, pero a mí siempre me gustó lo público, principalmente por la formación, mi infancia fue entre juntas de vecinos, compartir con señoras en una población inaugurando una cancha, porque mis padres como estaban tan abocados a la política, mi padre era diputado y mi madre alcaldesa, yo compartía mucho con ellos en su lugar de trabajo. Entonces, pasé gran parte de mi infancia entre la alcaldía de Quilpué y el Congreso. Hoy día el Congreso para mí es como mi segunda casa, el olor me recuerda a mi padre, todo. Los funcionarios me conocen de chico. Los pasillos me traen recuerdos muy bonitos, porque ahí yo vi los mejores años de mi padre. Mi paso por la política no es tan sorpresivo si uno lo mira así. Cuando salí de la universidad me fui a trabajar a la seremía de Educación, nunca me vi trabajando en un estudio político ni en lo privado a mí me gustaba lo público, porque creo que tiene un nivel de realización mayor, porque estás trabajando no solo para ti, sino para lograr cosas para la gente, por un bien mayor. La recompensa no es solamente tener un sueldo para sostener una familia, sino poder hacer algo por el país y por la gente, eso a mí en lo personal me realiza mucho. Cuando me fui a trabajar a un reality se pensó ya chao, la labor en lo público o lo político se postergó, pero creo en el destino y creo que las vueltas de vida siempre te terminan dejando en el lugar donde tienes que estar. Me di la vuelta larga, pero terminé donde yo creo tenía que estar”.

¿Tuvo aprehensiones de la política?

“Aprehensiones respecto a lo duro que es la política a lo mal que lo puedes llegar a pasar, principalmente por la gente que te rodea muchas veces, las deslealtades, las ambiciones, el daño que te quiere hacer la gente, principalmente por ambiciones de poder, por egoísmo”.

¿Ese era un mundo que no conocía?

“Era un mundo que yo no conocía, pero había visto que mis padres lo pasaron muy mal; mi papá los últimos días lo pasó muy mal, mi mamá también lo pasó muy mal, entonces yo oía el dolor de mis papás y decía chuta, yo no quiero pasar por esto, no quiero vivir este dolor de nuevo. Yo creo que es más doloroso cuando lo vive un padre, una madre, pero también tenía esas aprehensiones y mi mamá las tenía y me lo dijo, pero yo le dije esto me gusta”.

¿Pero la política también tiene que haberle dado satisfacciones en el Congreso?

“Sí, yo era funcionario del Congreso cuando tomé esta decisión, había quedado por un concurso, tenía una buena pega, pero siempre he creído que en la vida uno tiene que tomar riesgos para perseguir aquello que te hace feliz por muy idealista que suene, pero uno  en la vida tiene que perseguir las pasiones y lo que siente de adentro, que realmente te va a realizar como persona y era una pega que me podía realizar como persona, porque lo había visto en mis papás, había visto el contacto con la gente, la labor social, una pega súper bonita. Yo sé que la gente tiene una mala percepción de los políticos en general, pero es como entrar a un barrio y decir mire, hay un gallo ahí que entró a robar y es un ladrón, pero no quiere decir que todo el barrio lo sea. Cuando se generaliza no está bien, mis padres hicieron una labor muy honesta, de corazón, siempre de frente, con convicciones muy claras y eso les trajo muchos enemigos”.

¿No cree que los políticos en cierto modo se han ganado ese prestigio?

“Creo que sí, pero no todos, lamentablemente en este país quienes hacen mal las cosas destacan más de quienes lo hacen bien. Eso  vende más, el morbo vende más, el escándalo vende más, la corrupción vende mucho más. No digo que no haya, la hay, pero no hay que generalizar, es como todas las instituciones, como todos los trabajos, no todos son iguales, no todos entran a la política a enriquecerse. Mis padres no se enriquecieron, una de las razones que yo creo que mi padre terminó falleciendo, le dio un ataque al corazón, es por las carencias económicas que tenía, por lo carísimo que eran las campañas, sobre todo cuando las perdía. Las ganó gran parte de su vida, pero gran parte de su vida estuvo endeudado, mi mamá también”.

Ese es un problema que enfrentan todos los chilenos.

“Lo enfrentan todos los chilenos, pero a lo que voy yo es que esa realidad también está en política. No todos los políticos entran a la política para enriquecerse o para cumplir una finalidad distinta a la que es el servicio público y la finalidad esencial de la política que es ayudar y ser una herramienta para poder sacar de las carencias a muchas personas, para tener un mejor país. No todos están en la misma, a eso voy y entré en la política porque me gusta, porque me apasiona y el día que no lo haga, el día que esté cansado y quiera hacer otra cosa, voy a dejarlo. Por eso voté a favor del límite a la reelección, por eso estoy a favor de que no se perpetúen políticos en determinados cargos, que se pueda ir evolucionando, cambiando, dando paso a nuevas generaciones”.

¿Fue doloroso perder la acusación constitucional contra la jueza  Silvana Donoso?

“Fue frustrante lo de la ministra Donoso, lo que me pasó en el Senado. Fue frustrante porque imperaron las lógicas políticas por sobre la fuerza de los hechos y eso te denota un poco que todos los grande temores de la sociedad respecto a la política se hacen realidad y yo lo viví siendo político. Entonces, que al final los hechos y lo que había pasado quede en segundo plano, porque el ser de izquierda o de derecha, o el temor  reverencial respecto a sacar a alguien del Poder Judicial, o el lobby directamente, o la influencia, terminen imperando es precisamente lo que la gente reclama día a día. Lo viví siendo diputado, por eso dije que me sentí una hormiga frente al Poder Judicial, porque esta no era una acusación ni de izquierda ni de derecha, siendo su principal virtud, era su principal defecto, porque no tenía abanderizada ni a la izquierda ni a la derecha. Hoy día cuando presentas una acusación constitucional, por ejemplo, contra el exministro Mañalich o la ministra Cubillos, es importante saber de qué sector venga para ver el apoyo, no importando si en los hechos jurídicos o políticos hay responsabilidad o no, pasando a segundo plano, importa qué sector se impone sobre el otro. Lo de la jueza Donoso era distinto, teníamos una negligencia evidente, falta de diligencia, pega que no se hizo, donde se demoraron dos minutos en liberar a asesinos y a delincuentes peligrosos. No se miraron los antecedentes como nunca antes se había hecho, se liberó a más del 93%, a  1.128 internos de manera negligente y con una desidia clara. Entonces, en la cámara imperaron esos hechos, pero fue muy difícil, porque hubo conglomerados que se atrincheraron en sus sectores políticos, que guardaron silencio. Hubo muchos que iban a firmar la acusación, pasaban cuatro o cinco días y te decían, ‘no la puedo firmar’. Pero en el Senado, parecía que muchos tenían la decisión tomada de ante mano, eso me provocó frustración, porque sabía que el Senado era difícil”.

¿Cuándo emprende esta acusación no tenía claro que remover a un juez en Chile es casi imposible?

“Es casi imposible, lo tenía claro. Los antecedentes que teníamos eran del juez Cereceda el año 1992, pero el ministro se había removido por cosas mucho menores y no con el nivel de gravedad de la ministra Donoso, se le terminó sacando porque se demoró más de cinco meses en dictar una sentencia en un caso de violaciones a los derechos humanos. Era una acusación impulsada por la izquierda y terminó siendo aprobada con votos de la centroderecha. También , da lo mismo los motivos. Yo sabía lo difícil que era sacar a una jueza de la República, pero esta jueza en particular tenía unas redes de poder que yo no había visto antes en mi vida y no creo que vuelva a ver”.

¿Cree que eso influyó para que enfrentara con tanta tranquilidad la acusación?

“Yo creo que influyó mucho, porque al final el amiguismo, el llamado telefónico, las relaciones personales. La red de poder de los jueces es muy grande, los abogados integrantes quién los nombra, los jueces de las cortes. La academia judicial… Hay una red de poder que se blinda entre sí, que es un porcentaje menor en nuestra sociedad, pero que tiene mucha influencia, en los medios, en los poderes económicos, etcétera. Entonces, eso se va cerrando y va generando una defensa corporativa que es mucho más grande que blinda de mucho mejor manera a una ministra de corte, que todos sabemos el poder que puede llegar a tener, sobre todo el Poder Judicial que salió con una defensa corporativa irracional, impresentable a mi parecer, porque de alguna manera le decían cómo tenía que votar el Congreso. O sea, se metían en las atribuciones y decisiones de otro poder del Estado, cuando ellos son los primeros en saltar cuando uno critica una decisión judicial”.

¿Piensa que el Poder Judicial es intocable después de lo que pasó?

“Creo que fue una señal súper potente, porque llegamos al Senado y muy pocos tenían fe de que llegáramos al Senado. Además que quedaron en evidencia hechos súper relevantes. Muchos de los senadores que votaron en contra fueron muy duros con la negligencia. Dijeron no es notable, pero claramente hay abandono de deberes. El deber de cualquier juez de la República es mirar los antecedentes antes de tomar una decisión”.

¿Y de qué sirvió la acusación?

“Una señal súper clara de que sí sirvió y fue una señal súper potente, es lo que pasó la semana pasada. En la Región de Valparaíso se liberó al 7% de los que postularon a la libertad condicional, una rebaja del 82% respecto a los mismos jueces que habían tomado la decisión en abril. Es decir, hubo una decisión tomada en abril antes de la acusación y una decisión muy distinta respecto al número a la tomada en octubre. Estamos hablando del 7% versus un 40 y tanto del primer semestre, con los mismos jueces. Por lo tanto, fue una señal potente de que estamos atentos a este tipo de decisiones”.

Lo cambio de tema, ¿por qué va a votar por el apruebo?

“Me decidí muy rápidamente a votar por el apruebo después del acuerdo del 15 de noviembre, porque el estallido social y la crisis que vivimos en nuestras instituciones develó que necesariamente tenemos que construir un Chile en que nos sintamos identificados todos respecto a la base con la cual empezamos a construirlo y creo que no hay hito más relevante, más importante de nuestra sociedad, que marca el eje de cómo se implementan y desarrollan las políticas públicas y la legislación en general que es la Constitución. Si tenemos una Constitución que nos divide es muy difícil construir el Chile que queremos”.

¿Qué piensa cuando los partidos de oposición señalan que la derecha está votando apruebo subiéndose al carro de la victoria?

“Eso no cuenta para nosotros, porque desde el día uno, del 15 de noviembre en el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución. Desde ese día gran parte de la centroderecha estaba arriba del carro, se empezaron a bajar, pero en ese carro nosotros seguimos arriba, que se hayan subido algunos al final eso es otra cosa, pero nosotros siempre estuvimos arriba, porque creímos de un comienzo que esta era una vía de salida para poder enfrentar todos los problemas sociales que vivimos.  Ha habido cambios en la Constitución, pero siempre hay una minoría que va a estar impidiendo cambios, porque el texto escrito le es conveniente. Van a avanzar en lo que sea más conveniente, por eso pongo el ejemplo de los senadores vitalicios, los cambiamos el 2005, después de 15 años, pero cuando a mi sector le era conveniente”.

Que unos pocos se vean beneficiados con la Constitución es parte de que Chile sigue siendo un país binominal, ¿no le parece?

“Claro, es parte de lo que ha seguido siendo Chile y hoy queda en evidencia con un  multipartidismo tan marcado en el Congreso, por eso hoy es tan difícil llegar a acuerdos, priman los extremos y los moderados están invisibilizados. Tenemos un hiperpresidencialismo que maneja la agenda del Congreso, pero tenemos un Congreso que no quiere avanzar, porque no está de acuerdo con la agenda del gobierno. Al final tenemos un Congreso paralizado, en trinchera, con un Parlamento que cada vez se siente menos partícipe de los cambios y eso hace que tomen medidas extremas y muchas veces irracionales, como acusar constitucionalmente, avanzar en proyectos que son inconstitucionales”.

Con el estallido social y la pandemia la gente se ha empobrecido, ¿es partidario de un segundo retiro del 10% de las AFP?

“Estoy en reflexión, pero creo que no se puede ocupar como cajero automático, no creo que sea bueno que la gente pague con sus propios recursos una obligación que debería ser del Estado, pero también siento que si esas soluciones no han llegado con prontitud y si seguimos en esta dinámica que la pandemia se extiende y el desempleo crece, creo que es necesario analizar alternativas”.

Carabineros ha venido teniendo un cuestionamiento permanente por abusos y violaciones a los derechos humanos, ¿cree que debe renunciar el director general?

“Creo que se han generado violaciones a los derechos humanos, están en procesos judiciales pendientes, pero creo que es un exceso decir que esto ha sido sistemático y que hay orden de la autoridad superior o que los Carabineros salen con la intención de hacer daño”.

No son hechos aislados, hay más de siete mil denuncias.

“No son hechos aislados, pero no me gusta hablar de sistemático, porque no creo que Carabineros salga con la intención de generar daño o de golpear a la gente de manera irracional”.

¿Para mejorar hay que reestructurar o hay que refundar?

“Hay que reestructutrar, refundar por ningún motivo. Hay reformas importantes de modernización y me preocupa que la oposición son los primeros en criticar el actuar de Carabineros, pero son los primeros también en guardar silencio cuando hablamos de terrorismo o violencia en la Araucanía, no condenan por igual”.

Prejuicio discriminador

¿El que haya participado en un reality hace que como diputado no sea tomado tan en serio?

“Hay algunos diputados o diputadas que pueden tener ese prejuicio, pero ese prejuicio es súper discriminador, porque lo están haciendo en torno a un trabajo que hiciste y eso denota el Chile que vivimos, que es muy clasista y muy discriminador y a veces lo hacemos sin siquiera darnos cuenta. Un diputado del Frente Amplio, para la acusación constitucional decía esto no es un reality, eso es discriminador, es como que yo le diga a él que no se ha titulado, por qué, si la capacidad de la persona va más allá de donde trabajaste”.

¿Si lo plantea como un trabajo significa que podría volver a un reality?

“No, ya no, es una etapa que ya pasó, no hay nada como vivir las cosas por primera vez, por la sorpresa y la emoción de las cosas es mucho mayor”.

¿Luego de haber sufrido los rigores, las decepciones del Parlamento, está bajo fuerte presión, no cambiaría los roles con su hermano?

“No estaría malo (se ríe). No, lo que pasa es que el temor no es que yo me vaya al rol de mi hermano, es que mi hermano se venga al rol mío. No lo haría por el temor de lo que pudiera hacer mi hermano al pedir la palabra, estaría con las uñas y todos los dedos comidos”.

 

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